La pobreza extrema, un mal que ira acentuándose cada vez más, amenaza la estabilidad social. Aunque ya no exista la socialdemocracia como tal, el futuro del capitalismo es incierto, porque incierto es todo lo que utiliza como desecho al ser humano. Las plagas de este siglo XXI, narcotráfico y blanqueo de capitales, trafico de órganos, transitoriedad de las instituciones de bien social, utilización de títeres en la dirección de los gobiernos para fines de lucro, la motivación al gasto inmoderado personal mediante tarjetas de crédito, y un muy largo etcétera, está terminando con la naturaleza y con nosotros. Leyendo una biografía muy completa de San Francisco de Asís, he podido comprender lo superficial de los bienes materiales y la insensibilidad que generan en nosotros, no nos importa el prójimo, no nos importan las generaciones venideras: hijos, nietos y los estamos condenando a sufrimientos impensables. Si somos verdaderamente consecuentes con lo que hemos podido ver en la ciencia, jamás podremos colonizar otro planeta porque si es difícil creer que el hombre pisó la luna, porque nadie iba a ir a la luna y detenerse en esa aventura, solo para decirle a los rusos que habían perdido la carrera espacial. Hay mucha duda respecto a ese alunizaje que aunque muy espectacular, se mueve la bandera en la luna donde sabemos que no hay viento, con esta clave bastaría para dudar. De todas maneras aquí nos terminaremos todos juntos, no hay otra tierra donde ir, los programas de la Nasa son con mucho una ilusión cara, pagada por los ciudadanos estadounidenses pero con relativamente poca importancia práctica, ya ni los transbordadores volvieron a surcar los aires porque fue catastrófico en dos oportunidades.
Uno podría preguntarse que capacidad intelectual tiene un capitalista, aparte de hacer dinero, y no logra ubicarlos en ninguna parte importante, por ende son bastante miopes respecto a la ecología y la naturaleza, lo importante es cuántos millones se ganan hoy, el mañana solo existe como una nueva meta para hacer mas dinero. Los ricos en grande, en todas las épocas han sido incapaces de crear arte, ciencia o espiritualidad, no tienen capacidad de pensamiento abstracto, es posible que algún día se demuestre alguna alteración en su fisiología cerebral que nos explique eso.
El gran poder económico mundial tiene únicamente interés en amasar fortunas y ostentar poder. Siempre fue así y no hay razón para que entren en razón.
La economía es una de las más misteriosas engañifas que existen, los valores accionarios son enormes monstruos de números irreales que se pasan de mano de día en día, y al final ignoramos si de verdad tenían algún valor, Wall Street ha sido una de las mejores falacias del capital en el ultimo siglo, con capacidad de derrocar gobiernos, de dar golpes de estado, de causar plagas y daño ambiental, los números suben y bajan y nada se mueve en la realidad de los billetes. Una explicación de las mas inteligentes que he leído, fue de John K. Galbraith en su libro “American Capitalism”, donde explicaba ya hace más de cinco décadas, que si cada persona fuera a cambiar un billete de un dólar por oro, los bancos no podrían dárselo, porque sencillamente no existía. Es algo similar a cuando el BCCR echaba a andar las maquinitas fabricantes de billetes de colones y cuando recogía suficiente divisa de las exportaciones, los sacaba de circulación, no se si aun sea así. Estos detalles son para que comprendamos la inteligencia de un Francisco de Asís. Me preguntaba un amigo que por qué se movía el dinero de las tarjetas de crédito si un cincuenta por ciento de los tarjeta habientes nunca pagaban mas que el pago mínimo, le expliqué que el negociazo de los banqueros es cobrar intereses, no tienen el mínimo interés en recuperar la deuda: no es negocio. Los “oleos” de tarjetas de crédito tienen cautiva a la sociedad, se trabaja para pagar intereses y nada mas.
El consumo de combustibles fósiles tiene mucho que ver con este asunto, porque se puede pagar con “plástico”. Es muy compleja la visión a mediano plazo de nuestra madre tierra.
(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico