El título entrecomillado que acaba de leer es la traducción al castellano –bienvenidas otras traducciones- de “Voluntary overseas English language teaching: a myopic, altruistic Hydra”, por la Dra. Pauline Bunce, profesora de Inglés como Lengua Adicional en Cyril Jackson Senior Campus, Perth, Western Australia.
La Dra. Bunce, desde luego, no necesita de publicidad. Su mérito se encuentra, por ejemplo, en su distinguida formación académica, que incluye: Master of Education in Education in Developing Countries, Master of Arts in TESOL (Teaching English to Speakers of Other Languages), Doctor of Teaching. Como se podrá inferir, posee como lengua materna el inglés.
“Voluntary overseas English language teaching: a myopic, altruistic Hydra” puede ser fácilmente encontrado en “Why English? Confronting the Hydra”, editado por Pauline Bunce, Robert Phillipson, Vaughan Rapatahana, Ruanni Tupas. Multilingual Matters.
Nos ilustra la Dra. Bunce:
“El valor y la eficacia del voluntariado en la enseñanza del inglés rara vez son cuestionados, y menos aún por la industria del turismo, de la que se ha convertido en una parte integral. La mayoría de la investigación académica que se ha hecho en esta área se ha basado generalmente en las experiencias de auto-reporte y las reflexiones de los propios voluntarios. Tales evaluaciones están muy abiertas a cualquier número de sesgos. Cuando una actividad es tan cargada de profundos supuestos de positivismo, es raro que el voluntario que regresa a su país, admita haber perdido su tiempo, dinero y la propia imagen en un proyecto fallido o intrascendente.
De la misma manera, aún la comunidad receptora (o sus voceros) podría tener cuidado de no criticar un proyecto a los investigadores que pueden estar vinculados con los voluntarios, lo que haría peligrar el obtener la más pequeña ganancia económica a corto plazo, o un mayor estatus social que este tipo de proyectos podrían brindarles. La hidra del idioma inglés es en sí misma rara vez cuestionada –esa parte de la ecuación del volunturismo es considerada como una “realidad global”. Los voluntarios que enseñan pueden caer en la trampa de idealizar la pobreza de sus comunidades al enfocarse en la aparente felicidad que las personas exhiben durante su visita.
Como resultado, las comunidades anfitrionas a menudo se describen como “pobre pero feliz”, y los estereotipos y las expectativas preexistentes de los voluntarios pueden en realidad ser reforzadas.
Luego, pueden usar estas ideas para justificar su propia presencia en la comunidad y la aparente extrema necesidad por el inglés. Este ciclo de “ver lo que vinieron a ver” niega cualquier conocimiento real de cómo funciona la sociedad anfitriona. Se puede, con demasiada facilidad, degenerar en un sinfín de oportunidades de fotos para una audiencia en Facebook”.
Probablemente lo planteado por la Dra. Bunce suene familiar a algunos, especialmente aquellos que han encontrado un “nicho de negocio” en el volunturismo y que se han sentido vulnerados durante la discusión sobre este tema, que al parecer es la nueva moda dentro del Ministerio de Educación Pública (MEP).
Más que vacuos comentarios en torno a experiencias personalísimas –parafraseo a la Dra. Bunce- opiniones muy abiertas a cualquier número de sesgos, sin más prueba que el dicho antojadizo de quienes puedan tener a cargo proyectos sobre volunturismo, o bien algunos otros proyectos copiados de otras latitudes, “tropicalizados” según su intuición, teniendo como “conejillos de Indias” a los estudiantes del sistema de educación pública, se necesita la evidencia científica que aleje la política educativa de las fantasías y ¿negocios? de unos pocos “en nombre de la calidad educativa y las experiencias ‘crossculturales’”, que se auto promueven, así, como dice la Dra. Bunce, en una degeneración de “selfies” en un Facebook para “demostrar” que hacemos… No por casualidad la educación nacional la han convertido no solamente en un parque infantil, sino en una pasarela de “éxitos” fabricados según el dueño de cada proyecto…
Lamentablemente, la situación no es nueva. Por ejemplo, la imposición del “enfoque comunicativo” en el MEP, fue una oportunidad valiosísima de negocio para unos pocos en nombre de “la calidad educativa”, las “oportunidades para los costarricenses al poder comunicarse en inglés” y con la misma estrategia de denigración de los docentes en esa lengua.
