Aproximadamente desde 2015, algunos medios de prensa han estado anunciando la llegada del “nuevo” programa de estudios de la asignatura de Inglés del Ministerio de Educación Pública, MEP.
El anuncio se hizo oficial mediante el “Acuerdo del Consejo Superior de Educación No. 03-24-2016, del 26 de abril de 2016”, publicado en La Gaceta, Alcance Digital No. 82 de mayo 24 de 2016.
El Consejo Superior de Educación (CSE) y el MEP dicen en el acuerdo que “informan al personal docente, técnico docente, administrativo docente, y la población en general, la Aprobación del Programa de Estudios de la Asignatura de Inglés, para los niveles de I, II, III Ciclo de la Educación General Básica y el Ciclo Diversificado de la Educación”, y que el programa entrará en vigencia a partir del curso lectivo de 2017.
Con la misma oficiosidad con la que el CSE y el MEP “informan” a “la población en general”, se espera que contesten, por ahora, las siguientes preguntas:
¿A qué obedece que la “justificación” del acuerdo se asemeje, por ejemplo, al planteamiento del Programa Nacional de Inglés, 2015-2025, Colombia Aprende, “Very Well”, o bien, al planteamiento del “Ministry of Higher Education and Scientific Research” de una nación tan distante como Algeria?
¿El “nuevo” programa se “fundamenta” en el “Competency Based Approach”, o sus otros posibles nombres, por ejemplo, “Competency-Based Language Teaching”, aquel de los años setenta en los Estados Unidos de América, criticado por la comunidad científica (un ejemplo de la miríada de publicaciones: “Competency-Based ESL: One Step Forward or Two Steps Back?”).
Si se trata de ese enfoque, ¿por qué no lo informan abierta y públicamente? Si se trata de ese enfoque, ¿a qué se refieren con “nuevo”?
Si se trata de ese enfoque, ¿dónde está publicada la investigación científica independiente, conducida en Costa Rica, que sugiere la “reforma” aprobada e informada?
Si no se trata de ese enfoque, ¿de qué se trata? ¿O nos encontramos ante otro experimento como aquel de la imposición del “Communicative Approach” en el MEP, que desde 1991 demostró no servir y que, a pesar de haber demostrado no servir, fue la “base” del Plan Nacional de Inglés 2008?
Por cierto, ¿cuáles son los criterios independientes para realizar una “reforma” en el programa si aún no han informado sobre los resultados del “Plan Nacional de Capacitación en Inglés General y Especializado” (PLANACIT, 2001) y, mucho menos, los del Plan Nacional de Inglés (2008), “sugerido” por un banco internacional…? ¿O la “reforma” obedece, entre otros aspectos, a una aceptación de que esos planes tampoco sirvieron?
La “reforma” aprobada ¿tiene como “base” al “Common European Framework of Reference”- CEFR (Marco Común Europeo de Referencia), el mismo que: “en resumen, los encapsulados que tenemos en los niveles del CEFR son una descripción extremadamente pobre de comunicación que está lejos de ser una descripción coherente, jerárquica de competencia o capacidad para comunicarse. Pero esto no es sorprendente, dada la forma en que las escalas se construyeron. No existe ni base teórica [y así lo han reconocido lo propios autores del CEFR], ni ningún fundamento en análisis lingüístico, u observación de la comunicación” (“The CEFR: Uses and Usefulness”/El Marco Común Europeo de Referencia: usos y utilidad)? La “reforma” aprobada ¿utiliza pruebas estandarizadas conductistas adheridas al CEFR?
Si nos encontramos ante una “reforma” del programa de estudios de la asignatura de Inglés cuya base es el obsoleto “Competency Based Approach”, con “evaluaciones” sobre la base del CEFR y sus adheridas pruebas estandarizadas, sin que se conozca la investigación científica independiente que demuestre que eso es lo que debe hacerse en Costa Rica, y sin evaluaciones científicas independientes de los programas y planes anteriores, entonces no es difícil suponer que nos encontramos ante otro experimento más que rendirá los mismos resultados de los experimentos anteriores: casi nulo aprendizaje en proporción a la leonina factura pagada –y por pagar- a “expertos”, “asesores”, pruebas estandarizadas, materiales didácticos, en tanto los estudiantes continúan sin aprender o aprenden inglés “para el gasto”, culpándose a los docentes por la errónea política educativa.
Decía el Dr. Swan en “A Critical Look at the Communicative Approach”, desde 1985: “Si miramos quince años atrás, puede verse que los argumentos para el enfoque anterior (totalmente desacreditado) fueron de igual manera especulativos, así como persuasivos, introducidos con la misma insistencia de que ´esta vez estamos en lo correcto´”.
Es el 2016 del siglo XXI, y Costa Rica sigue apostando a más de lo mismo…reciclado…
Señoras y señores del CSE y del MEP, ¿ahora sí “estamos en lo correcto”?
Contesten a esas pocas preguntas, entreguen las investigaciones científicas independientes y las evaluaciones que justifican la “reforma”.
¿Tienen o no derecho los padres y las madres de familia y sus hijos e hijas estudiantes a conocer hacia dónde los dirigen? ¿Nos encontramos en una sociedad de consumo y podemos exigir garantía del “nuevo producto educativo” antes de aprobarlo y comprarlo?
Tienen la palabra.
(*) Gerardo Barboza es Educador