Una vez que fue declarado en rebeldía el diputado del PARLACEN, Ricardo Martinelli, el juez de la causa, lo elevó al pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), quién ordenó su “ detención provisional”. Con este hecho sin precedentes los espacios se le acortan, así como su capacidad de movimiento.
El juez de garantía que lleva el caso, tiene varias opciones para cumplir con el mandato de la CSJ, y hacer comparecer al imputado a la audiencia que se le sigue, por los pinchazos telefónicos y violentar la privacidad de las personas.
1 – Puede solicitar a la INTERPOL, para que lo busque, y lo traiga a Panamá, para que se presente a la audiencia. Esta vía es complicada y toma su tiempo.
2- Se puede invocar la aplicación del tratado de asistencia legal mutua firmado entre los Estados Unidos y Panamá, bajo el amparo de la ley 20 de 1991, aunque hay otros tratados que bien pueden aplicar, solicitud que debe hacerse por la vía diplomática. A pesar que la Constitución Política de Panamá, prohíbe la extradición de sus nacionales, ya se han llevado a más de uno, y otros lo tienen en compás de espera.
Otra opción es que este señor se presente voluntariamente, para hacerle frente a los cargos que se imputan. Por lo visto hasta ahora, parece que es poco probable que ocurra ese evento, porque no ha dado muestras de cooperar con la justicia, todo eso a pesar de haber nombrado a cinco magistrados bajo su administración. Esta opción le ayudaría a lavar la cara a él y su séquito de seguidores.
También puede renunciar al cargo de diputado del PARLACEN, y entonces la CSJ perdería competencia para jugarlo, y el caso pasaría a la justicia ordinaria, donde todo el proceso empezaría de nuevo. El riesgo que corre, es que si renuncia perdería cualquier prerrogativa que le da el estatus de Diputado, y entonces sería juzgado como un ciudadano común y corriente.
Otra opción que le queda es que pida asilo en algún país, no obstante la figura del asilo tiene ciertas formalidades, entre las cuales está el investigar en el país de origen sobre la veracidad de los hechos. Además el mundo moderno ve con mucho desagrado y como una grave violación de los derechos humanos, el delito de los pinchazos telefónicos, así que esa opción es poco probable que país alguno le de asilo.
Como el mismo decía que tenía doble nacionalidad, podría hacer uso del pasaporte de ciudadano italiano, pero a como están las cosas por esos lares, que tienen a varios de sus socios tras la rejas, y como le mencionan en el caso de Finmecánica, y la construcción de supuestos hospitales, radares, y cárceles móviles, como que esa salida no le es muy favorable.
Actualmente, la INTERPOL, opera en 190 países, y una vez que hagan el pedido de extradición y se active la alerta roja de su búsqueda, quedan pocos lugares en el planeta donde esconderse, salvo que se vaya en un viaje turístico al espacio, de los que promueven empresas aeroespaciales. La nación observa y toma nota de todo cuanto ocurre, porque mientras mantienen a la población en ascuas con este show, los problemas del ciudadano común sigue sin resolver, ya algunos le han hecho su carta al niño Dios, que los proteja de la inseguridad que azota al país, aunque hay funcionarios que dicen, que es pura percepción.
Aunque el proceso es largo, y el camino tiene muchos atajos, el funcionario público debe actuar apegado a la ley, para que se evite esos escarnios.
(*) Diego Espinosa G. es Escritor
Pregunta: ¿Cuándo se le vence (a este saltimbanquis) el status de diputado de la alcahuetería llamada parlacen?