Más de dos décadas después se conoce el deplorable resultado de lo que llegaron a hacer a ese ministerio el grupo de oportunistas que tuvieron a cargo los programas de la materia de Inglés, no solamente desde la perspectiva de calidad misma de la educación, sino en la promoción de una percepción negativa, estigmatizadora de los docentes de Inglés, pero específicamente de los nacionales que trabajan en el sistema de educación pública:
“Las personas a cargo de la comisiones redactoras y revisoras de los planes de estudio en el MEP, empleados públicos, aparecen además como autores de libros de texto cuyos contenidos temáticos son los mismos que ellos aprobaron debían ser los impartidos para la enseñanza y el aprendizaje de esa lengua. Los libros fueron publicados por casas editoriales extranjeras, que aún son requeridos a los estudiantes de secundaria. En otras palabras, la adopción y la adaptación de ese enfoque para la enseñanza y el aprendizaje no respondió a estudios científico-educativos; respondió a otro tipo de intereses. Los encargados dentro del MEP han sido juez y parte para la toma de decisiones sobre lo que en Costa Rica se debía y debe estudiar en materia de lenguas”. (Génesis de la Implementación del Enfoque Comunicativo en el proceso de la Enseñanza y el Aprendizaje del Inglés en el Ministerio de Educación Pública de Costa Rica-MEP. 2008).
¿Será posible que ahora, con el dizque nuevo programa de estudios de Inglés para 2017, nos encontremos ante otra “valiosísima oportunidad” para que un grupo de lumbreras que dicen hacer que hacen, otra vez sin la evidencia científica internacional o nacional que avale ese tipo de “iniciativas”, vengan a decirnos qué es lo que el país necesita, nuevamente sobre la estrategia de las supuestas bondades de la “ayuda” por parte de volunturistas cuyas credenciales son desconocidas y sobre la base del descrédito hacia los docentes nacionales de Inglés?
¿Qué tal si iniciamos una investigación sobre las comisiones redactoras y revisoras del “nuevo” programa de estudios de la materia de Inglés y la relación de este con los actores internos y externos involucrados, muy creyenceros –entre otros- del “volunturismo”, y, con base en esa investigación, de ser pertinente, traslademos los resultados al Ministerio Público? Creo que muchos de los docentes de Inglés –no nativos- podrían verse interesados, especialmente cuando los han utilizado con la sesgada percepción de que todos los docentes en esa lengua del sistema público poseen un inglés deplorable, son “malos”… excepto aquellos que tiene a cargo esos proyectos infundados. ¿Cuál garantía pueden tener los docentes de Inglés de que no serían desplazados si, dentro de esa misma cartera “luchan” para aprobar la formación/educación dual que descartaría a muchos otros docentes en otras materias, simplemente porque ya no serían necesarios en razón de que los estudiantes pasarían a ser “capacitados” por trabajadores calificados dentro de las empresas? Si ya tenemos a un ejército de volunturistas sin credenciales suficientes que además son “natives”, ¿para qué mantener contratados a los docentes de Inglés nacionales, cuya “evidencia” irrefutable obtenida de pruebas de inglés y capacitaciones pomada canaria dice que no mejoraron su inglés ni la metodología de enseñanza? ¿Por qué antes de pagar sumas leoninas por productos y servicios de capacitación inservibles, no se establece un programa internacional para que los docentes de Inglés nacionales, especialmente los de las zonas alejadas de la capital, puedan realizar pasantías en países anglófonos, con expertos de verdad, y no solamente tengan esas oportunidades un grupo de oportunistas afiliados políticamente con los de turno, para, nuevamente, actualizar sus fotos del perfil del “face”…?
