Ciudad de México may 11 (Sputnik).- Una respuesta forense de calidad que dignifique a las familias de las personas desaparecidas y fallecidas fue propuesto este miércoles por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México, América Central y Cuba.
El CICR ha convocado a más de un centenar de especialistas de seis países al VII Encuentro Nacional de Servicios Médicos Forenses, en la capital mexicana.
La reunión pone énfasis en la necesidad de «mejorar la calidad del trabajo forense para generar confianza, certeza y tranquilidad entre los familiares de las personas desaparecidas».
Una labor forense de calidad es la que «permite dar respuesta a la incertidumbre y al dolor de quienes sufren sus consecuencias de las desapariciones», dijo Juan Pedro Schaerer, jefe de la delegación regional del CICR para México, América Central y Cuba, al inaugurar el evento, ante expertos forenses mexicanos, de España y de EEUU, representantes de El Salvador, Guatemala, Honduras, y de 30 de los 32 estados mexicanos.
Esos países que en los últimos años han sido afectados por la violencia del crimen organizado, con decenas de miles de muertos y desaparecidos, deben «continuar fortaleciendo los registros forenses, la articulación de la información y su intercambio, para contribuir a mitigar las múltiples necesidades humanitarias que la desaparición de una persona genera a sus familiares», dijo Schaerer.
DÉFECIT DE MEDICINA LEGAL
El encuentro busca invitar a la reflexión sobre las urgencias y déficits de una medicina legal en esos países latinoamericanos, a través de conferencias magistrales, discusiones y talleres prácticos sobre sistemas de gestión de información aplicados al ejercicio forense.
El CICR y organismos judiciales de la Ciudad de México plantean «promover buenas prácticas profesionales en la fase de búsqueda de personas desaparecidas, y, en caso de que hayan fallecido, en la recuperación, identificación y restitución de los restos humanos a sus familiares».
El caso más emblemático en México ha sido el asesinato de 72 migrantes centroamericanos en el norteño estado de Tamaulipas en 2010 y la masacre de 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, que habrían sido asesinados por sicarios aliados con policías –según la investigación federal–, pero solo un joven ha sido identificados en un laboratorio forense de Austria, en restos calcinados encontrados en un río.
El CICR considera necesario en estos países «mejorar la calidad del trabajo forense para que cada vez haya menos familias que queden sin una respuesta por falta de una apropiada identificación».
Sin embargo consideran que hace falta «crear y fortalecer las capacidades, recursos, protocolos y procesos de gestión e identificación de los restos humanos».
Los expertos han identificado la urgencia de «homologar las prácticas forenses y mejorar el flujo de información y la cooperación entre las instituciones involucradas en estos procesos».
El CICR ha exhortado a las autoridades forenses a «trabajar de manera práctica en cómo consolidar un registro básico para personas fallecidas no identificadas».
Esas políticas deben ser parte de una práctica que defina «cómo entregar los resultados forenses a los familiares de una persona desaparecida».
Finalmente, consideran medidas humanitarias para «brindar apoyo y medidas de autocuidado a los forenses que atienden las consecuencias humanitarias de la desaparición de personas para prevenir su desgaste profesional».
El organismo internacional con sede en Ginebra ha organizado el debate junto con el Tribunal Superior de Justicia de la capital, y el Comité de la Judicatura de Ciudad de México en la sede del Instituto de Ciencias Forenses.
EL CICR y la Media Luna Roja son instrucciones dedicadas desde hace más de 150 años a aliviar el sufrimiento de las personas afectadas por conflictos armados y oras situaciones de violencia, «con neutralidad e imparcialidad».