En el transcurso del presente siglo sucederán eventos impactantes que mejorarán la vida de los seres humanos, sobre todo en campos de la ciencia y la tecnología que hoy son objeto de investigación profunda, siempre y cuando los desquiciados que conducen las potencias nucleares no nos lleven a todos hacia el holocausto previsto en caso de una tercera guerra mundial. Porque de ser así, los pocos seres humanos que quedarían vivos volverían al estado de la época de las cavernas.
Muy amplias son estas áreas de investigación: energía limpia y gratuita, medicina, vivienda y transporte urbano, comunicaciones, nanotecnología, robótica, agricultura y producción de alimentos, y muchas más. De las cuales se conoce poco de los logros obtenidos hasta ahora y que se encuentran en fase experimental.
Eric de Riedmatten, publicó un libro titulado XXIème Siècle, les innovations qui vont changer notre vie, al estilo de las previsiones de British Telecom. Riedmatten es ex-periodista de Europe 1 y actual Directeur de la communication de Siemens France.
En el extracto del comunicado de prensa de E-mergences se anuncian algunas de esas innovaciones:
• Ver la televisión en una pantalla fina como el papel.
• Iluminación sin cable eléctrico.
• Dormir con las ventanas abiertas sin ruido gracias a los inversores de frecuencia.
• Sustituir los carburantes por hidrógeno líquido.
• Hibernar para alargar la vida.
• Caminar sobre tapices rodantes en lugar de viajar en trasporte público…
Año por año, desde 2006 hasta 2100, parece que Éric de Riedmatten trata de revelar cuales serán esas innovaciones, con su estilo periodístico y agrupados en seis grandes temas: salud, tecnología, espacio, comunicación, transportes, energía/medio ambiente…
Algunas innovaciones y fechas posibles que aventura: Teléfono portátil integrado en el oído (2012), traductor simultáneo (2019) , tejidos luminosos (2026), sangre artificial (2018), etiqueta inteligente (2037), primeros asentamientos humanos en Marte (2030), ciudades climatizadas (2035), auto reparación humana (2079), injertos de cerebro (2082), electricidad sin cable eléctrico (2020), primer coche desechable (2098), viajes subterráneos (2058), vuelos espaciales de recreo (2067)…
Según el autor todas estas innovaciones se basan en hechos científicos reales, la mayor parte de ellos son ya objeto de estudio e investigaciones. De hecho, han sido validados por un comité de científicos de renombre. Étienne-Émile Baulieu, Hubert Reeves, André Brack, Francis Rocard, Gilles Cohen-Tannoudji.
Es verdad que vivimos momentos de incertidumbre y de cambio, y que como divertimento y ejercicio de ciencia ficción puede estar bien este tipo de predicciones, pero parece excesivo que nos dediquemos a aventurar innovaciones tecnológicas que se darán dentro de 60 u 80 años.
De todos modos, no deja de tener su interés el conocer lo que diferentes personas y grupos de trabajo (Siemens, MIT, Vodafone, British Telecom) están previendo como innovaciones que conoceremos en el futuro. Por un lado, son actores tecnológicos importantes y por otro, sólo somos capaces de inventar aquello que somos capaces de imaginar. En ese sentido, no me cabe duda de que también la ciencia ficción es un apoyo a la innovación.
Lo que sí es importante reconocer es que se están realizando actualmente extensas y profundas investigaciones en muchos campos, de las cuales veremos resultados asombrosos, aunque no coincidan con las predicciones de este periodista.
El siglo XXI se caracteriza por el avance y expansión de la digitalización y el control de la información a nivel global. También a esta época se le conoce como la era de la información (quien la controla y quien accede a ella tendrá las mejores oportunidades). La era industrial y la era espacial se caracterizaban por modelos lineales poco cambiantes. Hoy todo ha cambiado.
Las llamadas redes sociales reflejan el intercambiante mundo de información, conectividad a bajo costo. Este progreso ya se había iniciado a partir de los años setenta con la tercera revolución industrial. Sin embargo, a comienzos del siglo XXI, la digitalización experimentó un enorme cambio que dio lugar a nuevos dispositivos de almacenamiento de datos (memorias flash) y una mayor intensidad en la expansión de la telefonía móvil (iniciada en los años 1980 en Europa y Estados Unidos). En el campo de la tecnología, también destacó el conocido como apagón analógico, dada la aparición en 2005 de la televisión digital terrestre, la masificación de dispositivos móviles y el bajo coste de acceder a internet; así como el posdesarrollo del Proyecto Genoma Humano.
