Santiago de Chile, 15 may (EFE).- Por estos días en que el mayor fenómeno de marea roja en las costas del sur de Chile tiene a miles de pescadores con prohibición de faenar, la ciudad norteña de Iquique implementa un cultivo propio de algas marinas, para «mejorar la calidad económica y social» de la zona.
«Nuestro desafío principal es entregar el conocimiento necesario a un grupo de pescadores sobre las técnicas de cultivo de macroalgas marinas, lo que les permitirá diversificar la actividad productiva», dijeron a Efe expertos del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP).
La corporación privada, que «apoya el desarrollo sustentable del sector pesquero y acuicultor nacional», realizó un taller en la región de Tarapacá para capacitar a los pescadores recolectores en el cultivo experimental de diversas especies de algas marinas, como un emprendimiento de baja inversión.
«El cultivo de algas se perfila como una opción rentable y menos compleja que los criaderos de moluscos o peces, que podría ser administrada por organizaciones artesanales», para complementar la práctica pesquera «que hoy se encuentra en declive», dijo la organización.
Según IFOP, esta iniciativa cobra aún más relevancia «al considerar las propiedades nutricionales y los beneficios a la salud humana que traen los productos hidrobiológicos, cuya demanda es creciente en el mercado».
«La explotación en sí de este recurso, constituye un elemento más de apoyo para la actividad pesquera. No obstante, se ha visto que la creciente demanda de estos productos en el último tiempo, no solo ha intensificado su extracción, sino también ha generado situaciones complicadas para su sustentabilidad», aclaró la bióloga marina y jefa del plan, Sandra Saavedra.
Actualmente, se discute en el Congreso una ley que busca fomentar la acuicultura de pequeña escala asociada a las algas en territorio chileno, a través de un sistema de bonificación para promover su repoblamiento y cultivo.
La actividad, pionera en el norte de Chile, instalará 15 líneas de cultivo suspendido de macroalgas marinas como la Chicorea de mar, Huiro y Pelillo, que son «recursos importantes desde el punto de vista económico ya que se utilizan para la producción de agar, también como alimento humano y de otros cultivos, y para la extracción de alginatos».
El proyecto, financiado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, se llevará a cabo en la caleta Río Seco, considerada un importante puerto chileno que hace años se dedicaba al embarque de sal de roca.
Este lugar se ubica a unos 90 kilómetros al sur de la ciudad de Iquique, y hasta el año 2003, contaba con una población permanente de 150 habitantes, donde un 66 % se dedicaba a la pesca artesanal.
Mientras tanto, en el sur de Chile, la marea roja ha causado graves efectos en el archipiélago de Chiloé, contaminando gran parte de su borde costero lo que determinó que la presidenta Michelle Bachelet decretara en esa región zona de catástrofe, el pasado 29 de abril.
La determinación gubernamental dejó sin trabajo a los pescadores de la zona, cuya principal entrada económica es la extracción de peces, moluscos y crustáceos, lo que originó una protesta generalizada de sus habitantes que ya completa más de dos semanas.
El consumo de marisco contaminado por la marea roja es nocivo para la salud humana y puede causar parálisis e incluso la muerte. De hecho, desde 1972 la ingesta de mariscos contaminados por marea roja ha causado la muerte de 23 personas en Chile. EFE