Montevideo, 7 oct (EFE).- El cantante y compositor brasileño Paulinho Moska afirmó que prefiere -ante el complejo escenario político que vive su país- que un gobernante corrupto salga victorioso de las elecciones presidenciales de hoy en vez de uno que promueva la barbarie, en referencia a Jair Bolsonaro.
«Prefiero tener corrupción que barbarie. Ninguno es bueno, pero la corrupción es algo humano. No sirve para nada pensar que alguien va a asumir el Gobierno y acabar con la corrupción», sostuvo Moska en entrevista con Efe en Montevideo.
Moska se encuentra en la capital uruguaya para presentarse el próximo 9 de octubre como parte de la gira de su último álbum, «Beleza e Medo», fuertemente influenciado por el turbulento contexto político y social del gigante suramericano.
«La corrupción es una enfermedad sin cura. Entonces, ya que no se puede acabar con eso, ¿vamos a partir hacia la barbarie o la acción social? ¿Qué importa? ¿Es la economía o la humanidad?», cuestionó.
Para Moska, la polarización política que crece cada vez más en Brasil, no sólo en las redes sociales sino también en las calles, que ha protagonizado en los últimos días protestas multitudinarias contra y en favor de Bolsonaro, candidato de extrema derecha por el Partido Social Liberal (PSL), tuvo inicio hace «500 años».
En ese sentido, remarcó que esto es el resultado de la explotación del continente suramericano «por la religión, por las empresas, por las industrias y por los políticos», pero reconoció que el involucramiento del Partido de los Trabajadores (PT) en escándalos de corrupción ha llevado a la «guerra de verborragia» que se vive hoy.
«Creo que la polarización comenzó después del Gobierno de Luis Inácio Lula da Silva (2003-2011), cuando empezó a hacerse evidente que la izquierda también había abrazado a sus enemigos con cosas de la vieja política», aseguró.
«Fue una decepción para mucha gente que creyó que la izquierda sería en contra de la corrupción. Se juntó un grupo con el otro, cada uno con su corrupción, y eso fue muy malo para Brasil», añadió.
Pese a ello, el autor de éxitos como «Pensando em Você», «A Seta e o Alvo» o «A Idade do Céu» también acotó que «cuando el antipetismo es mayor que el antifascismo» este es un problema grave y comparó las ideas de Bolsonaro al nazismo, en la medida en que defiende la «persecución a las minorías, la violencia en el discurso, el militarismo, la grosería y la religión».
«Esta es una mezcla de ingredientes muy peligrosos y explosivos. Es un país demasiado grande para entrar en erupción (…) Un país pequeño se organiza mejor, se conoce mejor, pero parece que Brasil no se conoce, todavía no sabe quien es», aseveró el músico que no se encuentra en Brasil para las elecciones debido a su agenda de conciertos para celebrar sus 25 años de carrera.
Asimismo, expresó su preferencia por el candidato del Partido Democrático Laborista (PDT), Ciro Gomes, y su preocupación por una segunda vuelta entre Bolsonaro y el candidato del PT, Fernando Haddad.
«Yo tengo miedo a que Bolsonaro y Haddad (se enfrenten) porque hay un rechazo muy fuerte hacia el PT, y gran parte de estas personas prefiere apostar por algo muy distinto, aunque signifique ponerle a este grosero (Bolsonaro) en el comando», subrayó.
Sin embargo, garantizó que ante tal panorama votaría por Haddad «cantando música de carnaval, vestido como mujer en la calle y gritando de felicidad de tan horrible que es esta posibilidad» de que Bolsonaro asuma la presidencia.
Según Moska, si bien el Gobierno del PT (2003-2016) ha hecho mucho por el pueblo, los problemas que tiene Brasil no pueden ser solucionados ni dentro de «cien años», pero, aún así, cree que la empatía es la salida para conducir a un futuro mejor en un país tan gigante que abarca «muchos Brasiles» distintos y con realidades muy distantes.
«Creo que cuando estamos adelante de un discurso de derecha homofóbico, machista, prejuicioso, con ataques a las minorías te tienes que preguntar por qué esa persona es así y por qué hay tanta gente que la apoya. Evidentemente es porque existe un mundo que es así, que piensa así», anotó.
«Construimos un mundo terrible (…), entonces, necesitamos realmente pensar, y solo la empatía y el hecho de conocer al enemigo desde cerca puede convertir a este dialogo en algo más honesto. Yo no tengo propuestas prácticas porque no soy político ni empresario. Yo soy un artista, y mis soluciones son poéticas, cada uno que las absorba como pueda interpretar», añadió.
Por eso, Moska, que busca tocar el corazón de cada uno con su arte, ha elegido como temática para su último disco -lanzado el pasado mes de agosto- la dicotomía entre la belleza y el miedo, que son «hermanos siameses» y totalmente interdependientes y se decantó por un manifiesto en contra de la radicalidad y en favor de los derechos y del desarrollo social.
Entre las canciones destaca «Nenhum Direito a Menos», que compuso junto a Carlos Rennó y que habla de «este momento de escandaloso retroceso, de un temerario, incompetente y malo Congreso; en que poderes todavía más podridos que los de antes ponen en liquidación derechos importantes».
Como si no bastara con que el concepto de belleza que toma Moska para su disco haya nacido en Montevideo mientras contemplaba un crepúsculo, la capital uruguaya fue también escenario del videoclip de la icónica canción, grabado en la excárcel de Miguelete, que actualmente funciona como museo.
Es así que el músico, que considera a Uruguay uno de sus países favoritos por su «melancolía creativa», además de un ejemplo político y democrático para Brasil, retornará a Montevideo para presentar ante su «querido» público uruguayo en el Auditorio Nacional el próximo martes un concierto «explosivo» con mucho rock y de libre interpretación.
«Preocuparse por el significado de tu obra es una pérdida de tiempo, yo me preocupo por que ella tenga muchos sentidos y no un significado verdadero», concluyó. EFE