En los albores de este siglo se retoma nuevamente la conciencia del fenómeno conocido como cambio climático, movimiento iniciado en los años setenta, que se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la comunidad internacional. Pero fue en 2015, cuando las alertas empiezan a ser más fuertes por la alta contaminación, producida en grandes ciudades, por ejemplo, Madrid (España). Este problema ha motivado numerosas campañas de protesta, mientras, por otra parte los Estados, se proponen medidas destinadas a lograr posibles soluciones, como el Protocolo de Kioto, acordado a finales del siglo XX (se concertó el 11 de diciembre de 1997, y se firmó entre el 16 de marzo de 1998 y el 15 de marzo de 1999 en la sede de la ONU).
En el campo de la política demográfica, la globalización, de la que ya se habló en las últimas décadas del siglo XX, se ha intensificado notablemente; así como los movimientos de activistas como los indignados en todo el mundo.
Vale la pena señalar algunas manifestaciones posibles, según los expertos y los estudiosos de estos fenómenos.
Hay dos inventos del siglo XX cuya madurez se alcanzará en este siglo que empieza: el ordenador e Internet, la conexión mundial de redes. Calculo que en el XXI serán omnipresentes en todas las formas imaginables (no sólo en forma conocida de «caja» y pantalla); ropa, objetos, muebles, prótesis de toda clase tendrán diversas funciones hoy propias del ordenador de sobremesa.
El uso será tan masivo que un niño de mediados del siglo XXI no podrá imaginar como se puede vivir razonablemente bien sin ordenadores y sin Internet. Lo mismo sucedió con nosotros, pero a una escala aún mayor nos esperan los próximos cambios.
Cambios en biología que permitirán la clonación de seres humanos y la selección genética pondrán a disposición de las personas con recursos económicos toda una gama de nuevas posibilidades. Las clases sociales se consolidarán, y serán más visibles, porque ya no sólo habrá diferencias económicas sino de calidad genética.
Una constante histórica ha sido que lo que es violentamente rechazado en una época se convierte en algo admirado en la siguiente. Así que se convertirá en un signo de distinción social tener, por lo menos, un clon. Como el proceso será muy caro y poco eficaz, habrá gente que tendrá varios clones hasta lograr el que se le parezca más.
La evolución de la tecnología espacial permitirá la colonización de los planetas cercanos, con personal poco capacitado (en términos relativos). Esto abrirá la puerta para el desplazamiento de partes importantes de población que deseen buscar un mejor nivel de vida, aunque en condiciones muy peligrosas.
La conquista espacial será fundamentalmente económica: en busca de nuevas materias primas, desarrollo de nueva tecnología y de recolocación de sectores desplazados de la sociedad terráquea. Algo muy diferente a lo que apuntaba en el siglo pasado (el XX), donde era, antes que nada, un desarrollo científico con consecuencias militares.
La expansión de las redes de toda clase (las mejores serán de pago… y nada barato, por cierto) creará sociedades virtuales, es decir, no ligadas a una zona geográfica concreta.
La geografía real del siglo XXI, sobre todo en el último tercio, será muy diferente a la geografía física. Buenos Aires podrá estar más cerca de Washington que Los Angeles. Y un pueblo perdido de Castilla estará al mismo nivel que una ciudad pequeña del tercer mundo. El plano de las interacciones reales (su frecuencia e intensidad) reconstruirá la tierra. Este será un efecto muy importante de la interconexión mundial, el cambio radical de nuestra noción de «proximidad«.
El desarrollo de un software adecuado facilitará el trabajo en grupo, en tiempo real, de especialistas localizados en cualquier lugar de la tierra, por arriba de las fronteras y de los deseos de los gobernantes. No habrá límites para la asociación de toda clase, tantos de técnicos como de aficionados de cualquier especie.
La informática aplicada permitirá el desarrollo de nuevos mundos virtuales aptos para la diversión, el trabajo y la creación. Pero la capacitación necesaria para alcanzar niveles de calidad no estará al alcance de todos. El dinero, su obtención y acumulación, será aún más importante que en las épocas actuales. Frente a las necesidades económicas en un mundo en el que será imposible vivir bien con poco dinero, se producirá una monetarización intensiva en cualquier actividad que, para nuestros criterios, es no-lucrativa. Se intentará rentabilizar, hacer producir dinero, cualquier clase de conocimiento y cualquier clase de servicios que tengan un posible comprador.
La misma informática facilitará la expansión de la inteligencia individual. Se elevarán gradualmente los C.I. de los niños en edad escolar. El aprendizaje empezará a partir del embarazo. Las madres tendrán que asistir a clases especiales para facilitar la emergencia de bebés superdotados. Naturalmente las que no puedan seguir ese ritmo parirán niños de segunda clase, que irán a parvularios de segunda clase, y que terminarán en escuelas de tercera clase.
