Pekín, 4 julio (Sputnik).- Al menos treinta supuestos traficantes de droga murieron a manos de la policía en los cuatro días que lleva en el cargo presidencial Rodrigo Duterte, quien había prometido durante la campaña que su mandato sería sangriento.
El presidente, conocido como ‘El Castigador’ o ‘Duterte el Sucio’, ha sido criticado por las organizaciones de derechos humanos por las numerosas ejecuciones extrajudiciales ocurridas en la ciudad en la que fue alcalde, Davao, antes de alcanzar el poder en Manila.
Óscar Albayalde, jefe policial en la capital, ha informado que cinco traficantes resultaron muertos el domingo en un tiroteo ocurrido cerca del palacio presidencial.
«Mis hombres estaban a punto de entregarles las órdenes de arresto cuando salieron disparos desde un edificio», ha añadido en una rueda de prensa.
En la operación fueron encontradas cuatro armas y 200 gramos de metanfetamina.
Otros tres presuntos criminales murieron en Manila y 22 lo hicieron en territorios fuera de la capital, según fuentes policiales.
Ronald de la Rosa, jefe nacional de la policía, también reveló que agentes de narcóticos se han incautado 180 kilos de metanfetamina con un valor de 20 millones de dólares en un barco atracado en la isla de Luzon, según el medio Al Jazeera.
La frenética actividad policial también incluye la limpieza de las filas propias.
Duterte ha acusado públicamente a cinco agentes de estar relacionados con el comercio de drogas y Rosa ha añadido que no le importaría cambiar su fecha de cumpleaños al 2 de noviembre, el día de los Difuntos en Filipinas.
«Va a ser una guerra sucia, va a ser una guerra sangrienta. Y no me estoy disculpando por ello. Como autoridad pública, mía y solo mía, asumo toda responsabilidad legal», ha añadido Duterte.
Azadeh Shahshahani, abogado de derechos civiles, ha recordado al presidente que los acusados deben tener «un proceso justo en un tribunal legal independientemente de la gravedad de sus crímenes».
Edre Olalia, secretaria general de la Unión Nacional de Abogados del Pueblo, ha pedido que termine tanto la amenaza de la droga como «las ejecuciones sumarias de supuestos drogadictos o pequeños traficantes».
Desde que Duterte se impuso en las elecciones el 9 de mayo se han registrado un centenar de muertos, en su mayoría sospechosos de traficar con droga, violadores y ladrones de coches.
Duterte había anunciado durante su campaña electoral que engordaría a los peces de la bahía de Manila con los cadáveres de los traficantes y prometió el perdón a los policías que matasen a criminales.
Las organizaciones de derechos humanos respiraron con cierto alivio cuando en su toma de posesión del cargo recordó su pasado de abogado y fiscal y se comprometió a cumplir la ley.