Columna Poliédrica
¿Qué es un experto? De acuerdo con la definición dada por el diccionario de la Real Academia Española, se trata de una palabra que viene del latín “expertus”, término que significa experimentado. En consecuencia, un experto es una persona experimentada en algo o, como dice su segunda acepción, una persona especializada o con grandes conocimientos en una determinada materia.
El experto, entonces, no podría ser una persona que opina de todo y de cualquier materia. En efecto, se puede tener una cultura general, pero no se podría ser experto en todo; en otras palabras, dado el desarrollo exponencial de los conocimientos en todas las materias, resulta sospechoso que haya “expertos” capaces de esgrimir criterios en relación con una diversidad temas de la realidad.
La sospecha aumenta cuando uno observa que la nominación de “experto”, se la endilgan a un reducido número de personas que andan dando vuelta en los medios de comunicación. Es contradictorio que a estos personajes se les presente como “expertos” y que tengan el atrevimiento de opinar de temas tan diversos como la Ciencia Política, el Derecho, la Ciencia Económica, la Ingeniería y hasta de física cuántica.
No se puede saber de todo y menos ser experto en todo. Ni siquiera en una materia como la Filosofía que se ocupa de los universales y de los fundamentos de las diferentes materias, es posible opinar de absolutamente todo; un filósofo que se dedique al tema de la ética, difícilmente, se atreverá a esgrimir criterio en relación a la filosofía de la ciencia, claro está, cuando se está en un debate con algún grado de seriedad.
Resulta penoso observar, escuchar y leer lo que ocurre en los medios de comunicación con los “expertos”. Por ejemplo, cuando se trata de explicar un tema jurídico penal, ya uno sabe que el entrevistado va ser un abogado que le gusta vociferar contra la institucionalidad costarricense, diciendo que todo está mal; el discurso siempre es el mismo y los entrevistadores no son capaces, porque tampoco saben o se informan del tema, de darle al receptor un contenido más profundo para que pueda comprender el fenómeno o situación que se está analizando.
Esta situación está presente en la realidad costarricense y lo peor es que los propios “expertos” no tienen la menor vergüenza de que les llamen así y de presentarse como tales. Tengo la impresión que a muchos de ellos los reflectores los encandilan y que prefieren saciar sus ansias de protagonismo, aunque manifiesten criterios que un verdadero experto jamás se atrevería a sostener.
Lo más lamentable es que estos “expertos” terminan creyendo que todas las personas al otro lado del medio de comunicación es ignorante del tema tratado. Hay que ser muy osado para pensar que se tiene la autoridad para opinar de temas con un alto grado de especialización, es decir, hay que tener un ego rebosante para pensar que eso es posible y que va pasar inadvertido ante los verdaderos expertos en el tema.
Esta columna va ser criticada por lo mismo que estamos denunciando. No hay que ser muy sabio para saber que nos van a decir que nosotros incurrimos en el mismo problema que estamos resaltando, no obstante, en ningún momento nos presentamos como “expertos”. La filosofía atraviesa transversalmente todas las materias porque se ocupa de los fundamentos de cada una de ellas, no puede tener la característica que tiene el experto; la filosofía no es una disciplina especializada, pero sí está presente en todas las materias.
No es lo mismo un filósofo que un científico. No es lo mismo un filósofo político que un politólogo, se trata de niveles distintos de análisis; sin embargo, no es igual entrevistar a un politólogo que a un estadístico en relación con una encuesta en relación con la intención de voto del electorado. ¿Se entiende el punto?
Por eso cuando le dicen a alguien experto hay que abrir muy bien todos los sentidos. La experiencia y el conocimiento no vienen por correo y tampoco se la encuentra en las cajas de cereal. Un poco de amor propio también sería deseable entre los que les gusta ser llamados así.
¡No más “expertos”! Me refiero a los de pacotilla.
(*) Andi Mirom es Filósofo
Hay una «experta» en asuntos yankis, esposa de un mediocre politico del pln que le para los pelos a cualquiera de tanta idiotez que habla. Y de tanto salir en el mismo canal, hace ver a los entrevistadores(as) como genuinos(as) torombolos(as). Y de paso, como usted lo dice, subestiman a la audiencia irrespetandola por todo lo alto.
yo digo que no mas expertos de ningun lado, ni siquiera de los de la universidad. El mundo cada vez esta mas lleno de problemas y lo cierto es que el supuesto conocimiento especializado que tienen los expertos no resulta ser un factor de impacto en la sociedad…en Costa Rica hay muchos expertos, en la UCR, en los institutos de las universidades, y al final, esto es irrelevante, el pais va como el cangrejo. Entonces para que son los expertos? Tambien hay gente que se hace llamar expertos cuando en realidad no tienen un conocimiento en areas donde se pueden concluir cosas de forma sensata con un nivel reducido de incertidumbre,por eso es que pululan expertos de mentirillas en areas como sociologia, historia, etc, todas estas son areas suaves que en realidad no tienen el rigor de la ciencia exacta o ciencia tecnica y por ello no se les puede igualar…hay mucha area ensenandose en la universidad que honestamente de ciencia no tienen nada. Que lo digan las feministas con sus estudios de la mujer, de eso de ciencia no tiene absolutamente nada…pura narrativa acomodaticia a ciertas agendas, y nada mas que eso.
Lamentablemente, la verdadera y honesta mentalidad cientifica que caracterizo a verdaderos cientificos es cada vez mas escasa, de alli que expertos de verdad son muy pocos los que hay. Lo que hay son muchos repetidores que moldean discursos segun les convenga. Triste pero cierto.
Tiene toda la razón. He visto a algunos expertos que lo que hacen es repetir clichés, meter algunas estadísticas y contestar lo obvio, perdonen pero uno se da cuenta que aquel experto es simplemente un bombeta y que los datos que da, cualquiera con acceso a internet logra parecerlo. Y no es consuelo pero hace unos días vi a Camilo de CNN en español acudir a una «experta» que prácticamente aportó nada.
Leo esta columna y a mi mente vienen los aparecidos de rigor que aparecen en TeleTonTica (siempre CONTRA usted) o en RETRETEL jugando de eruditos sobre «x» o «y» tema del momento…
Ojalá enseñaremos a los niños y jóvenes de nuestro país a diferenciar los juicios de valor de los criterios verdaderos, a rechazar todos esos nocivos programas televisivos que debieran ser censurados por el solo hecho de que verlos nos vuelve tontos y poco analíticos, y mostrarles cómo es un buen programa de debate de ideas, como prisma de la DW; enseñarles cómo muchos a través del arte expresan una profunda reflexión de su realidad, y cómo ese arte ayuda a generar análisis, y cómo mucho de lo que se pregona que es arte, es en realidad algo vacío y sin sentido, que nos distrae de pensar y generar cambios que nuestra sociedad requiere.