De cal y de arena
El Chino Li cantó. Y lo hizo siguiendo la partitura dictada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos tras indagarlo por catorce cargos correspondientes a igual número de figuras delictivas. Cantó y admitió culpabilidad en tres delitos (crimen organizado, fraude electrónico y conspiración en fraude electrónico) de un total de catorce figuras criminales. Es posible que la contundencia de las investigaciones y de las pruebas acopiadas le hayan llevado a renunciar al alegato de inocencia con que clamó al cielo ante su “arbitraria” detención y con el que pretendió cautelar el pregón de rectitud con que se pavoneaba ante la afición futbolística, la prensa y la sociedad. Todo se le derrumbó.
Sabedor él de sus andanzas por los predios de la ilegalidad y la inmoralidad, quizás rememoró a Al Capone y a sus destrezas para evadir la cárcel. Claro, no le llegaba ni al tobillo; ni siquiera en punto a tener presente la máxima de que el exceso de confianza termina rompiendo el saco.
El Chino cantó. Pero cuidado si no vuelve a cantar, ya con una nueva partitura referente a algunos de los otros delitos pendientes que se le imputan. Cuidado si en un nuevo do de pecho ante un poderoso ventilador, la pringada es de padre y señor mío. Y entonces sí, esos “pececitos” aludidos por Jorge Hidalgo, ex vicepresidente de la Federación Costarricense de Fútbol, quedarán boqueando en paro cardiorrespiratorio a los ojos de una sociedad drogada por el Fútbol S.A.
Si algo es evidente es que el Chino Li está sumido en un grave conflicto de conciencia: sabedor de lo que pasó, de cómo pasó y de quiénes fueron sus compinches, posee la llave para abrir la puerta de un entendimiento con aquel Departamento de Justicia que le permita sobrevivir en condiciones no tan extremas ni angustiosas. Eso sí, haciendo la gran pringazón que aquí más de uno está temiendo. Pringazón que demostraría cuán pertinente es la sospecha de que el Chino no actuó solo aquí y de que en el cofre de los delitos hay algo más que la indebida apropiación de dineros ajenos (los del Mundial Sub 17), la atrabiliaria remoción del proveedor de uniformes y los sobornos con que se arregló la presentación de la Selección Nacional. Porque hay que ser una montaña de candor para dar por buena la argumentación de que Li actuó solo.
Ojalá la FEDEFUTBOL entienda lo que está en juego, su gravedad, su trascendencia, sus implicaciones morales e institucionales, como para marginarse por completo de la investigación indispensable, profunda y de indiscutible solvencia profesional que demanda este penoso caso.
Ojalá la prensa independiente, la que vive libre de amiguismos y sortilegios de palacio, no deje que esta depredación moral se hunda en el mar de los intereses creados para provecho de quienes anhelan la impunidad.
Ojalá el Fiscal General llegue a la convicción de que en este fétido expediente hay transgresiones a la ley costarricense que justifican perseguir a los delincuentes.
Ojalá paremos el asalto al Fútbol Sin Asco (Fútbol S.A.)
Ojalá el Chino Li cante más.
(*) Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista
¡Cantara! ¡El chino Li cantara! ¡Y hara una desconunal y fetida pringazon!
Excelente comentario.
Que hay mas personas involucradas ,que no quepa la menor duda.
No necesariamente en el negocio futbolero sino tapando,lavando ,desapareciendo,
los bienes o coimas recibidos.
Don Álvaro, excelente comentario. Solamente que es necesario aclarar un detalle: Como Usted lo indica en su escrito, estamos ante «Una sociedad drogada por el Futbol S.A» por lo que pronto se sacan de la manga uno de esos famosos «clásicos» y en Costa Rica y la Fedefutbol no ha pasado nada. Es más, casi estaría seguro que se lo dedican a alguno de esos integrantes que no «sabe nada» que sólo firmaban y punto. Así las cosas, no pasará nada, ya que esa organización esta formada por un grupo de que protege así mismo. Y los fanáticos del fútbol muy bien gracias y gritando: más partidos, más partidos
Ojalá así como cantó el chino, hubiera cantado hace años Caro Quintero, quien ha dicho que «el día que abra la boca, muere el PLN»…
Ningun negocillo del tipo Chino Li se sostiene oculto tanto tiempo sin la complicidad de colaboradores criollos. El destape que viene sera un chiste comparado con el affaire ICE-ALCATEL en terminos de traicion a los «cuates».
Y el colmo, luego de estos episodios, una juez de Florida, dio libertad al vivo, de 8am a 10pm, todos los días. Todavía goza de billete y entonces, podrá gastarlos a sus anchas en esos lugares. Una atractiva invitación a los probables encartados nacionales a disfrutar las playas gringas, si fuesen sentenciados. Así quien no, ¿verdad, chemis? Vaya clase de turistas quiere nuestras sociedades libres. Por supuesto, con billete, pelados no.