martes 23, abril 2024
spot_img

El PAC y su ética obsesiva

De cal y de arena

Tanto va el agua al cántaro que termina por romperlo. Así le ha sucedido al Partido Acción Ciudadana a medida que su presencia en la política nacional va echando raíces.

Los tiempos precedentes a su insurgencia en el escenario dieron cuenta de su rigurosa demanda de prácticas éticas en la política, una bandera que agitaron sus principales figuras desde las trincheras del Partido Liberación Nacional, donde habían hecho carrera. Y luego, ya como partido debidamente registrado y con plena autonomía de acción e inspiración, con más énfasis y profesión de fe.

El PAC no tardó mucho tiempo en quedar secuestrado de un eticismo obsesivo más propio de una confesión religiosa que lo que uno pudiera aceptar para un conglomerado constituido en torno al propósito de gobernar, esto es, de hacerse del poder del Estado para imponer su visión de las cosas.

Con los años y las campañas, ya con su contingente en el Parlamento, se puso en evidencia que algo impedía la amalgama de sus ideales con sus acciones. Porque aquella visión ética obsesiva resultaba incompatible con la realidad de las cosas y los hechos en la Asamblea Legislativa. Está claro y demostrado que en la Asamblea es impracticable la pureza electoral. Igual en el Poder Ejecutivo. La marcha de Acción Ciudadano por los pasillos de uno y otro Poder del Estado ha resultado suficiente para constatar que ni en uno ni en otro hay espacio para las visiones obsesivas de la ética, que ahí no se hace carrera para la virginidad, y que de pronto todo aquel pregón extremo se desploma. En la política, en los espacios donde se hace política, allí donde afloran en toda dimensión, profundidad y grosor las maniobras, las intrigas, el toma y daca, poca viabilidad tiene la concepción obsesiva de la ética.

Tanto va el agua al cántaro que termina por romperlo. Al PAC esa bandera se le hizo jirones. Sus “tiras” ya no dan para abrigar a destacadas figuras que convocaron al país a arroparse con los colores rojo y amarillo Ciertamente, las hay figuras íntegras. Pero su caso no libera el escenario de  pecadores ni su embarre: sus errores y omisiones de distinta monta, origen y razón de ser, manchan al partido y dejan al descubierto que quien carece de moral no puede convocar a una marcha para la defensa de la moralidad.

Para desgracia del país, día a día brotan los casos de corrupción que se incuban en débiles concepciones de la moral individual que inducen al culto del lucro personal y que se entrelazan con las grandes madejas de la corrupción construidas para dominar a su mejor conveniencia las estructuras de la institucionalidad pública.

(*)  Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista

Noticias de Interés

1 COMENTARIO

  1. Y para colmo ni siquiera admitirlo.El hueco fiscal, los nombramientos ,que continuan por cierto, el involucramiento de la Presidencia en el Banco de CR y el desfalco del cemento chino.Eso por mencionar algunos.Pero si te vi no me acuerdo ! Uno en Miami,otro en Bruselas,el otro en el BCIE y bueno, nosotros esperando el IVA.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias