Columna “Tertulia y ensayismo”
Una vez Franklin D. Roosevelt dijo: “quien se encuentre necesitado, no puede ser libre”. La pedagogía da libertad por cuanto permite hacer un uso consciente de la misma y en su papel de garante de movilidad social por antonomasia, es el mejor método para mitigar las necesidades de las que hablaba el presidente Roosevelt.
Todos conocemos el merecido lugar que ocupa la educación en el ámbito de la jurispericia, constatada como derecho fundamental (por el propio artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales). Pero en no pocas ocasiones, olvidamos su impacto en la vida económica.
Innovación
Con Latinoamérica muchos cometemos el error de entrar en secundum quid (generalización apresurada): “somos ricos en recursos naturales, deberíamos tener buenos indicadores”. Nada más alejado de la realidad, basta con repasar la Tesis de Prebisch-Singer: las materias primas son solo eso, la masa para productos manufacturados y, por ende, el precio de la primera siempre estará delimitado por el de los segundos.
Pero si vemos cómo van las cosas en otras partes del mundo podemos enterarnos de que hay mejores soluciones que depender plenamente de la naturaleza y de su explotación: de las 5 naciones con mejores calificaciones en las Pruebas PISA, ninguna tiene un PIB PPA per cápita inferior a $ 29 000. Pero para que no pensemos que este dato no es más que un ejemplo para caer en lo que la psicología denomina como “sesgo de confirmación”, se puede recurrir a cavilar una de las sorpresas más gratas que han dado las finanzas internacionales en las últimas décadas:
En el “milagro irlandés” hubo elementos clave y por sorprendente que parezca, el de -digamos- menor relevancia fue el ingreso a la Unión Europea: pues Irlanda se sumó a este organismo en 1973, pero la prosperidad llegó hasta la década de los 90’s. En importancia le siguen “el Acuerdo Social de 1987” (consensuado entre sindicalismo y gobierno) y la amnistía tributaria, la eliminación de trámites, la reducción de las tasas impositivas y en general la apertura económica.
Pero en comparación a todos ellos, hay uno que prima con diferencia. Pues ¿de qué sirve pasar de un mercado de 3 millones a uno de 300 millones de consumidores, si no hay productos con buen valor agregado que venderles?, ¿de qué sirve aceptar sacrificios a cambio de progreso, si no hay alguien que lo genere? Y sobre todo, ¿de qué sirve la llegada de empresas transnacionales si no hay mano de obra calificada? Toda la razón, respetable lector o lectora, la utilidad sería nula.
Lo anterior nos lleva a “ese secreto” detrás del desarrollo: la educación y la innovación. Estas áreas recibieron fuerte apoyo, se fundaron universidades, se dieron incentivos a varias carreras técnicas, Enterprise Ireland se consolidó; y se promovió el espíritu científico-tecnológico desde las edades tempranas y con esto no solo se logró el aumento en un 80% de la cantidad de estudiantes universitarios en un decenio, también se consiguió formar a los trabajadores que permitieron crecer a este país en un promedio del 7% anual.
El Siglo XXI
Quienes ya llegaron al Siglo XXI es porque se atrevieron a mirar hacia él: no es casualidad que existan desigualdades exorbitantes entre los ingresos de países como Israel (que invierte un 4.21% en I+D) con México y Costa Rica (que invertimos en este ámbito exiguos montos, inferiores al 0,7%).
Tampoco lo es que las economías más importantes del mundo: Estados Unidos, China, Japón y Alemania tengan destinado un promedio de 3 puntos porcentuales de su Producto Interno Bruto por Paridad de Poder Adquisitivo a investigación y desarrollo. O como bien decimos en nuestra jerga: “no nos vayamos tan lejos”; no es casuístico el que en nuestro país una norma constitucional asigne casi la mitad del presupuesto a la enseñanza.
Me atrevería incluso a decir que una de las carteras ministeriales de mayor exigencia es la de Educación Pública. Es en exceso difícil pues su jerarca no solo debe asegurarse de hacer un buen trabajo, sino también de indirectamente formar a su sucesor (con décadas de anticipo).
Aun a pesar de los apodícticos avances que la pedagogía nacional nos ha brindado de la mano de ministros ejemplares, quedan cuestiones por mejorar. Un modelo educacional lleno de humanismo, creatividad y conocimiento es fundamental, pues como escribió el maestro de la banca ética, Joan Antoni Melé: “la inteligencia aplicada es el único bien capaz de producir beneficio de utilidad eterna”.
Es bien sabido que alcanzarlo será difícil, empero, ello no puede ser motivo de desánimo y mucho menos de indolencia; los mismos desafíos que presentamos, son nuestra propia respuesta. Innovar significa cambiar la situación e introducir lo nunca antes visto y educar (en palabras de Paulo Freire) no es transferir conocimiento, es abrir las puertas para su creación. Desde hace décadas Latinoamérica hemos buscado una solución en la tierra (con las commodities), cuando en realidad se encuentra en las aulas (con las mentes de los educandos).
(*) Marco Vinicio Monge Mora es Bachiller por el Colegio Salesiano Don Bosco
2 Comments
Ramiro Perez Arias
Muy buen artículo, don pepe figueres decía: con hambre no hay dignidad
Marco Vinicio Monge Mora
Muchísimas gracias, don Ramiro. Le agradezco muchísimo. Es un honor leer esas palabras de su parte. Un saludo cordial, Dios lo bendiga!