Durante casi una década, la provincia de Guanacaste, la más importante y motor principal en cuanto a turismo, avances de la exploración espacial, producción ganadera, arrocera y cañera de Costa Rica, se ha visto asediada por un enemigo silencioso y casi imperceptible, el cual está minando la salud pública de sus habitantes sin que en realidad se tomen cartas en el asunto por parte de los organismos competentes.
No solo de los Gobiernos de turno y AyA, Municipalidades, Ministerio de Salud, Defensoría de los Habitantes, Universidades Públicas y Privadas y sus Centros de Investigación, más allá de una campaña que para muchos solo trata de demostrar que se están realizando acciones para solucionar el problema; cuando en suma los cantones más afectados siguen con sus centros de salud colapsados.
Y las famosas plantas de tratamiento contra el arsénico, por ejemplo la de Bebedero de Bagaces con sus reiterados anuncios en la televisión, no muestra la ineficacia e inoperancia que hasta ahora le brindan a los habitantes de ese Cantón en cuanto a un sistema que realmente reduzca los niveles de arsénico en el agua.
¿Pero qué podemos hacer todos como costarricenses comprometidos para combatir y erradicar las muertes de decenas de guanacastecos que pierden su vida a raíz del problema del arsénico en el agua? que ha contaminado los mantos acuíferos de cantones como Cañas, Bagaces, Liberia, Carrillo y La Cruz, solo por mencionar a los más afectados, de acuerdo con las investigaciones que ha publicado la Universidad de Costa Rica en el Semanario Universidad.
Y que hasta la fecha no generan una reacción comprometida y real que logre superar el problema del arsénico y evidenciar lo que como filósofa puedo apreciar en cuanto a la “millonaria licitación” que se disputó y que no fue expuesta por los medios de comunicación a la luz pública, donde claramente se pudo percibir que este asunto se ha transformado en un NEGOCIO…
Donde las empresas que no logren asumir los parámetros y especificaciones del AyA, tan poco versado en el tema, no podrán implementar una solución rápida y económica para superar este asunto sin que se ponga en riesgo la salud de miles de personas, junto con los principales especialistas llámense químicos e ingenieros competentes para exponer criterios serios y comprometidos en cuanto al tratamiento del arsénico en el agua, mediando sólo el interés en la salud pública.
Además, los principales medios de comunicación tienen la obligación de exponer la situación más allá de los intereses económicos involucrados que para algunos parece ser el mayor obstáculo para hablar claro e informar a la población del Lucro comercial que está detrás del tema de la administración del recurso hídrico en Costa Rica, el cual tiene en vela, desde casi ya una década, a un sin número de personas en la provincia más representativa para todos los costarricenses, en éste Estado multiétnico y pluricultural donde cada uno debe verse en el otro y reconocerse como parte del problema.
Cuando no se alza la voz, evidenciando que no solo la burocracia tiene ahogado a este país, junto con la corrupción institucionalizada y el afán de negocio y lucro que en verdad forma parte de la realidad con la que muchos costarricenses nos enfrentamos día a día. Y que no nos permite avanzar en asuntos tan álgidos como éste, mientras unos u otros, se dicen capaces o incapaces para asumir las responsabilidades que conlleva enfrentar y solucionar los problemas de Salud Pública que aquejan a este país.
Mientras, los Ebais no se dan abasto con tanto “paciente,” porque hay que ser muy paciente en esta Costa Rica para ser enfermo renal crónico y acostumbrarse a vivir con una sentencia de muerte, más allá de las extenuantes jornadas laborales de los trabadores de la caña o el arroz y ni que decir de la supuesta “sobredosis de Acetaminofén” con la que se arropa el Ministerio de Salud para aducir que ésta es una de las principales causas del problema.
Donde lo que no se dice, es que también las personas que realizan otro tipo de actividades ajenas a estas y no consumen Acetaminofén, son igualmente afectadas por este flagelo… por ejemplo, Niños, Ancianos o personas como Usted o Yo, más allá de las falacias reiterativas que los organismos de gobierno nos han pretendido hacer creer por casi una década.
(*) Marisol Chévez Hidalgo es Licda. en Filosofía, Universidad de Costa Rica
Resulta apocalíptica y dantesca la falta de humanidad departe de los gobiernos de turno como de empresas en las que primero están sus ganancias (obtenidas muchas veces de forma deshonesta) que la salud y la vida de las poblaciones. Esa falta de valores morales y éticos que baja al estrato de lo criminal debe replantearnos el valor de nuestro sistema capitalista e impulsarnos a visualizar otros medios de obtener una mejor manera de vivir como sociedades humanas.
3 años después sigue la misma situación?