martes 12, noviembre 2024
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Trump: enemigo de la humanidad

Trump no es Hitler, ni Estados Unidos es nazi, pero Trump apesta a Hitler, y en la nación del norte corren fétidos vientos que recuerdan cómo nacieron los nazis. Trump es un hombre peligroso; como peligrosos son quienes lo acuerpan y lo financian.  No actúa solo, en el vacío. Se viste con las jugosas chequeras (no todas) de los monopolios empresariales, los ruines banqueros, y los evangélicos fundamentalistas como Mike Pence. 

El reciente ataque racista  y xenófobo en contra de las cuatro jóvenes congresistas federales, Alexandra Ocasio-Cortes (Nueva York), Rashida Tlaib (Detroit), Ilhan Omar (Minneapolis), y Ayanna Presley (Boston y por quien voté), es uno de los muchos frentes que el Intolerable ha abierto en contra de la paz y los derechos humanos.

Estas congresistas visitaron la frontera sur y constataron la funesta violación a los derechos humanos de las familias centroamericanas y de otros lares. Ellas tuvieron la valentía de denunciarlo.  Trump, como de costumbre, no pudo contenerse. La Cámara de Representantes, sin embargo, condenó sus palabras con una clara mayoría de 240 votos. Ciudades como Boston, Nueva York y Los Ángeles (territorios santuarios) se resisten en cooperar con los federales, con ICE en particular, una suerte de Gestapo bajo Trump.

Cabe decir que ser un humano indocumentado no significa ser un paria en el mundo, desprovisto de toda protección legal y moral. No pocos tratados internacionales obligan a respetarles su dignidad, a darles acogida y refugio.  Y en el caso de los Estados Unidos esto es más cierto que en cualquier otro país del mundo; sea la inmigración legal o ilegal, forzada o no. Cientos de miles de africanos fueron secuestrados para ser esclavos y sobre su trabajo inhumano se acumuló el capital original para que Estados Unidos (el blanco) pudiera ser imperio. Ahora, miles de familias centroamericanas tocan las fronteras de la superpotencia ignorando, quizá, que en el Pentágono y la Casa Blanca se sigue apoyando a las malévolas y sangrientas oligarquías criollas. Honduras es un ejemplo trágico: una nación hambreada, militarizada, violenta, y con un narcopresidente hecho en Washington.

La gente, en general,  emigra por necesidad y no por gusto. Nuestros pueblos poco a poco se están convirtiendo en prisiones.  Más lejos de nosotros, Africa, es un continente hecho prisión. El mundo va mal convirtiendo mucha geografía, demasiada, en prisiones. La voracidad de el capital es cruel. El capitalismo desarrollado sigue demostrando que es excepcional en el acrecentamiento de la inventiva tecnológica, pero también nos sumerge en un paisaje global violento y desolado, desproporcionadamente injusto.

El nacionalismo blanco de Trump es una ideología colonialista a lo externo y hacia lo interno. Trata de asegurarle  al 1% más rico un látigo para contener la competencia comercial china, el armamentismo de Rusia, algunos aires de independencia  de la Unión Europea, y las dianas de libertad de los países empobrecidos, colonizados por la fuerza militar del capital extractivista y financiero. 

A  lo interno, millones de estadounidenses viven sin seguro médico, en un país donde los conglomerados farmacéuticos nos estafan, y donde sus medicinas tienen un costo exorbitante, el más alto del mundo. Un país donde el salario mínimo federal se queda corto y que demanda $15 por hora, frente al $7.25 Un país donde la justicia racial anda renca y tuerta. Un país hoy gobernado por un hombre con mente de tirano, que exonera a los más ricos del pago justo de impuestos, y que le garantiza a la elite plutocrática blanca su blancura, su dominio económico en casa y en el mundo.  Igual que Hitler.

Esta es la realidad que Trump no esconde y que lo motivó a despotricar en contra de las 4 congresistas.  De esta pesadilla neofascista, que también se reproduce en otros países, como en Brasil y que amenaza a Costa Rica, cabe una observación: los pueblos del mundo -documentados o no- deben unirse sin distingo de raza o nacionalidad en contra del yugo opresor. Frenar a Trump es causa de la humanidad porque la libertad no tiene fronteras. Apoyar o sentir empatía por las familias centroamericanas, hoy capturadas y vejadas en la frontera, es el deber de una conciencia liberada.

(*) Allen Pérez es Abogado

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5 COMENTARIOS

  1. Y pensar que Trump sera reelecto con mucho mas votos que en el 2016.Su estrategia política es mostrarle a los norteamericanos, poner en vitrina a las 4 jinetes del partido demócrata.Si Trump
    logra que las propuestas socialistas de las congresistas sean acogidas por el partido demócrata,
    gana facilmente.El norteamericano si algo sabe es que el socialismo es malo.

    • Jorge, justo con el argumento tuyo es que fue elegido Trump! Actualmente en Estados Unidos existe socialismo, pero no para los pobres que conforman la mayoría, sino para las grandes corporaciones. Si no lo crees, toma un solo ejemplo, el multimillonario dueño de Amazon. Él, no paga impuestos, más bien con los impuestos de todos nosotros, se le subsidia para explotar a aquellos seres humanos que deben someterse a una esclavitud moderna para poder subsistir. El sentimiento popular es lo que representa Sanders y Tulsi Gabbard. La derecha ha tergiversado y mal usado sus discursos. Si todos nos unimos por esos candidatos que verdaderamente representan la voluntad popular, podemos vencer a Trump. Si elegimos más de mismo, muchos no irán a las urnas y continuaremos la senda de odio, guerras y desestabilizaciones de gobiernos a través del mundo. Queremos paz, protección de nuestro planeta y vida digna para todos los seres humanos sin distinción de su color u origen.

    • Craso error el suyo don Jorge Jiménez, si algo desconoce el norteamericano es precisamente que es socialismo y no solo el ciudadano de la calle, si se le hace la pregunta a estudiantes gringos de universidades élites (Yale, UCLA, Harvard, etc) de cual es la diferencia entre, socialismo, comunismo, anarquismo, social cristianismo, etc, la respuesta será en un 99% de los casos: son sinónimos. Así que de socialismo la mayoría de los gingos son ígnaros absolutos, por más que crean que saben mucho.

  2. EEUU es un estado corporativo, los gobernantesllos escogen juntas directivas y no realmente el pueblo, donde el subir el precio de acciones en Wallstreet tiene más peso que el respetar los derechos humanos.

  3. Estados Unidos ha sido un país con gente racista y muy etnocentrista desde su fundación. La población original fue víctima de genocidio, pueblos enteros fueron borrados del mapa. Todavía en los años de 1920, personas de raza negra fueron linchados por turbas enardecidas. Trump es un producto de una larga tenencia cultural estadounidense, similar a cómo
    Hitler fue seducido por la cultura bélica prusiana. Ciertamente, hay razones para sentirse alarmado porque el imperialismo ha subido su tono y su agresividad

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