Quito, 28 jul (Sputnik). – La afluencia de ballenas a las costas ecuatorianas, entre julio y septiembre, ha aumentado, informó el jueves a Sputnik la responsable de vida silvestre de la Dirección Provincial de Manabí (oeste) del Ministerio del Ambiente, Julia Cordero.
«La afluencia de ballenas ha aumentado en el país y en la actualidad podemos observar hasta 6.000 animales haciendo un cálculo rápido», dijo Cordero.
El agua cálida de las costas ecuatorianas atrae a las ballenas jorobadas que entre julio y septiembre se trasladan desde la gélida Antártida hasta el amable Pacífico para alimentarse, reproducirse y encantar a los miles de turistas que llegan a admirarlas.
Además, Ecuador se caracteriza por contar con muchas zonas de concentración de estos cetáceos dentro de sus áreas protegidas donde se puede observar el comportamiento de apareamiento y reproducción en esta época del año.
Las principales zonas de avistamiento de ballenas se encuentran en la provincia de Manabí y Santa Elena (oeste), donde existen decenas de operadores turísticos que ofrecen a los visitantes tours guiados para admirar de cerca a estos animales.
El Parque Nacional Machalilla (oeste), segundo en importancia luego de Galápagos, es adonde llega la mayoría de ballenas debido a sus amigables condiciones climáticas y a su elevado nivel de conservación ambiental.
También se las puede ver en la Reserva de Producción Faunística Marina y Costera La Puntilla y en la Reserva Marina El Pelado, ambas en Santa Elena.
«Es en nuestras aguas ecuatorianas donde las ballenas encuentran alimento en abundancia y condiciones para el apareamiento y reproducción de sus especies», contó Cordero.
Agregó que aparte de esta especie, en la misma época es posible observar a otras como la manta birostri, conocida como mantarraya, y al tiburón ballena.
Para la experta esta interacción de animales es posible «por la conservación que tenemos en nuestras áreas protegidas y por los esfuerzos que hemos realizado para proteger el recurso marino».
«Ecuador es un referente para todo lo que son especies migratorias, como tortugas, tiburón ballena, manta gigante, que son animales que más allá de su tamaño son indicadores de la salud del ecosistema», enfatiza la especialista.
Según las estadísticas turísticas, al país llega un promedio de 40.000 visitantes durante la época veraniega con el fin de avistar ballenas jorobadas, quienes principalmente arriban a la localidad de Puerto López (Manabí), declarado Santuario de las Ballenas de Ecuador y toda Sudamérica, desde donde inician la mayoría de recorridos turísticos.
Pero Cordero advierte a los interesados en realizar esta actividad que deben cumplir con el Reglamento para la Observación de Ballenas y Delfines en Aguas Ecuatorianas que, desde 2014, exige que cualquier expedición de este tipo se haga a través de las operadoras turísticas reguladas que cumplen con «todas las adecuaciones necesarias».
El reglamento también estipula que los animales deben ser observados a 100 metros de distancia y que el tiempo máximo de avistamiento será de 15 minutos por grupo.
«La embarcación también debe bajar la velocidad cuando se aproxima a las ballenas y acercarse hacia los costados, nunca de frente al animal», explicó la funcionaria.
Los turistas deben constatar que la agencia que contraten cuente con las patentes del Ministerio de Ambiente que la autorizan a brindar este servicio.
El avistamiento de ballenas jorobadas también ocurre, aunque en menor medida, en países como Colombia, México o Costa Rica.
En la actualidad Ecuador prepara un nuevo censo de ballenas jorobadas para conocer con exactitud cuántas llegan hasta sus costas entre julio y septiembre. (Sputnik)