La Paz, 29 dic (dpa) – El Gobierno boliviano presentó el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social que proyecta reducir la pobreza extrema del 17,3 por ciento que se registró en 2014 al 9,5 por ciento en 2020.
La meta, presentada por el presidente de Bolivia Evo Morales, capitanea las 57 proyecciones que figuran en este plan en el que además figuran previsiones de inversión en infraestructura (caminos y aeropuertos) y proyectos de generación de acceso a energía eléctrica.
Morales explicó que sobre la base de estas inversiones, que proyectan un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) de 34 mil millones de dólares a 57 mil millones de dólares en 2020, su país mantendrá un crecimiento promedio de 5,8 por ciento por año.
«El Gobierno espera bajar la desigualdad entre los muy pobres y los más ricos del país de 39 veces (indicador de 2014) a 25 veces al 2020», puntualizó el gobernante boliviano, quien recordó que en 2005 la desigualdad entre ricos y pobres era de 129 veces.
«Es un gran desafío, es un compromiso de quienes estamos aquí en Palacio Quemado», afirmó Morales, quien proyectó que para 2020 el PIB per cápita llegará a cinco mil dólares, una indicador superior a los 900 dólares de 2006 cuando asumió el control del país por primera vez.
Morales asumió el Gobierno de Bolivia el 22 de enero de 2006 y está próximo a cumplir 10 años en el poder. Constitucionalmente, su último mandato acabará en 2020, pero su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), promovió un referéndum para modificar la Carta Magna para que pueda postularse para un nuevo periodo que concluirá en 2025.
El ministro boliviano de Planificación, René Orellana, calificó las metas fijadas por su Gobierno de «muy ambiciosas», porque se prevé potenciar la producción de sectores productivos no tradicionales frente a la explotación de minerales y gas natural que siguen siendo la base de los ingresos de Bolivia.
Bolivia prevé así invertir algo más de 11 mil millones de dólares en la construcción de caminos y 12.681 millones de dólares en el sector de hidrocarburos y 5.854 millones de dólares para aumentar la generación de energía eléctrica, mientras que la inversión en salud llegará a 1.700 millones de dólares en 2020, diez veces más de lo que se tuvo en 2014.
El presidente del Senado boliviano, José Alberto Gonzales, afirmó que la presentación del plan «no es electoralista», porque forma parte de los desafíos que asumió Morales en 2014, cuando asumió por tercera vez continua la presidencia de Bolivia.