San José, 18 oct (EFE).- El Banco Central de Costa Rica (BCCR) publicó hoy un criterio favorable a la reforma fiscal que tramita el Congreso, iniciativa que la entidad bancaria considera urgente ante el desequilibrio de las finanzas públicas.
El Banco explicó en un comunicado que «emitió criterio favorable» sobre la reforma fiscal, ya que «dicha iniciativa de ley restablece gradualmente la sostenibilidad a las finanzas públicas en el largo plazo, y con ello conseguirá mejorar las condiciones de tasas de interés, crecimiento económico y generación de empleo».
«Resulta no solo necesario sino urgente resolver el desequilibrio en las finanzas públicas. El proyecto de ley constituye un paso firme en esa dirección», indica el criterio de la entidad.
Esta es la respuesta a una consulta hecha por el Congreso a diversas instituciones, entre ellas el Banco Central, luego de que aprobara la reforma tributaria en primer debate el pasado cinco de octubre.
Los datos del BCCR indican que sin ajustes fiscales el déficit financiero podría alcanzar un 7,2 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2018 y un 7,5 por ciento en 2019, mientras que la deuda alcanzaría un 53,8 y un 58 por ciento del PIB en esos años.
«La trayectoria creciente del déficit fiscal y de la razón de deuda del Gobierno Central al PIB es claramente insostenible, y constituye el principal riesgo para la estabilidad macroeconómica del país», indicó el BCCR.
El texto agrega que el desequilibrio fiscal está provocando ya presión al alza sobre las tasas de interés, acceso restringido al crédito por parte del sector privado, incertidumbre y un incremento en la percepción de riesgo del país.
«La trayectoria insostenible de las finanzas públicas, de mantenerse, podría llevar a una crisis fiscal, financiera y económica, con profundas y duraderas consecuencias sobre la producción, el empleo y el bienestar de la población», agregó el banco.
Según la entidad, el plan tributario reduciría el déficit en 3,7 puntos del PIB al año 2022, y su impacto sería mayor en los años siguientes.
Por su lado, la deuda alcanzaría su punto máximo hacia el año 2023 en alrededor del 65 por ciento del PIB para comenzar a decrecer a partir del 2024.
La reforma fiscal convierte el impuesto de ventas del 13 por ciento en uno de valor agregado (IVA) de la misma tasa, pero gravará los servicios.
También incluye cambios en el impuesto sobre la renta, en la renta de capital, la renta global y medidas para reducir el gasto público, como por ejemplo la disminución de pluses salariales y una regla fiscal.
Los sindicatos comenzaron el pasado 10 de septiembre una huelga en rechazo a esta reforma tributaria, pues consideran que golpeará más a las clases medias y bajas. El movimiento perdió fuerza y en la actualidad el 98 por ciento de los huelguistas corresponde a trabajadores del sector educación.
La Corte Suprema de Justicia emitió el martes su respuesta al proceso de consulta de la reforma y determinó que afecta su independencia y funcionamiento debido a que incluye artículos que podrían afectar salarios y presupuestos del Poder Judicial.
Tras este criterio, para que la reforma sea aprobada en segundo debate necesitará mayoría calificada (38 votos de los 57 diputados que integran el Legislativo). El primer debate tuvo el apoyo de 35.
La otra opción es que los diputados apliquen los cambios a los artículos señalados por la Corte Suprema y aprobar la reforma con mayoría simple (al menos 29 diputados). EFE