Una definición de “Evaluación” se refiere a un proceso dinámico, a través del cual una empresa o institución, puede conocer sus propios rendimientos, especialmente sus logros y flaquezas y así reorientar propuestas”. Gran sorpresas a la ciudadanía a causado la expresión del presidente de la república, de evaluar a sus ministros para hacer los cambios en el gabinete, a pesar del clamor del pueblo, que percibe, un bajo rendimiento de esos funcionarios.
Pasados 22 meses de iniciar labores este gobierno, y reuniéndose todas las semanas, y existiendo una secretaria de metas, como que no saber el rendimiento de su equipo deja un sinsabor, habría que preguntarse ¿cómo llegaron esas personas a esos cargos?, ¿quién los recomendó?, y ¿cuál era el perfil? A todas luces no dan la talla en sus cargos.
Para tener una idea de cómo se percibe el rendimiento de los hombres y mujeres del presidente tenemos:
En materia de seguridad, el crimen común y organizado, se ha tomado las calles del país, y no hay barrios ni calles seguras en Panamá, sin embargo este pueblo estoico tiene que seguir luchando y trabajando para sacar al país adelante, mientras el ministro y viceministro de seguridad, se agreden verbalmente, porque al ciudadano común no hay quién lo defienda.
Hacen escaramuzas con presuntos delincuentes colombianos, donde el gobierno centra un importante pie de fuerza, costoso, e innecesario, y otra cantidad, se la pasan protegiendo casinos, supermercados etc. Al parecer no le ha funcionado la política criminalística y migratoria, si es que la tienen, porque ambos problemas son graves.
En materia de salud, el país esta azotado por una ola de mosquitos vectores de enfermedades que están afectando al país. Se observa basura por doquier, aguas residuales. Los servicios de salud, son deplorables y selectivos, porque han sacado personal médico de sus funciones cotidianas, para atender los migrantes cubanos en Paso Canoas, en perjuicio del asegurado que paga su seguro social. En la Caja de Seguro Social, ya los problemas se han hecho crónicos, con la faltas de medicinas y atención deficiente del usuario.
En Educación, la situación, no es menos seria, porque con el presupuesto más alto de América latina per cápita, los resultados son magros, porque solo para muestra un botón, ya próximos a terminar el primer trimestre son miles los estudiantes que no tienen maestros y profesores, continúan las escuelas ranchos, maestros multigrados, no tienen estadísticas confiables, y lo grave, no se cuenta con un modelo educativo cónsono con el desarrollo del país.
En materia de infraestructura, solo circule por las calles de la “capital”, y el resto del país, y podrá constatar el deterioro de las vía pública. Por donde pasa el metro, han dejado las calles sin arreglar, en franco peligro para los conductores. El transporte colectivo y selectivo so un desastre, faltan casetas para protegerse. Han aumentado el precio de las boletas de manera inconsulta, y exagerada, y la empresa Tocumen s.A, a aumentado el precio del impuesto de uso de aeropuerto en perjuicio del turismo y el país.
En materia ambiental y agropecuaria, el país sigue sometido a deforestación, contaminación, y múltiples incendios forestales, que afectan las fuentes hídricas, y que me imagino, es la excusa ideal, para justificar el incumplimiento de la promesa 24 /7.
El sector agropecuario sigue siendo la cenicienta, porque el productor sigue sumido en una crisis, y al parecer, no hay gobierno, que tenga la voluntad de arreglar el problema.
De manera tal, que ante este panorama tétrico, evaluar la incompetencia, de funcionarios, es como echar agua al mar. Y más bien, habría que evaluar al que los recomendó y nombro.
(*) Diego Domingo Espinosa G. es Docente-Escritor