Moscú, 3 jul (EFE).- El presidente chino, Xi Jinping, llegó hoy a Moscú en una visita oficial de dos días con el propósito de estrechar los lazos económicos y la cooperación estratégica con Rusia y abordar con su homólogo, Vladímir Putin, los asuntos más candentes de la actualidad internacional.
«Mañana, durante todo el día, se desarrollarán las actividades de la visita oficial: las conversaciones bilaterales y la firma de los documentos», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, quien adelantó que ya hoy Putin y Xi departirán en el transcurso de una cena informal.
El líder ruso calificó la visita de Xi, con quien mantendrá la tercera reunión en lo que va de año, de «importante acontecimiento en las relaciones bilaterales».
«Nuestras relaciones están bastante avanzadas, más aun, la parte rusa y la china coinciden en que estas relaciones son las mejores en muchos años en la historia de nuestros vínculos bilaterales», afirmó hoy Yuri Ushakov, asesor de Putin en materia de política exterior.
Según Ushakov, en sus contactos con Xi, el presidente ruso mantiene un «diálogo estrecho, interesante, puede decirse, de confianza».
Durante la cena de hoy, agregó el asesor presidencial, los mandatarios analizarán «todos los asuntos de interés para las partes, incluidos temas de carácter bilateral y problemas internacionales».
«Coincidimos con el presidente Putin en que China y Rusia deben profundizar su cooperación económico-comercial y robustecer su comunidad de intereses», aseguró Xi en una entrevista a la agencia oficial rusa TASS antes de viajar a Moscú.
Destacó que en los primeros cinco meses del año el intercambio comercial entre ambos países ha aumentado un 26 % y que para finales de 2017 este puede alcanzar los 80.000 millones de dólares.
Durante la estancia del mandatario chino en Moscú está prevista la firma de una decena de contratos por un monto total de unos 10.000 millones de dólares, además de numerosos acuerdos.
En cuanto a política internacional, Putin debatirá con Xi un plan para evitar la escalada y disminuir las tiranteces en la península de Corea, que pasa por la congelación de la situación para luego, paso a paso, reducir la tensión e intensificar la búsqueda de soluciones políticas.
«Hemos propuesto a Estados Unidos renunciar a la lógica viciosa de la escalada (…), ya que como resultado se crea una espiral de la cual es muy difícil salir», declaró el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Riabov, en una entrevista publicada hoy por el periódico «Izvestia».
Las conversaciones de Putin con Xi se producen a pocos días de la primera reunión del presidente ruso con su homólogo estadounidense, Donald Trump, que tendrá lugar al margen de la reunión del G20 que se celebrará a finales de esta semana en la ciudad alemana de Hamburgo.
En opinión del director del Instituto de Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia, Serguéi Luzianin, Rusia y China «necesitan consensuar determinadas acciones a fin de no quedar solas en un frente a frente con Estados Unidos».
Sin embargo, Luzianin subrayó que en ningún caso se puede hablar de una alianza entre Moscú y Pekín contra Washington, ya que se contradice con la postura que mantienen tanto Rusia como China y que les brinda lugares de maniobra y diálogo con tercero países, incluido Estados Unidos.
Según adelantó el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, la entrevista de Putin y Trump en Hamburgo será clave para esclarecer las perspectivas de las relaciones ruso-estadounidenses.
Xi, quien desde Moscú se dirigirá a Alemania para participar en la cumbre del G20, también tiene previsto reunirse con Trump en Hamburgo.
Para el líder chino, a diferencia de Putin, será su segundo encuentro con el jefe de la Casa Blanca, con quien habló por teléfono antes de viajar a Moscú.
«El presidente chino señaló expresamente que las relaciones China-EE.UU. han registrado un gran progreso recientemente, pero también se han visto afectadas por factores negativos», indicó en rueda de prensa el portavoz de Asuntos Exteriores chino Geng Shuang.
La conversación se produjo horas después de que China enviara buques militares a aguas del Mar de China Meridional que reclama como propias, tras la incursión de un destructor de Estados Unidos, que no reconoce la soberanía de Pekín en una zona disputada por varios países. EFE