Tegucigalpa, 19 Jun (ProcesoDigital.hn).- Un nuevo y sensible actor emergió en las últimas horas en el escenario de la conflictividad que sacude a Honduras. Las Fuerzas Especiales de la Policía, un grupo élite conformado por especialistas Rurales, Antimotines y Tigres, se han sublevado y sus acciones se han extendido afectando a varias unidades policiales.
? #Honduras registra protestas en la mayoría de sus departamentos y la policía no está ejerciendo represión sobre la población.
En un reciente comunicado, la policía pide a la población ejercer la protesta evitando actos de vandalismo. pic.twitter.com/OlLzcJUrRx
— Anti Bots (@AntiBotsHN) 20 de junio de 2019
Aunque no todos los elementos de este bloque están en la protesta, si son suficientes para causar una sensación de caos que se ha expandido por la capital hondureña y que ya trasciende en el circuito Metropolitano del Valle de Sula y también en el caribe y sur del país.
#URGENTE
Así están las calles de Honduras en este momento. La Policía hondureña protesta contra el presidente Juan Orlando Hernández. pic.twitter.com/eDkDB5OCpe— Gerson Ortiz (@entrarenlanada) 20 de junio de 2019
Las protestas de los policías élites iniciaron la noche de este martes, pero las autoridades pretendieron desactivarla al publicar un comunicado prometiendo mejoras a colectivas. La acción no fue suficiente.
Este miércoles las Fuerzas Especiales intensificaron sus protestas y sus actos de rebeldía se materializaron en el cuartel Casamata, un sitio que simboliza el poder y la jerarquía policial. Allí lanzaron bombas lacrimógenas y generaron desorden en la búsqueda de lograr unificar acciones con otros cuerpos policiales.
Igualmente, en su propio cuartel, conocido como la sede de los Cobras, en honor a un bastión policial desparecido, los agentes de las Fuerzas Especiales lanzaron gases lacrimógenos, un disuasivo que ellos mantienen en abundancia, tras ser una de las armas disuasivas que han utilizado permanentemente en las manifestaciones de médicos y maestros, cuyas diferencias con el gobierno no han logrado ser superadas y que hacen que el país discurra a semi vapor.
Pero eso fue poco porque momentos después, también hicieron ráfagas de disparos, lo que provocó alarma entre los pobladores, especialmente entre los padres de familia que tenían a sus hijos en una escuela vecina a esa unidad ubicada en la popular colonia Villa Delmi.
Más allá de ello, cuando el jefe de la Policía Nacional, comisionado general, José David Aguilar Morán llegó al lugar en la búsqueda de establecer conversaciones con los amotinados, también fue atacado con gases lacrimógenos , desafiando el mando supremo de la institución.
Entre tanto, varios comandos del grupo élite también se trasladaron a otros puntos de la ciudad e intentaron que más policías se sumaran a su causa, en su ruta, además usaron gases y rafas de disparos que generaron terror entre los transeúntes y vecinos de cada posta.
No se tienen destalles si en ese camino otros agentes se sumaron. Oficialmente se ha indicado que únicamente la unidad antimotines de Tegucigalpa es la que mantienen la sublevación.
Zozobra
Mientras estos hechos ocurren, los medios y una parte de docentes integrados en una Plataforma han mantenido sus protestas contra el gobierno y a la vez siguen auspiciando un diálogo alternativo sin sentarse en la mesa convocada por el Poder Ejecutivo. Ellos exigen educación y salud de calidad.
La conflictividad también ha provocado la semiparalización de las universidades públicas del país, especialmente en sus centros de San Pedro Sula y Tegucigalpa.
Mientras los transportistas de carga pesada también hacen sus manifestaciones y tomas de carreteras, desde hace tres días, ellos exigen que se haga efectivo el pago de la tarifa aprobada y consensuada con los empresarios que usan sus servicios. Hasta esta noche la mediación oficial no había dado resultados positivos.
Pero esta paralización ha ocasionado un pánico colectivo respecto al abastecimiento de combustible. Efectivamente las tomas han generado retrasos en algunas entregas y muchas gasolineras se han quedado sin las reservas . La situación se prolonga al atlántico puerto de La Ceiba.
Mientras unos 150 elementos de las Fuerzas Especiales siguen en la sublevación, los transportistas en sus protestas y tomas de carreteras y los médicos y maestros hacen lo propio, también grupos políticos de oposición se han sumado al combustible social y han incendiado las redes con mensajes que alientan a sacar al gobierno del poder.
Líderes del opositor partido Libertad y Refundación y otros actores políticos han enviado mensajes a sus huestes pidiéndoles unirse a las protestas y tomas de carreteras y vía públicas.
Pobladores saquean una tienda de electrodomésticos en la colonia Kennedy en Tegucigalpa pic.twitter.com/ZEUMwwM9nH
— Proceso Digital (@ProcesoDigital) 20 de junio de 2019
La ola de protestas también es aprovechada por grupos de delincuentes que han empezado a saquear locales comerciales. (ProcesoDigital.hn)
Todo ese rollo comenzó con las trampas de Juan Orlando Hernández, apoyado por los gringos.
Conociendo la situación de corrupción politica y empresarial, la pobreza, violencia e injusticia con que vive la gente en Honduras era de esperar que esa bomba de tiempo estallara.
Sin embargo, el que las fuerzas policiales y militares de un país intervengan en la política nacional es un hecho que debemos de evitar aquí en CR. En todos los países, donde los militares son parte de la fuerza política, existen abusos. Por ejemplo, el caso de la «policía» en los Estados Unidos, que ha contratado a muchos excombatientes de las muchas guerras que ha emprendido esa nación, como policías urbanos. El resultado ha sido la muerte de ciudadanos desarmados, en su mayoría, negros y latinos.