La Habana, 27 Nov (Sputnik).- Por las venas de Eduardo Galeano corría a borbotones sangre latinoamericana; su pecho se inflaba como los Andes al hablar de su país natal, Uruguay, pero no era menos a la hora de escribir sobre la Patagonia, Perú, Colombia, México, o cualquier otro rinconcito de la geografía de América Latina.
No es de extrañar, entonces, que en su libro ‘Espejos: una historia casi universal’, Galeano haya dedicado palabras sencillas, profundas, únicas y sinceras al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, un hombre que marcó la historia de América Latina… tal vez como muchos pocos lo hayan hecho.
Compartimos con ustedes el texto íntegro del escritor uruguayo.
Fidel
Y en eso sus enemigos tienen razón.
Y sus enemigos no dicen que Cuba es un raro país que no compite en la Copa Mundial del Felpudo.
Y no dicen que esta revolución, crecida en el castigo, es lo que pudo ser y no lo que quiso ser. Ni dicen que en gran medida el muro entre el deseo y la realidad fue haciéndose más alto y más ancho gracias al bloqueo imperial, que ahogó el desarrollo de una democracia a la cubana, obligó a la militarización de la sociedad y otorgó a la burocracia, que para cada solución tiene un problema, las coartadas que necesita para justificarse y perpetuarse.
Y no dicen que a pesar de todos los pesares, a pesar de las agresiones de afuera y de las arbitrariedades de adentro, esta isla sufrida pero porfiadamente alegre ha generado la sociedad latinoamericana menos injusta.