domingo 16, febrero 2025
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La Quinta Frontera

Una vez que se firmaron los dos tratados Torrijos –Carter, sobre el Canal de Panamá, y el de Neutralidad, el 7 de septiembre de 1977, entre James Carter, de los Estados Unidos, Y Omar Torrijos de Panamá, se inicia el proceso de reversión, de entrega del canal,que terminó el 31 de diciembre 1999. Fue una lucha generacional.

A pesar de que se eleva a rango constitucional todo lo relacionado con el funcionamiento y administración de la vía acuática, dizque para alejarlo de los vaivenes políticos. Aunque no se, como van a hacer eso, porque los nombramientos son políticos son politicos y se manejan de igual forma. Esta situación a llevado a una casta de politiqueros, a apoderarse de la junta directiva de la Autoridad del Canal de Panamá ( ACP), donde cada presidente de turno, nombra a los amiguitos de su partido, porque todavía no he visto que hayan nombrado a alguno de los martires del 9 de enero o sus familiares.

Aunque el Canal de Panamá, es el activo mas importante para el país, en consecuencia debe ser de interés de todos los ciudadanos, lo que sucede con ese patrimonio, ícono de Panamá. No obstante están pasando cosas, muy graves, y todavía, no hay una voz autorizada, que le explique al pueblo el desgreño que se traen.

Es sorprendente, y hasta sospechozo, que cuando se hace la licitación pública de esta mega obra, por 5,250 millones de dólares, para la ampliación y construcción del tercer juego de exclusas, la compañía que gana la licitación, es Grupo Unidos por el Canal (GUPC), es la que presenta la oferta mas baja, que ofrecio alrededor de 3,117 millones de dólares, una cifra dudosa, porque como reza el refrán “ lo barato sale caro”, y mire el problema que tenemos ahora, la única justificación posible, es que haya habido arreglo tras bambalinas, porque los números no cuadran. Se dice que ese grupo, ha sido un fiasco donde han estado, y como es posible, que con esa oferta pìrrica le otorguen la licitación, mas importante de la histora republicana.

En 2014, cuando GUPC- SACYR, se declararon insolventes, y practicamente quebrados, habría sido el momento para salir de ellos, pero de manera inaudita y temeraria, lo que hacen es darles oxigeno, prestandole dinero, a sabienda que no iban a poder cumplir. Ahora resulta que están insolventes nuevamente, la obra inconclusa, las exclusas con grietas, que me imagino que las piensan sellar con goma de chicle, y el Estado tiene que soportar, pérdidas millonarias, porque no se sabe a ciencia cierta, cuando se terminarán la obra. Y para agravar el asunto tienen a la ACP demandada, y hasta con cuentas infladas.

Pero en la ACP, no solo se presentan esos graves problemas, sino que a la Junta directiva, deben ir ciudadanos con solvencia moral, y probos, y ahora resulta que la justicia tiene imputado a uno de sus miembros con graves delitos, y por lo que veo, no hay autoridad, ni forma humana posible que ese señor renuncie, lo boten o lo pongan en manos de la justicia.

A pesar que el pueblo panameño, ha sido el protagonista principal, en la recuperación del canal de Panamá, que su lucha la ha pagado con sangre y muertos, y que por ley es el dueño del Canal de Panamá, hoy en día es practicamente un mero espectador, porque los politicos les han arrebado su derecho de manera mezquina, y paradogicamente muchos de ellos votaron no, cuando se hizo el plebiscito de aprobación del Canal de Panamá. De tal manera que todo indica, que la quinta frontera se mantiene, solo que con los nacionales. “La peor cuña es la del mismo árbol “ reza el refrán.

(*) Diego Espinosa G. es Ingeniero- Escritor

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