Entre los primeros asuntos que deberá afrontar la región latinoamericana y caribeña, será el estancamiento económico y la desaceleración económica que se vive desde la crisis del año 2009.
Parte de los problemas en la región se debe a la desaceleración de China, que en los últimos años se ha convertido en uno de los mayores compradores de materias primas de la región.
Aumento en la tasa regional de desempleo que podría alcanzar el 6,9%, mientras el 2015 cerró con la cifra de 6,7% según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La situación del cambio ambiental coloca a Latinoamérica en una situación especial ya que por su condición es uno de los llamados a colaborar con el aspecto de la contaminación que acelera el calentamiento global. En esto países como Costa Rica, se colocan a la vanguardia de fomentar políticas que colaboren y aporten a la humanidad una forma de mitigar el impacto que años de destrucción ambiental ha causado por parte de la humanidad al planeta.
Otro problema, serán las migraciones, primero por la violencia de algunas regiones como la que acontece en los países del Triángulo Norte Centroamericano, más las situaciones ocasionadas por el narcotráfico, el tráfico de armas y las altas tasas de criminalidad.
También en el tema migratorio se encuentran los movimientos masivos de personas provenientes de Cuba motivados por políticas propiamente de los Estados Unidos de los últimos años (ley de ajuste y la regla de pies secos).
En las últimas semanas del 2015 el tema de las migraciones de cubanos mantuvieron a las expectativa a los centroamericanos por el gran número de migrantes que llegaron desde su éxodo saliendo de la Isla, llegando a Ecuador y movilizándose hasta quedar estancados en la Frontera Norte costarricense, donde el gobierno nicaragüense impidió el paso de los migrantes.
Acerca del narcotráfico que ya fue mencionado, continuará siendo un grave problema regional, tanto la producción, así como su venta en la región está motivando otras formas de crimen organizado y de violencia regional. México sufre hoy los embates del establecimiento de organizaciones criminales con un poder y alcance, casi similar al que el propio gobierno del Estado mexicano tiene.
El tema de los carteles de la droga mexicanos es tan delicado, que estos grupos han conformado casi un gobierno paralelo comprando funcionarios, ciudadanos y hasta fuerzas de seguridad para operar por la libre.
Hay retos que son más complejos para algunos sectores de la región que para otros. Por ejemplo, la crisis de la violencia y el crimen en el Triángulo Norte Centroamericano con el tema de las maras y agrupaciones similares, no lo vive la región caribe, quienes tendrán por su parte un retroceso económico de al menos 0,4%.
Por supuesto que el complejo rompecabezas que es la región latinoamericana da para que cada país deba ser estudiado como un fenómeno propio, de ahí pasar a una situación subregional (Centroamérica y México, Suramérica y el Caribe), posteriormente a un tema de sistemas de integración (SICA, MERCOSUR, Asociación de Estados del Caribe, etc.).
El panorama latinoamericano es muy particular, si bien la mayoría comparten idioma (con sus variaciones) y sistemas políticos similares, el comportamiento es muy aislado entre los países y el involucramiento con los demás es solamente circunstancial.
(*) Bryan Acuña Obando es Analista Internacional