Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera. Albert Einstein
Mientras haya miles de costarricenses que reciben pensiones de hambre con las cuales no pueden ni siquiera atender sus necesidades más básicas, llevándolos en muchos casos a umbrales de indigencia, no tendremos ningún reparo en llamar por su nombre a aquellos que protegen a los pensionados de lujo, ya sea con sospechosos silencios o lo que es peor, tratando de desviar la atención a otros males, propios del injusto orden social y de un sistema que favorece a una minoría encumbrada que disfruta de múltiples festines con los dineros públicos. Llegan a extremos de afirmar que lo que se intenta con estas reiteradas denuncias es crear cortinas de humo (¿?), y que no se justifica armar tanta alharaca por algo que no deja de ser… nimiedades.
Dentro de lo que ya aparenta ser parte de una campaña con el fin de minimizar este escandaloso hecho y frenar la creciente indignación de miles de costarricenses, hastiados de tanto robo descarado, repiten con insistencia que en términos económicos los montos totales de esas pensiones millonarias sin máximos y que superan en más de 50 veces las mínimas, ( 150.000 colones y 10.000.000 de colones), “no son significativos”.
Independientemente de si estas personas lo hacen con el fin de justificar a miembros de alguna fuerza política o a amigos y parientes que aparecen en las listas de la vergüenza, seguiremos llamándolos por lo que son: simples cómplices de uno de los robos institucionalizados más escandalosos de la historia de Costa Rica, que hoy por hoy no encuentra parangón en las sociedades civilizadas y democráticas del mundo, en la mayoría de las cuales las diferencias entre mínimos y máximos, de esos montos, en los sistemas públicos de pensiones, no supera las 5 veces. En cuanto a lo “significativo”:
El solo hecho de que entre los que toman las decisiones, tanto en el ámbito partidista como gubernamental, se encuentren los principales beneficiarios de este ignominioso sistema público de pensiones, ¿no tiene una particular y significativa relevancia? ¿O es que estamos hablando de otra cosa que no sea también un tema político que afecta la moralidad pública, la credulidad de los ciudadanos en la democracia y por tanto el propio destino del país? ¡Por favor! En sus vanos intentos de defender lo indefendible, que no ofendan la inteligencia de los costarricenses. Un pueblo noble y paciente pero a punto ya de estallar y decirle a la desvergüenza de esta casta de privilegiados: ¡Basta! ¡Hasta aquí!
(*) José Luis Callaci
Totalmente cierto!!!Qué es lo que tienen en su cerebro estos dizque privilegiados? corcho? por algo parecido Maria Antonieta perdió su cabeza. Cuidado no vayan por su cabeza también. Nuestro pueblo es calmo y sumiso, pero todo tiene su límite!
Han llegado a tales extremos de desvergüenza, Marcia, que ya podemos hablar de una seria afectación del ´síndrome de hubris en gran parte de nuestra clase política. Un síndrome que no tiene cura y se extirpa con severo castigo en manos del pueblo; apartándolos definitivamente de la vida política y pública del país. De ellos no esperemos nada porque cuando la vergüenza se pierde jamás se vuelve a encontrar. Pero hay que manifestarse, así como lo hace usted.Creemos que aún se puede salvar a este país, tomado en gran parte por gente inescrupulosa. Todo tiene su tiempo dice el Eclesiastés y cuídame de las aguas mansas agregan la Sagradas Escrituras.