jueves 1, junio 2023
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Notas para el retrato de un hooligan: sobre una novela alemana

Por Rodrigo Zuleta, Berlín, 11 oct (EFE).- Los hooligans propiamente dichos han dejado desde hace mucho de tener el centro de su actividad en los estadios. «Se trata de algo que sólo marginalmente tiene que ver con el fútbol», dice Heiko xx, el narrador y personaje central de «Hool», la primera novela del escritor alemán Philipp Winkler dedicada al fenómeno del hooligalismo.

La novela empieza con la descripción de lo que en el mundo hooligan se denomina un ‘match’, pactado de antemano entre un grupo de Hannover y un grupo de Colonia. El ‘match’, una pelea sangrienta entre los dos grupos, tiene lugar en una pradera apartada, donde hay menos posibilidades de que aparezca la policía.

Los hooligans del Hannover 96 se ponen sus protectores de boca antes de llegar al lugar de la pelea, algunos de ellos consumen cocaína u otros estimulantes y después asumen la confrontación como una especie de lucha por lo que ellos consideran «su ciudad». A Heiko le basta el choque de adrenalina.

Heiko es lo que muchos pueden considerar el prototipo del hooligan, que encuentra en la violencia cotidiana -bajo la bandera de un club determinado- una compensación a su frustración existencial.

Se trata de un joven que no terminó el bachillerato, que no tiene profesión y vive del sueldo que le paga su tío Axel, dueño de un gimnasio -que sirve también de centro de tráfico de anfetaminas y otras drogas- y jefe de los hooligans del Hannover 96.

Su relación sentimental con una enfermera drogadicta se ha roto y, por no volver a la casa de su padre alcohólico que ha sido abandonado por la madre, se va a vivir a la granja de un tal Arnim que organiza espectáculos clandestinos de peleas de perros contra otros animales, y que no le cobra arriendo a cambio de que se ocupe de la alimentación de dos perros y un buitre.

Sin embargo -y esto es algo en lo que insisten quienes han investigado sobre el tema- no todos los hooligans son personas con existencias fracasadas. Los amigos más cercanos de Heiko, también integrados en el grupo de hooligans, así lo muestran.

Kai, su mejor amigo y uno de los mejores combatientes del grupo -casi siempre estimulado por la cocaína-, estudia Empresariales. Joachim Seidel, llamado Jojo, acaba de empezar una carrera como entrenador en divisiones inferiores. Y Ulf tiene una relación estable, un trabajo fijo y es padre de familia.

Además, como una sombra está el hermano menor de Jojo, Joel Seidel, que llegó a jugar en las inferiores del Hannover 96 pero al que una lesión acabó con su carrera, lo que le produjo una desesperación que le llevó al suicidio.

El grupo de amigos tiende a equiparar su destino con el de Robert Enke, que se suicidó siendo meta y capitán del Hannover, afectado por depresiones clínicas.

Todos participan en los ‘match’ pactados por Axel con grupos rivales, pero llega el momento en que deciden hacer una acción por su cuenta y viajar a Braunschweig con el propósito de apalear por sorpresa a un par de hooligans rivales.

La cosa sale mal. La camioneta en la que viajan termina destrozada. Ulf, el único que no viaja inicialmente, termina rescatándolos a última hora, lo que produce en su pareja una crisis que la lleva a darle un ultimátum para que deje el mundo del hooligalismo.

Ulf es el primero en desertar. Luego sigue Kai, después de que hooligans del Eintrach Braunschweig le dan una paliza como venganza que lo lleva al hospital malherido.

Finalmente Jojo dice que ese mundo ya no es el suyo y que no quiere ver nunca más a un amigo como tuvo que ver a Kai. Heiko se queda solo, con los hooligans mayores que viven de conexiones mafiosas. Se siente abandonando. Su último amigo es uno de los pitbull que alimenta y con el que a lo largo del libro hay una especie identificación subliminal.

La novela, en la que los personajes sólo esporádicamente visitan un estadio de fútbol y en la que poco se averigua sobre el juego, que es algo que sólo sirve de marco, ha tenido una gran acogida por la crítica como una obra que apunta a zonas ocultas de la sociedad,

Incluso «Hool» ha logrado meterse en la lista de seis finalistas al «Deutscher Buchpreis», que se otorga a la mejor novela alemana del año. EFE

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