¿Será posible que los reaccionarios, sin más prueba que su dicho, con uno que otro personaje que los aúpa, sin evidencia científica internacional ni nacional, independiente, se hayan visto afectados al cuestionarse el “volunturismo” en la enseñanza del inglés, con todo el sistema de educación pública a su disposición…?
Dudo en realidad que los distinguidos docentes de Inglés nacionales, incluidos los excluidos “native speakers” de la provincia de Limón, con títulos superiores a cualquier prueba estandarizada o capacitación para pasar la prueba, más allá de cualquier copiado “spelling bee” o concurso infundado, no deseen co enseñar con algún voluntario, pero de experiencia y conocimiento. Reitero, ¡bienvenidos los voluntarios! pero con amplia formación y experiencia, a ver si el sistema funciona.
Como apunté en “El voluntariado en inglés”:
“A manera de contribución para quienes generosamente participan en los programas de voluntariado en inglés –y para aquellos que hacen creer a la población que los programas de voluntariado que dirigen de manera infundada en Costa Rica (CR) son una ‘innovación’– se les recomienda la lectura del documento ‘English as a Second Language in Volunteer-Based Programs’, escrito por Paula Schlusberg de New Readers Press y Tom Mueller de Laubach Literacy Action.
El documento incluye aspectos sobre: (1) las características de los programas de voluntariado en inglés, (2) el modelo educativo, (3) los escenarios para la instrucción, (4) los estudiantes, (5) el plan de estudios, (6) la capacitación de los voluntarios, (7) los beneficios y retos, (8) las tendencias actuales, (9) las referencias bibliográficas.
Dentro de los diversos aspectos que llaman la atención en el documento, se encuentra lo consignado por los autores en la conclusión. Un extracto de ésta es: ‘Aunque la capacitación continua y de calidad de los instructores es todavía un problema, los programas de voluntariado se asemejan cada vez más a los programas de Inglés como Segunda Lengua, con instructores pagados…’.
Si la capacitación continua y de calidad de los instructores de los programas de voluntariado es todavía un problema dentro de los Estados Unidos de América (EUA), surge entonces la interrogante de si en Costa Rica éstos en realidad funcionan, en especial cuando quienes los dirigen utilizan a la vez el infundado Common European Framework of Reference, se atienen a mal llamados ‘diagnósticos’ realizados por medio de igualmente infundadas pruebas estandarizadas comerciales –ya sea donadas o compradas– con las que ‘descubren’ el ‘nivel’ de inglés de los ‘diagnosticados’.
¿Existe algún informe científico independiente que pueda consultarse públicamente sobre el voluntariado en lenguas en el país, no una versión parcializada de quienes son juez y parte en el proceso?”
Por cierto, en el extracto se señala que los instructores en los programas de voluntariado “son pagados”.
Los voluntarios que “ayudan” en el MEP, ¿son pagados?, ¿estamos en proceso de hacer las modificaciones de pago mediante la posible sustitución de los docentes nacionales…? Recordemos la “obra” de uno de los padres del neoliberalismo “There’s No Such Thing As a Free Lunch. Essays on Public Policy” (No hay almuerzo gratis. Ensayos sobre política pública) (Friedman, 1975).
“Autoridades” del MEP, tienen la palabra… también los reaccionarios dentro y fuera de esa cartera, cuyos puntos de vista no dejan de ser importantes. Pienso que este distinguido medio de prensa no les negará la oportunidad de presentar su planteamiento debidamente fundado, más allá de unas pocas líneas que no demuestran nada.
Pónganse serios y demuestren que saben de lo que hablan de manera pública y fundada, y especialmente, no sean reaccionarios ante los cuestionamientos fundados. Ya es hora de que el costarricense empiece a recibir educación de calidad, que es aquella que se fundamenta en investigación científica independiente sobre la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación de lenguas, y no sobre la base de un paradigma impuesto desde hace décadas y que no ha servido más que para anular la creatividad, el conocimiento de los estudiantes y docentes del sistema de educación, y ¿hacerle el negocio a unos cuantos?…
(*) Gerardo Barboza es Educador