jueves 25, abril 2024
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Transiciones del poder en América Latina

La historia de América Latina ha sido plasmada por importantes transiciones políticas y luchas populares que han reconfigurado a la región y han motivado a el surgimiento de organismos de integración regional. Acontecimientos como el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela y la llegada al poder de Lula da Silva en Brasil, marcaron un precedente para el establecimiento de gobiernos de ideologías de izquierda o centro-izquierda que se oponían al modelo de transnacionalización neoliberal resultado así, en una reconfiguración del mapa geopolítico de la región.

Desde el punto de vista del realismo, la teoría del equilibrio del poder muestra a los procesos de integración regional como un mecanismo para reforzar el equilibrio contra enemigos externos en donde los Estados más pequeños se unen para aumentar sus fuerzas frente a otros vecinos grandes, tomando en consideración esta premisa podemos explicar el comportamiento de los regímenes de integración regional en América Latina.

El surgimiento de un nuevo regionalismo con la creación de bloques de resistencia como el ALBA, UNASUR y CELAC impulsados por un debilitamiento del sistema interamericano actual y el liderazgo de  Hugo Chávez como alternativa al imperialismo estadounidense; en su momento contribuyeron entre otros factores, a una disminución de la presencia de Estados Unidos en la región, mayor autonomía regional y cooperación económica – política entre países que compartían ideologías en común.

En medio de un escenario de desaceleración económica que restringe los recursos financieros y económicos, la crisis en Venezuela, los cambios políticos en Brasil y Argentina  acompañados por la incapacidad de hacer frente a estas crisis políticas, era de esperar  un debilitamiento en los ejes tradicionales de integración regional que desde su consolidación es preciso mencionar, presentaban importantes asimetrías entre países y reducidas afinidades.

Con el entierro de la UNASUR, el estancamiento de Mercosur y los mega acuerdos regionales podemos hablar del regreso a un modelo regional inclinado hacia neoliberalismo. Esta vuelta a la derecha es producto de un cambio en las dinámicas de poder que afectan a la integración regional y motivan a la creación de iniciativas para reafirmar posturas políticas que quieren mostrar una nueva reconfiguración del poder en la región. Con la reciente creación de PROSUR, foro impulsado por  los gobiernos derechistas de Chile y Colombia que buscan asumir el liderazgo y tomar las riendas en la región, se intentan retomar las relaciones comerciales con potencias centrales para favorecer así los procesos de globalización.

Más allá de pronosticar la efectividad de PROSUR para solucionar problemas que experimenta la región, alcanzar objetivos políticos, económicos y sociales en la región e intentar poner fin a un periodo de estancamiento de la UNASUR, es necesario cuestionarse si la respuesta radica en crear una nueva entidad regional con objetivos que se contraponen a los ya establecidos en otros intentos de regionalismo o, intentar resguardar los ya existentes y depurar otros que no son efectivos.

La continua creación de proyectos de integración está replicando instituciones que están aumentando las divisiones dentro de la región y nos alejan de los fundamentos de la integración regional. Existe un gran reto que implica apostar por proyecto regional duradero que trascienda los cambios de ideología de izquierda o derecha y principalmente, deje de ser un instrumento de reafirmación política.

(*) Joselyn Rodríguez Sanabria, Estudiante de Licenciatura en Política Internacional – UNA

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