Se tendrá la seguridad que a los 5 años de existencia ya estará determinada (en las capacidades básicas) la historia del individuo. No será el «Mundo Feliz» de Huxley, pero, en lo que se refiere al aprovechamiento del desarrollo tecnológico y científico, existirán claramente dos grandes grupos: los que han tenido acceso a estos beneficios desde la edad fetal… y los que han adquirido aquello que han podido en edades tardías.
Dado el gran valor económico que tendrá la inteligencia, los estados crearán un amplio sistema de becas para los niños superdotados. Este sistema moderará (aunque sus fines sean puramente utilitarios), el rigor de una sociedad tan clasista. Por primera vez en la historia existirá una dedicación sistemática al desarrollo de todos los aspectos de la inteligencia y la creatividad.
Los aspectos puramente reiterativos en el proceso del pensamiento quedarán descargados en las máquinas. Se producirá un salto en el desarrollo, a fines del siglo próximo, tan gigantesco que todas las instituciones sociales e ideológicas se verán abocadas a una seria crisis de valores, programas, y objetivos.
El trabajo asalariado será cada vez más escaso. En la sociedad de finales del siglo XXI, sólo existirán tres niveles aptos para el trabajo humano: el muy complejo que requiera una formación muy sofisticada (en ciencia y tecnología); el de la exploración (sobre todo la espacial); y el de entretenimiento. Todo lo demás estará maquinizado. Esto supondrá una gran masa de población condenada a vivir de subvenciones más o menos justificadas. Los estados que no puedan asegurar esta clase de subsidios… condenaran a sus habitantes a la emigración o a la pobreza sin horizontes.
Paradójicamente en esta nueva sociedad, de inflexible competitividad, las personas mayores, ancianas (que conserven su energía, es decir su buena salud) tendrán muchas más posibilidades que las actuales de trabajar y obtener importantes ganancias.
Dado que el conocimiento, de cualquier clase, pasará a ser muy valorado; todo el conocimiento que posea un anciano sobre cuestiones pasadas y que esté en condiciones de transmitirlo en una forma razonablemente lógica, tendrá un público consumidor importante.
Ante semejantes escenarios, no muy lejanos, pues podrían suscitarse durante la vida de mis nietas (durante la mía, no, pues estoy en la última etapa de mi vida), me pregunto cómo ven el mundo todos aquellos aspirantes a cargos de elección popular en nuestro país, que se caracteriza por ir un poco a la zaga de los avances tecnológicos, aunque muy adelante en otros de índole social. Me resulta evidente que un futuro gobernante, funcionario, legislador, juez, tenga consciencia de lo que ya está sucediendo en el mundo, pues de otra forma el rezago se haga cada vez mayor.
Pero no nos hagamos ilusiones, estos avances inicialmente estarán a disposición solamente de aquellos que posean la capacidad económica para obtenerlos y disfrutarlos, la inmensa mayoría seguirá con decenios de retraso. Sin embargo, recordemos el fenómeno de los teléfonos portátiles, cuando en nuestro país hace escasamente quince años era un lujo, y hoy lo tiene cualquier hijo de vecino. El tiempo se encarga por sí solo de subsanar estas diferencias, y curiosamente no por decisiones políticas, sino por el negocio que se encuentra y se encontrará detrás de las futuras maravillas que presenciaremos.
(*) Alfonso J. Palacios Echeverría
Que interesante el articulo sobre el futuro de la humanidad.Lo que queda claro es que si nuestro pais desea participar de todos esos avances debe ser una economia de libre mercado.Al menos a esa conclusion llegue yo.
Con las consecuencias que acarrearía para sectores débiles, como siempre ha sido con ese «libre» mercado? NO GRACIAS!!!
Me hubiera gustado que profundizara un poco sobre la situación ambiental del planeta. Para qué tanto avance tecnológico? (en todo los campos), si se está poniendo en riego la vida misma de muchos organismos. Se nos ha olvida la interrelación que existe entre todos los elementos de la naturaleza y el ser humano. Seguimos analizando todo desde un punto de vista muy antropocéntrico, sólo pensando en el beneficio humano. Se que al final eso es lo que importa, pero se nos olvida nuestro ligamen con muchos recursos. Por sólo mencionar uno: el agua. Den un vistazo por algunos sitios de nuestra «amada» Patria y se darán cuenta que no vamos por buen camino, y eso que estamos entre los países que mayores esfuerzos hace por lograr un manejo responsable de nuestros recursos. Lamentablemente, otros países no hacen lo propio
Dentro de mil años,los herederos de este planeta,serán las hormigas y las cucarachas,el ser humano,mas tarde,mas temprano,usará,sus arsenales nucleares.Solo es cuestión de tiempo.