«Esta opinión es exclusivamente mía, pero creo que ese plazo lo tiene», comentó la líder izquierdista al ser consultada por esa posibilidad en una entrevista exclusiva con Sputnik.
La que fuera sucesora de Lula en el Gobierno brasileño cree que el expresidente, de 73 años y preso desde abril de 2018 en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba (sur), se encuentra en buen estado de salud.
«A pesar de que lo metieron en la cárcel, todas las veces que lo vi estaba absolutamente en forma, muy bien físicamente», dijo Rousseff, quien lo vio por el última vez el en marzo.
Lula está preso por presuntos delitos de corrupción y blanqueo de dinero relacionados con la recepción de un apartamento en la costa de Guarujá (São Paulo, sureste) de manos de OAS, una de las contratistas de Petrobras.
En abril, el Tribunal Superior de Justicia de Brasil rebajó la condena de Lula, de 12 años a ocho años y diez meses, lo que implica que en septiembre podría empezar a cumplir prisión domiciliar; sin embargo, el expresidente se enfrenta a otros procesos y podría recibir nuevas sentencias que lo mantendrían encarcelado. (Sputnik)