Militarizar la Fuerza Pública no es la respuesta a los retos de seguridad ciudadana, mucho menos la lucha contra el narcotráfico o el crímen organizado. La contratación de militares en la policía de los Estados Unidos, ha repecurtido en una inusitada violencia contra los ciudadanos aborígenes, los latinos y los negros–muchos ciudadanos desarmados pagaron con su vida la propensión de esa policía de disparar primero e investigar después. Cuando acontezca el traspaso de poderes hoy, ojalá NO se nos olvide que el sitio se llama la Plaza de la Democracia y la Abolición del Ejército. Que nos sirva de advertencia, que militarizar a la Fuerza Pública nos puede pesar después, cuando esa formación bélica se vuelva contra nosotros.
Militarizar la Fuerza Pública no es la respuesta a los retos de seguridad ciudadana, mucho menos la lucha contra el narcotráfico o el crímen organizado. La contratación de militares en la policía de los Estados Unidos, ha repecurtido en una inusitada violencia contra los ciudadanos aborígenes, los latinos y los negros–muchos ciudadanos desarmados pagaron con su vida la propensión de esa policía de disparar primero e investigar después. Cuando acontezca el traspaso de poderes hoy, ojalá NO se nos olvide que el sitio se llama la Plaza de la Democracia y la Abolición del Ejército. Que nos sirva de advertencia, que militarizar a la Fuerza Pública nos puede pesar después, cuando esa formación bélica se vuelva contra nosotros.