Buenos Aires, 23 nov (EFE).- Un discurso de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), pronunciado en 2011, saltó hoy a la actualidad al augurar «una vida útil de más de 30 años» para el submarino ARA San Juan, desaparecido hace ocho días con 44 personas a bordo en aguas del Atlántico sur.
«Hoy estamos terminando lo que se denominan los trabajos de media vida de este submarino (…) y en diciembre pato al agua, funcionando», aseguraba Fernández de Kirchner en septiembre de 2011 durante el acto por la finalización de la primera etapa de reconstrucción del ARA San Juan.
«Una puesta a nuevo que nos permitirá una vida útil de más de 30 años para este submarino San Juan», agregaba la mandataria con «gran orgullo» por la reactivación de la industria naval argentina y ajena al drama en el que viven inmersos los argentinos desde hace más de una semana.
En ese momento, para la reparación del ARA San Juan, un submarino de fabricación alemana incorporado a la Armada argentina en 1985, fue necesario cortar literalmente por la mitad la nave y realizar más de 429 trabajos para los que se emplearon 250 mil horas.
El sumergible, de 66 metros de eslora y siete metros y medio de manga (ancho), zarpó de la ciudad de Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, y tenía previsto regresar a su base de Mar del Plata (400 kilómetros al sur de Buenos Aires) el pasado domingo.
La Armada confirmó hoy que una anomalía acústica detectada el mismo día en que desapareció, a 30 millas de la última localización de la nave (en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa de la Patagonia argentina) corresponde a un «evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente con una explosión».
A pesar de todo, continúa el intenso operativo de búsqueda en el que participan efectivos llegados desde diferentes partes del mundo.
Un avión de la Real Fuerza Aérea británica fue el último en unirse al rastreo, la primera aeronave de esta nacionalidad que llega al país austral desde la guerra de las Malvinas de 1982, que enfrentó a ambos países por la posesión de las islas.
Por su parte, los familiares ven como se desvanecen las esperanzas de encontrar a los 44 tripulantes con vida.
Algunos se sienten engañados y no han dudado en contar algunas malas experiencias de navegación de sus familiares a bordo del ARA San Juan.
La ONU confirma una «señal inusual» cerca de última posición del submarino
Viena.- La Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO, integrada en el sistema de la ONU)) informó hoy de «una señal inusual en las cercanías de la última posición conocida del submarino argentino desaparecido ARA San Juan».

Dos estaciones hidroacústicas de la CTBTO detectaron «un evento impulsivo subacuático» que ocurrió a las 13.51 GMT del 15 de noviembre en la latitud -46,12 grados y la longitud -59,69 grados, indicó ese organismo de la ONU, con sede en Viena, en un comunicado remitido a Efe.
En Buenos Aires la Armada Argentina aseguró hoy que el día en el que se perdió el contacto con el submarino, en el que viajaban 44 tripulantes, se registró en la misma zona un «evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente con una explosión».
La CTBTO agrega en su corto comunicado de apenas tres párrafos que sus «datos se ponen a disposición de las autoridades argentinas para apoyar las operaciones de búsqueda en curso».
La Armada de Argentina ha indicado que apenas tres horas después de perder la comunicación con el sumergible, se detectó una «anomalía hidroacústica» o «ruido» cerca de donde se reportó por última vez su ubicación, en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa argentina.
El CTBTO cuenta con una red mundial de unas 300 estaciones de medición, repartidas por todo el planeta, con la que detecta en tiempo real cualquier detonación o explosión inusual que puedan apuntar a un posible ensayo nuclear.
Los sensores del CTBTO han sido fundamentales en los pasado años para determinar si Corea del Norte había llevado a cabo pruebas nucleares.
La red de estaciones de la CTBTO tiene la capacidad de recoger datos sísmicos, hidroacústicos y de infrasonido, lo que las hace imprescindibles para reaccionar con celeridad ante un tsunami, detectar partículas radiactivas o una potencial erupción volcánica.
El CTBTO es un organismo independiente dentro de la ONU que vigila el cumplimiento del Tratado para la Prohibición de las Pruebas Nucleares, firmado en 1996. (EFE)