Comentario Al Rojo Vivo
Al recurrir a sucias estratagemas de manipulación de precios y datos en su afán de no pagar impuestos al Estado costarricense, los inversionistas y las compañías extranjeras logran declarar cero o pocas ganancias gravables, evaden limitaciones al crédito en sus países y transfieren así los cuantiosos excedentes que estos fraudes les permiten acumular a “paraísos fiscales” de ultramar y a las entidades de la banca off-shore.
Por su parte, la Contraloría General de la República (CGR) afirma en el estudio titulado “El sistema tributario costarricense: contribuciones al debate nacional” editado por Fernando Herrero Acosta en el año 2002, que “el desarrollo del comercio electrónico genera retos adicionales, no sólo porque al eliminar las transacciones en papel obliga a desarrollar nuevos métodos de control y auditoría por parte de las autoridades tributarias, sino porque hace cada vez más difícil definir el ´establecimiento permanente`; y por lo tanto, cada vez se dificulta más de establecer quién debe pagar impuestos a quién.”
¡Menuda admisión de un problema, seguida inmediatamente de la confesión de una grave discapacidad de parte de nuestras autoridades tributarias para cumplir con sus deberes y funciones elementales de cara a las mafiosas operaciones de los bancos y firmas del capital extranjero; seguramente bajo el prurito de que lo mejor es hacer la vista gorda para no espantar a estos inversionistas que nos vienen a salvar la tanda!
Y, como bien lo hemos comprobado, éstos lo hacen complacidos y chineados frente a otra crasa incapacidad: la de nuestra clase dominante para asumir como debería, en sus manos y con sus recursos, las riendas de la acumulación del capital, así como las funciones del ahorro y la inversión productiva, de las que hizo abandonado mucho tiempo atrás, cuando decidió entregar el país al capital foráneo.
A lo anterior se suman otras dos situaciones que señala el Estudio de la CGR.
Primero, la creciente movilidad internacional de los factores de la producción escapa a los registros físicos convencionales de una superada economía capitalista de mercado, implantada con fijación al tiempo y el espacio, a estructuras y activos físicos, y altamente concentrada y centralizada; e decir, la CGR navega dando tumbos en los rápidos de lo que sus funcionarios creen es una economía “realmente existente” cuando de hecho ya ésa no lo es, por lo cual se hallan históricamente desfasados, desubicados, dando palos de ciego.
Y segundo, el mismo estudio de la CGR avala el hecho de que hay una perniciosa y descontrolada competencia global inter-países (Incluido entre ellos, por supuesto, Costa Rica); una loca carrera por atraer inversiones foráneas a cualquier precio y a como haya lugar; por cuanto “en igualdad de condiciones, los inversionistas tenderán a invertir en los países que les ofrezcan menores tributos (u otros beneficios asociados al gasto público)”.
Y agregan lo siguiente, para mayor claridad, los encargados del estudio oficialmente respaldados por la CGR: “Esto genera una competencia entre las distintas jurisdicciones tributarias, que promueve la tendencia a igualar las condiciones de inversión por parte de los gobiernos y el deterioro de los ingresos fiscales en los países con tributaciones más altas”.
Eso es lo que se llama una mentecata “competencia hacia abajo”, promovida desde el interior del país y el Estado por el trío pro-colonialista conformado por “Comex – Cinde – Uccaep”, y reforzado desde el exterior por los organismos financieros internacionales y gobiernos de los países capitalistas centrales ultra-imperialistas, o sea, los dominados por las élites anglosajona y germana hegemónicas en el nivel global. Y, claro está, confirmadas en ese role por los gobiernos de las élites locales y por unas autoridades fiscales ultra dependientes, blandengues y agachadas – además y casi sin excepción corruptas y nada transparentes – que aceptan esas nefastas estrategias y prácticas, y las aplican internamente sin parar mientes en sus nefastas consecuencias.
Luego, el mismo estudio de la CGR agrega otra dimensión o variable que incide localmente contra la fijación y el cobro de tributos, al admitir el hecho de que “a la movilidad del capital se une la de los recursos humanos, y en especial, la de quienes poseen destrezas especiales y altas calificaciones (profesionales especializados, gerentes, etc.), que tienen la posibilidad de trasladarse a otros países, en función de cómo tratan sus ingresos, e incluso, de ubicar su residencia tributaria en un sitio que no corresponde a su residencia ´física. Estos grupos, cuya importancia es cada vez mayor en la economía globalizada, tienen una gran flexibilidad para evadir las disposiciones tributarias de cualquier país”.
