Columna “Pensamiento Crítico”
El periodismo deportivo superficial, puramente descriptivo y noticioso (mejor llamarlo “cronismo deportivo”), ha dejado de lado totalmente y perdida su función crítica e investigativa, formativa y educativa, de contrapeso a los abusos y actos de corrupción de los poderes deportivos establecidos, especialmente los ligados a materias comerciales y financieras. No olvidemos que la Fiscalía estadounidense que destapó el escándalo llamado “FIFAgate” señala en su acusación que los sospechosos de soborno y otros delitos son, no solo directivos de la FIFA Nostra, sino además de representantes de medios de comunicación deportivos y de empresas de promoción y comercialización deportiva.
También faltan en el cronismo o reporterismo deportivo la seriedad informativa, la capacidad analítica y el escrutinio a fondo de asuntos de fondo, al haberse vuelto un banal periodismo de entretenimiento, una sección de la farándula y la diversión para los televidentes, radioescuchas y lectores; y un apéndice, por tanto. de la gran industria de la manipulación publicística y comercial de los consumidores.
Tengamos presente que una gran franja de ellos son parte de la hinchada futbolística y revisten un valor estratégico primordial desde el punto de vista mercadológico para los grandes intereses creados del empresariado y el comercio corporativos a gran escala, ahora globalizados.
Para muestra: los escándalos de corrupción en el mercafútbol (o fútbol de mercado) en todos los países – culminando con el FIFAgate -, ninguno fue desatado por algún diario o revista deportiva, ni por algún cronista deportivo y menos por alguno de las grandes cadenas, sino por colegas y reporteros de otras ramas que sí hacen investigación y cumplieron con su deber profesional, ético y ciudadano al hacer las investigaciones y denuncias, sin reducirse a diseminar información impresionista, de mera crónica de superficie, o haciendo la vista gorda frente a la corrupción a varios deportes y eventos desde los cuales se alimentan oscuros negocios altamente rentables.
Dadas las presentes condiciones existentes en el segmento merca-deportivo, el futuro del periodismo investigativo, no cosmético ni estético, es de pronóstico muy reservado en general, y más en la esfera los grandes medios que cuentan con recursos suficientes para hacerlo de la mejor manera.
¿Un mundo periodístico deportivo al margen del periodismo serio?
El hecho de que sea una gestión periodística especializada, ejercida en la esfera del merca-deporte y actividades conexas, no hace de este periodismo de simple crónica un segmento de la profesión excepcional, con ineludible casa aparte, desvinculada de las estructuras y funciones del resto. Pues en una sociedad liberal democrática está obligado a llevar a cabo tareas de contrapeso y freno a los sectores gobernantes y dominantes económica y socialmente; por lo cual debe se un mecanismo de vigilancia e investigación de lo que sucede en los altos círculos de poder e influencia, en especial de los actos irregulares, de desviación moral y de corrupción que allí imperan en escalas de gran formato.
Dicho esto, podemos especificar que el periodismo deportivo y la gestión de sus medios, pueden jugar un papel clave de intermediación democrática abierta y flexible entre, por un lado, el Establishment deportivo (en el caso que nos interesa, del futbol profesional), y por otro, el conjunto de la afición que se alimenta de la información y los comentarios de la prensa escrita, radial y televisiva. Hablamos, entonces, de reconocer la existencia ineludible de un “deporte mediático”, o centrado mercadológicamente en los medios – dada la creciente relevancia de los mismos dentro de la totalidad del cuadro de situación -, pero de un periodismo aparte y sometido a los intereses comerciales y financieros que se mueven en su derredor.
Como nos dice Pamela Romero en su artículo “El periodismo como respuesta a la corrupción” (http://www.puroperiodismo.cl/?p=263009): “Bien sabemos que las bases de la democracia están íntimamente relacionadas al escrutinio público de nuestros líderes y que los ciudadanos pueden ejercer el control a través de los medios de comunicación: informados, participando de la toma de decisiones y previniendo la generación de casos de corrupción.”
Entonces, con mucha mayor razón, la prensa deportiva no debe quedar exenta de un cumplir con un deber democrático y ético inconfundible e ineludible, si quiere tener algún grado de decencia y autonomía operacional y de sana y constructiva crítica, frente a intereses privados y públicos, que tanta influencia tienen en el mundo deportivo y del fútbol como el deporte Rey.
Y que no se diga, por favor, que las alertas sobre corrupción y los casos deben circunscribirse a casos en el sector público estatal y político de los países. La corrupción y el rufianismo mafioso son fenómenos omnipresentes y ominicomprehensivos, universales si se quiere. Citando de nuevo a Pamela Romero: “La corrupción existe en diferentes contextos y es de distintas dimensiones —desde coimas, fraude y evasión de impuestos hasta colusiones—, pero podemos afirmar que la mayor corrupción va de la mano con las elites políticas, económicas y sociales.”
Conclusión
Libertad de prensa auténtica es libertad para enfrentar y combatir la corrupción a brazo partido y sin claudicaciones. Y su gran fundamento y medio es el periodismo investigativo incisivo y a profundidad. “Periodismo – afirma Romero – que se enfrenta al poder y lo reta a jugar limpio, develando los hilos del poder y abriendo los ojos del público frente a las injusticias. Y es significativo, además, porque estamos rodeamos de periodismo que no forma ni informa, que se mueve en lo superficial, un periodismo cómodo y que se presta para la manipulación. El periodista debe seguir cumpliendo hoy la función de vigilante… La transparencia es lo opuesto a la corrupción, y es misión del periodista brindar un poco de luz a esas zonas oscuras en las que se forjan y estructuran las sociedades, involucrando a instituciones tanto públicas como privadas.”
Coincidimos, así pues, con Juan Carlos Bergonzi, profesor de comunicación argentino, periodismo de investigación es aquel que publica “información que alerta a la sociedad sobre corrupción en cuestiones que afectan o erosionan el interés público”. No lo olvidemos.
(*) José Luis Vega Carballo es Catedrático de Sociología Política de la UCR
No hace mucho fuimos testigos de un vergonzoso acto de pleitesía barata donde un «periodista» con una ‘garganta llena de estupideces’ le dedicó un soberano humillante lengüeteo a un conocido demagogo orejón que cambió la amistad de un pueblo por una ilusoria mole de hormigón en pleno centro de San José.