miércoles 17, abril 2024
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Despenalización de la cocaína y marihuana: venta regulada

Remontémonos a la problemática de la tristemente célebre “ley seca”, decretada en EEUU y cuya vigencia fue de 13 años y resto, creando un verdadero caos. Primero: causó un desenfreno por el consumo de alcohol en las mayorías, Segundo: sentó las bases para verdaderos emporios criminales.
Esos dos fueron resultados indirectos, porque el verdadero golpe se lo dio la ley a la economía estadounidense. Cerraron cervecerías, fábricas de vino, fábricas de whisky etc y miles de cultivos de materia prima dejaron las zonas rurales sin trabajo, los agricultores quedaron sin oportunidades de vender esos productos. Los bares, restaurantes, cabarets etc, cerraron sus puertas.
Todo esto trajo un desempleo terrible que aunado jugó un papel preponderante en el crac del año 1928, que empobrecería aún más a los ciudadanos. El consumo de alcohol se incrementó en esa década de manera exponencial, calando la economía y la salud de millones de ciudadanos estadounidenses, las mujeres que antes de la prohibición no podían entrar a los bares, durante la época de la misma comenzaron a ingresar a los bares y tabernas clandestinas, porque ahí no había ley, sencillamente eran antros de tolerancia a cobijo de políticos y policías. No tenemos cifras exactas de los millones que dejó de percibir el gobierno federal y los gobiernos estatales en impuestos, porque esa venta no existía, era contrabando y no estaba sujeta a sanciones de materia tributaria.
El origen de la nefasta “ley seca” fue una especie de mojigatería, se buscaba (al menos eso decían quienes la defendían) evitar el consumo de bebidas alcohólicas, aunque a mí la duda siempre me perseguirá, viéndolo más bien como un lucrativo negocio de algunos políticos estadounidenses, que se beneficiarían esos trece años mediante la venta y distribución del alcohol en sus diferentes modalidades. Enormes capitales crecieron alrededor de esa ley, muchos de ellos aún hoy muy conocidos.
Quienes se manifestaban contra la ley, conocidos como “wet”(mojados o húmedos), se basaban en una premisa lógica: nadie puede legislar la moral. Claro que no, la moral es vista de acuerdo a múltiples puntos de vista, al final la idea más que “no beber”, debe ser tratar “el alcoholismo”.
El 10% de la población mundial tiene problemas con la ingesta de alcohol, dejaré ese tema para más adelante, el restante 90% puede convivir con el alcohol civilizadamente. Los que se denominaban “dry”(secos o abstemios) apoyaban la ley creyendo (al menos eso decían) que esto acabaría con el alcoholismo en la sociedad estadounidense.
El país entero estaba polarizado, a favor y en contra, secos y mojados, wet and dry. Esta polarización acaparó la manera de hacer política los políticos: tenían gratuitamente la carne de cañón en los de uno y otro bando, es decir se votó por apoyar o combatir la ley seca, no por legislar, al final Hoover con su discurso de no al alcohol, sentó las bases para la gran depresión de la economía estadounidense y mundial y este mismo fenómeno sería la plataforma para uno de los políticos más brillantes que ha tenido EEUU: Franklin Delano Roosevelt, quien marcaría época en el mundo con su manera de conducir la economía, su manera de enfrentar los problemas de una nación que empezaba a hundirse por el mal manejo de la economía y por una corrupción galopante, subida a lomos de la prohibición. Hay muchísima literatura que se puede consultar, para entender esos trece años de estupidez, muchas fuentes que consultar.
Hoy, el problema de las drogas prohibidas, especialmente la cocaína y la marihuana, no es su consumo, es la prohibición, que provoca dos fenómenos interesantes: encarecimiento de ambas por razones obvias y en segundo lugar el empoderamiento de verdaderas redes de traficantes y actividades conexas. Cualquier muchacho o muchacha, al no poder pagar su dosis, ingresan en el negocio del narcomenudeo y actividades conexas, v.g. Sicariato.
El resultado es la facilidad de negocios “limpios” para blanquear capitales, donde la peor parte la llevan los negocios cristalinos, que compiten contra los lavadores de dinero, que pueden competir perdiendo, incluso hasta un 40% y siguen ganando: en todas las actividades comerciales-empresariales ha permeado el lucrativo negocio del narcotráfico. En segundo lugar está el ejército de trabajadores que estos comerciantes reclutan y sacan especialmente de los bajos fondos y de los que no tienen oficio ni beneficio.
La inseguridad está orquestada por este tipo de delincuencia, donde cada vez es más difícil encontrar soluciones. El lugar preponderante lo tiene la evasión fiscal, al no estar regulada la venta de estas drogas, no se paga ningún tipo de impuesto. Es decir, el gobierno debe gastar inmensas sumas de dinero para “combatir” el tráfico de drogas, lucha que por cierto está perdida hace años, mientras no recupera nada a cambio. Se sabe hoy día, que el origen de la DEA fue una jugada política de los EEUU, en sustitución de la CIA, pero nunca se esperó conseguir ganar la batalla. Pero existía una nueva arma para penetrar la soberanía de los países y el control de sus gobiernos: la lucha contra el narcotráfico.
Regresemos al origen del combate al alcoholismo antes de la ley seca: se crearon grupos llamados whashingtonianos, que buscaban la templanza del carácter y la abstinencia del alcohol. No funcionó, pero sembró las bases de la formulación de la ley seca, entendida como la prohibición de vender bebidas alcohólicas, estuvo vigente en los Estados Unidos entre 16 de enero de 1920 y el 6 de diciembre de 1933. Fue establecida por la Enmienda XVIII a la Constitución de los Estados Unidos y derogada por la Enmienda XXI. No se puede legislar la moral, sino miremos un momento el problema que tuvo Moisés para hacer cumplir los 10 mandamientos: tuvo que crear 613 regulaciones para poder cumplir los Diez Mandamientos. Mientras que Jesucristo pone únicamente dos: amar a Dios sobre todas las cosas, y amar al prójimo como se ama uno mismo.
A poco menos después de cuatro años de la derogación de la ley seca, nació Alcohólicos Anónimos, un grupo que busca rescatar al alcohólico, no se mete con el consumo o la abstinencia de quienes no tienen ese problema, es decir las mayorías.
Creo que si queremos encontrar la paz perdida, tenemos que buscar la despenalización del consumo de cocaína y de marihuana, paralelamente regular la venta de ambas sustancias, que tengan la pureza necesaria para no causar más daño colateral, pagar los impuestos que de su comercio deriven.
Quiero aclara a quienes hayan leído hasta aquí, que no bebo alcohol en ninguna de sus modalidades ni consumo cocaína ni marihuana, es decir no tengo ningún interés personal más que el bien de todos.
(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

