Río de Janeiro (Brasil), 12 mayo (Sputnik). – El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, asumirá este jueves la presidencia interina del país sin haber recibido un solo voto, una tradición entre los miembros del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) que en los últimos 50 años consiguieron gobernar tres veces el país sin haber ganado una sola elección presidencial.
En concreto, el primero de las tres presidencias del PMDB se produjo en 1985 cuando José Sarney sustituyó la baja por defunción del presidente electo Tancredo Neves, abuelo del actual líder opositor Aécio Neves, quien falleció en el periodo entre su elección y la toma de posesión que tradicionalmente se produce el 1 de enero del año siguiente a los comicios.
Por su parte, Itamar Franco accedió a la presidencia de Brasil tras el «impeachment» al expresidente Fernando Collor de Mello en mayo 1992, un suceso con innegables similitudes con el caso de la presidenta Dilma Rousseff quien este jueves resultó apartada del cargo por espacio de 180 días, un tiempo en el que deberá ejercer su defensa en el proceso.
Fundado en el año 1966, al inicio de la Dictadura Militar en Brasil (1964-1985), y refundado en 1981 como PMDB el partido está considerado como el mayor del país por el número de afiliados, unos 2,4 millones de miembros, sin embargo, sus escasos intentos de concurrir en solitario a la presidencia de la República se saldaron con notables fracasos.
Entre otras cuestiones, resulta imposible establecer una ideología clara dentro del PMDB como ya ocurrió en las últimas semanas cuando el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, calificó de «disparate» el ‘impeachment’ de Rousseff a pesar de que el proceso estaba siendo guiado por sus compañeros de partido Michel Temer y el expresidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha.
Es por ello que el incipiente gobierno de Michel Temer nacerá sin un apoyo de los movimientos sociales bien sean de signo progresista o conservador ya que, en esencia, es un partido que atrae un gran número de afiliados pero que carece de cualquier tipo de seguimiento en las calles o capacidad movilizadora lo que le otorga un papel de partido basado en el clientelismo. (Sputnik)
Estrategia estupidísima del PT aliarse con estas lacras… Ahora, la estupidez de la cúpula roja la pagarán las personas más desfavorecidas de Brasil. Lucha es lo que queda, en las calles, en los medios, en internet, por la paz, la democracia y el justo desarrollo social del buen hermano del sur.
Pues si, no se puede uno aliar a ratas de ese calibre. La derecha brasileña se salió con la suya. Creo que si el PT se regenera y entiende la realidad se fortalecerá y volverá, ellos cambiaron ese país y los corruptos infiltrados en el echaron a perder mucho de lo logrado.