Conclusión: unas vergonzantes autoridades tributarias inutilizadas y desarmadas
En otras palabras finales: la administración tributaria costarricense, en sí un aparato decadente, ineficaz, en muchos aspectos corrupto, siempre ineficiente en el cobro de impuestos y otros rubros sensibles – como el de evitar falsificaciones, así como elusiones y evasiones fiscales de parte de comerciantes, empresarios, banqueros, inversionistas y managers de firmas locales, centroamericanas y transnacionales, la médula de la clase económica dominante -, anda en medio de una globalización neoliberal anárquica, fraudulenta y corrupta… dando más que palos de ciego: postrada, rendida, totalmente desorientada.
Y más los dará esos alocados y estúpidos palos, conforme avance inclemente la economía-red global de base digital y tecnotrónica, en donde las transacciones se encubren e invisibilizan; ya que ese tipo de economía es muy distinta a la industrial anclada a la geografía y a sistemas del capitalismo de propiedad y de capital físico.
Hoy día nos hallamos, pues, sometidos al embate y penetración de redes corporativas transnacionales y globales mafiosas cuyas actividades pierden arraigos geofísicos y no dejan huellas en el espacio y el tiempo a los estamos acostumbrados desde la era industrial, pues así lo hacían los intercambios de los antiguos mercados de la era industrial.
Y resulta que, frente a esas emergentes y noveles realidades que son como de ciencia ficción para nuestras autoridades fiscales y tributarias, éstas no saben qué hacer, no tienen ni planes ni programas tendientes a ver cómo pueden garantizarle al país una eficaz y eficiente tributación de los subrepticios y ultra-poderosos agentes del capitalismo digitalizado y desmaterializado del siglo XIX
¡En verdad que con ellas… aviados y arreglados estamos!
(*) José Luis Vega Carballo es Catedrático de Sociología Política de la UCR
De los mejores articulos y mas acertados de don Jose Luis.Por fin se dio cuenta de como es el asunto,aunque le agrega para matizar su punto de vista ideologico.
Costa Rica, socialista,con un estado benefactor,hizo que los pocos banqueros,empresarios industrials,bananeros,comerciales y de distintos sectores de la economia nacional,vendieran sus empresas a conglomerados extranjeros o bien a inversionistas de fuera con capital suficiente.
Es de esa manera,como empresas de capital costarricense ,y en ella me refiero a empresas que producen un bien y en manos de ciudadanos costarricenses,no distribuidoras de empresa extranjeras,vendieron y ahora son rentistas o dedicados al sector inmobiliario para venderle de nuevo al capital extranjero.
Por que ? Porque el costarricense no tenian la capacidad de «eludir «la cantidad de impuestos que sobre el pesan,cosa que las transnacionales si pueden hacer.Asi las cosas el tico vende y su dinero lo invierte en actividades como los bienes raices o colocarlos en el extranjero obviando los impuestos que le hicieron vender ,obteniendo un capital mas liquido y rentable.Asi de sencillo.
Lo que don Jose Luis nos presenta son las consecuencias de una politica impositiva fuerte a sus ciudadanos para poder mantener su estado benefactor.Poco a poco fue acabando con los empresarios nacionales y ahora se ve impotente ante transnacionales con mas dinero que el propio estado.
En realidad, usted lo que quiere decir es que los empresarios costarricenses que pudieron volver más líquidos sus capitales, con el fin de eludir las responsabilidades fiscales, lo hicieron hecho independientemente del régimen tributario: digamos, laxo con las empresas locales y rígido con las internacionales, o al revés, o laxo con todos.
Supongo que comenta como cualquier otro provocador, porque tildar al estado «benefator» de socialista, pues, tiene un gran dejo de ignorancia, porque todas las políticas aprobadas después de la guerra del ’48, son claramente keynesianas, y fueron necesarias para intentar superar la fragmentación que provocó el conflicto en la sociedad costarricense, para no decir que (de forma pragmática) es mejor tener a todo el mundo contento, que a un montón de descontentos, por la guerra civil.
La política de Estado, sí, impositiva, no fue abandonando a los empresarios costarricenses, sino que los empresarios fueron encontrando mayores fuentes de rentabilidad para sus capitales. El capital no tiene nacionalidad: simplemente va donde se puede hacer más plata, nada de «pobrecitos los empresarios costarricenses»… El tema fiscal son otros cien pesos.
Interesante don Manuel.Estamos de acuerdo en que el capital no tiene nacionalidad y como bien ud lo dice se va donde se puede hacer mas plata.
Ese es precisamente el ligamen con los impuestos.Si aprietan mucho aqui nos vamos para alla.
Siempre he creido que CR es un pais socialista,o es que acaso los que gobernarnon no eran social democratas y social cristianos ?
Un buen diccionario político lo puede sacar de esa duda… Pero le anticipo que no, en este país nunca nos han gobernado socialistas…