San José, 12 Dic (ElPaís.cr).- En la primera mitad del año 2015, la Asamblea Legislativa abrió la discusión nacional sobre lo que podría ser la legalización de la marihuana, al menos de su uso medicinal en Costa Rica, pero más de un año después el panorama sigue igual.
Saray Soto Rivera, madre de David Bastos Soto, es una mujer que asegura a partir de su propia experiencia que el uso de los aceites a base del cannabis pueden realmente cambiar la vida de una persona, o bien de una familia. No obstante, muchos en el Congreso no comparten su pensamiento y lejos de ello, consideran que el uso de esta planta para tratar enfermedades puede traer más problemas que beneficios.
David, es un niño que está diagnosticado con el Síndrome de Dravet y actualmente, luego de probar con 18 anticonvulsivos, su familia decidió arriesgar probando con tratamientos experimentales, a pesar de los costos y complicaciones que esto implica.
¿Que es el Síndrome Dravet? El síndrome de Dravet, también conocido como epilepsia mioclónica grave de la infancia o epilepsia polimorfa, es un desorden o enfermedad devastadora de la niñez. Se cree que una de cada 20 mil a 40 mil personas tiene este extraño padecimiento y entre un 15 a un 25% de las personas que lo padecen es a causa de antecedentes familiares.
Dicho síndrome se da por una alteración genética de la cual aún no se conoce mucho. Aproximadamente el 70 al 80 % de los pacientes Dravet muestran mutaciones en el SCN1A, gen que codifica la subunidad alfa 1 del canal de sodio.
Esta enfermedad que produce epilepsia crónica, genera complicaciones alternas a su alrededor, como por ejemplo la carencia de especialistas, su difícil control y su resistencia a los fármacos convencionales.
«David pasó de un promedio de 100 convulsiones diarias a ninguna. Posee ahora una vitalidad y energía increíbles, gracias al aceite. Por eso, porque soy testiga de lo que es capaz de hacer, es que pido a la Asamblea Legislativa para que apruebe lo antes posible el proyecto que regula el cannabis para fines medicinales», señaló la madre de David, quien hizo una solicitud a los diputados costarricenses para aprobar dicho proyecto.
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Antes del uso del cannabis medicinal, David debía consumir 124 pastillas al mes, de medicamentos psicotrópicos que provocaban un deterioro de su salud y vitalidad, además solía dormir 20 horas al día y las pruebas de sangre mostraban un serio deterioro de algunos órganos de su cuerpo.
«Ahora David solo toma 30 pastillas al mes. Ya no tiene la misma cantidad de convulsiones y participa en actividades escolares. Poco a poco hemos logrado disminuir la dosis de otros medicamentos muy caros por el aceite de cannabis», dijo Saray Soto.
Saray es una de muchas ciudadanas costarricenses que logran tener acceso a este tipo de medicamentos a través de sus propios medios, con la esperanza de que el Estado le facilite en algún momento este tipo de cuidados a su hijo como parte de su seguro médico. Sin embargo, existe un bloque de diputados evangélicos en el Congreso que consideran que hay muchos tratamientos experimentales para tener que proveer cannabis a las personas.
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Para abril de este año, el bloque cristiano había presentado más de 25 mociones al expediente 19 256. Hace pocos meses, el diputado de Renovación Costarricense (PRC), Abelino Esquivel dijo; «yo me opongo rotundamente a este proyecto que habilitaría el consumo de las drogas en el país”, esto a pesar de que el proyecto no contempla el uso recreativo, únicamente medicinal e industrial.
De convertirse en ley, el proyecto 19. 256 para la regulación del cannabis medicinal y cáñamo prohibiría el cultivo de cannabis y otras plantas sin tener previamente una licencia comercial; así lo establece el texto sustitutivo oficial a dicha ley, a partir de que las entidades públicas como el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), emitieran criterios para mejorar el texto.
ARTÍCULO 371.- Sufrirá prisión de seis a doce años, el que, a cualquier título, cultivare plantas de adormidera, de coca, de cáñamo o marihuana (canabis indica y canabis sativa), o cualesquiera otras plantas o semillas de efectos similares, cuyo cultivo, tenencia o tráfico hayan sido declarados prohibidos o restringidos por el Ministerio de Salud o que no se encuentren regulados y permitidos por una Ley.
Hasta el momento, el autocultivo en Costa Rica no se considera un delito grave, pero con este artículo, esta actividad sería legalizada como delictiva.
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Según los expertos, mientras la policía decomisa marihuana, en internet hay más de 7000 páginas que promocionan sus diferentes usos y formas de consumo, entre ellas en una gran cantidad enfocada al ámbito medicinal y sus beneficios.