Managua, 1 ene (EFE).- Pese a que los obispos desconvocaron una procesión, fieles católicos del norte de Nicaragua la realizaron hoy en las calles de la ciudad de Matagalpa, en el ambiente de tensión causado por la crisis sociopolítica, que ha dejado cientos de muertos en protestas contra el presidente Daniel Ortega.
Mientras la arquidiócesis de Managua canceló su tradicional procesión del 1 de enero, para evitar confrontaciones, la diócesis de Matagalpa mantuvo su apoyo a los fieles capitalinos, y salió a las calles con cientos de creyentes y sin ningún incidente.
Los fieles católicos recorrieron las principales calles de Matagalpa y su obispo, Rolando Álvarez, afirmó que el país necesita «hombres y mujeres que más que responder a los intereses de un partido respondan a los intereses de la Patria, que hagan patria, auténticos patriotas», durante la homilía que, junto a la procesión, incluyó a Nicaragua en la Jornada Mundial por la Paz, este martes.
Desde noviembre pasado la policía no permite manifestaciones públicas sin su permiso, a pesar de las críticas ya que la norma contradice la Constitución de Nicaragua.
El Episcopado y Ortega se mantienen enfrentados debido a que la Iglesia ha propuesto al presidente el adelanto de las elecciones de 2021 como una manera pacífica de resolver la crisis, que inició en abril pasado.
El pasado 4 de diciembre, el mandatario acusó a «algunos» obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua de formar parte de «las fuerzas golpistas» y de «sumarme alegremente al golpe terrorista y criminal» que, a su juicio, intentó derrocarlo durante las protestas iniciadas en abril pasado.
La crisis de Nicaragua ha dejado, según organismos humanitarios, entre 325 y 545 muertos, o bien 199, según datos del Gobierno.
Los organismos cuentan cientos de desaparecidos y 674 «presos políticos», mientras que el Gobierno admite 340 reos, a los que denomina «terroristas», «golpistas» y «delincuentes comunes». La crisis también suma miles de heridos y decenas de miles de nicaragüenses en el exilio.
Nicaragua es un país de 6,3 millones de habitantes, de los que un 58,5 por ciento se consideran católicos.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo comenzaron, el 18 de abril pasado, tras 11 años de Gobierno continuo, por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia, tras el saldo mortal de las manifestaciones. EFE