Dentro del ámbito de la Academia, es bien sabido que en Costa Rica muchos “intelectuales” no leen a otros ni a nadie, o incluso leen resúmenes para ahorrar tiempo cuando en realidad lo que hacen es desperdiciarlo en una pseudo-lectura, la cual trata de equiparar al texto completo y original, razón por la cual también no entienden ni logran analizar la idea de uno u otro autor, en el contexto preciso en el cual expuso sus escritos.
Por ello, es difícil también a nivel de primaria y secundaria que los mismos alumnos tengan hábitos de lectura, expresión oral y comprensión auditiva, y esto debido a la renuencia del mismo Ministerio de Educación Pública, en donde por utilizar una palabra decorosa para describir lo que ocurre, se presentan entrabamientos, con secuelas catastróficas en cuanto a los métodos de enseñanza, lectura y comprensión.
Y que a su vez pareciera que no le interesa que los niños y jóvenes, logren a través de la escritura y lectura correcta, conocer, interpretar y también argumentar, cómo es que se desarrolla el mundo real, ese que va más allá de las aulas de escuelas y colegios públicos por todo el país, y donde cada vez más, los jóvenes salen graduados con una educación deficiente, en dos áreas sumamente importantes en cuanto a su nivel de escolaridad y aprendizaje, que serían español y matemáticas en teoría, cuando en realidad si no saben leer bien, no logran comprender prácticamente ninguna materia, ya que cualquier actividad didáctica requiere de una buena lectura.
Presentando dos posibles escenarios que serían, los que a mi criterio se podrían estar desarrollando, por un lado que efectivamente no exista interés por parte del Ministerio de Educación, para corregir ésta problemática, debido a que la población meta a la que van dirigidos, es mejor que no comprenda su entorno o circunstancias, más allá de lo que realmente debe comprender, o dos que efectivamente exista un entrabamiento burocrático donde no es posible, por lo menos en el corto tiempo, corregir este problema.
A pesar de los ofrecimientos y esfuerzos titánicos que tanto el Instituto Tecnológico, la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional, han realizado en el último tiempo, para no solo estudiar la problemática, sino también exponerla y conjuntamente ofrecerles ayuda, en cuanto a las capacitaciones que requieren sus docentes para superar los desfasados planes de estudio, que en realidad están tan caducos como muchos de sus expositores en cuanto a la enseñanza primaria y secundaria.
Y donde el Ministerio de Educación está en deuda, con la mayoría de estos estudiantes en el sentido de que tiene un compromiso de sacarlos adelante, en un país que se jacta de tener más maestros que policías; no siendo responsabilidad solo de cada hogar en contribuir a incentivar los hábitos de lectura en casa, sino principalmente en las escuelas y colegios, el promover con actividades didácticas novedosas el desarrollo de la expresión oral y comprensión auditiva.
No solo involucrando a los alumnos en un nuevo contexto, ese donde su participación también cuente, y sea necesaria incluso a un nivel de secundaria, para pensar una Costa Rica, donde menos jóvenes caigan en el flagelo de las drogas y la prostitución, o sufran la ignominia en el sentido de ser analfabetas en relación con otros países del área. Siendo críticos frente a los problemas y posibles soluciones que aquejan a esta Nación, y donde ellos mismos puedan hacerse participes activos y constructivos de una Costa Rica que hasta hace poco, se consideraba la menos iletrada dentro de Centroamérica.
(*) Marisol Chévez Hidalgo es Licenciada en Filosofía, Universidad de Costa Rica.