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4 COMENTARIOS

  1. La despenalizacion y regulacion de la produccion , comercializacion y consumo de marihuana y cocaina , sera algo que tarde o temprano debe darse. Ojala sea mas temprano , al menos en la marihuana para empezar. Sera dificil porque como dice el articulo habra quienes buscaran sacar su caudal politico de esta situacion, de esta discucion.O por miedo a perderlo de otros tantos. Pero esta lucha debe seguir.Igualmente no consumo drogas como estas. (Digo porque las que me recetan para mis dolencias tambien son drogas.) Pero sera una decision personal para el que decida hacerño. Talvez los esfuerzos y recursos deben usarse en otro sentido, como educar e informar adecuadamente a los ciudadanos desde la escuela primaria para que no caigan en el consumo de este tipo de drogas.O al menos atenuar el asunto. Ademas de atender acertadamente a las personas adictas.

  2. De todas maneras quien va a caer en el uso de la marihuana y la cocaina, va a caer sea permitido o prohibido. Está de más continuar prohibiendo. Vimos a un Mujica que llevó la marihuana a legalización en Uruguay. Pero Mujica no es un político-comerciante. Aquí cantan otros gallos.

  3. La guerra contra las drogas está perdida desde que empezó, mientras exista demanda y el negocio de la producción y distribución sea lucrativo, alguien se las va a ingeniar para explotarlo.
    Si los gobiernos se hubieran gastado la millonada que invierten en combatir el narco en educar para la prevención del consumo, así como rehabilitar a los adictos, creo que la problemática sería mucho menor.

  4. es mejor que legalicen el uso de eso, pobrecitos ese montón de viciosos olientos a mota que circulan como zombies por las calles, pobrecitos los chiquitos de papi en sus fiestas de secundaria. Hay que legalizar esto para legalizar su embrutecimiento, su esclavitud mental y moral ante el consumo de una porquería que no necesitan.

    Quienes necesitan a estos esclavos? Pués los poderes hegemónicos. Son estos los que les han lavado su cerebro y permeado su visión del mundo para someterlos a una dependencia innecesaria. Que sigan consumiendo!!! Eso de paso hará que con su miseria hagan millonario a algún pez gordo que vive en una mansión, financiado por el vicio de estos débiles mentales!!!

    Alguien que consume drogas es un pobre débil, ingenuo miserable.

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