2 COMENTARIOS

  1. De un texto más extenso que escribí hace ya algunos años: «Unos territorios que hoy llevan los nombres de Guanacaste y Chiriquí son algunos de los que figuran, a nuestro entender, dentro de los lineamientos que hemos venido esbozando, como unos ámbitos espaciales que presentan las características de tener algunos elementos o singularidades comunes y también algunas lejanías, por no decir asimetrías, que los diferencian haciéndolos dignos de consideración desde un primerísimo plano, como algo distinto de la alejada y muchas veces distorsionada visión de la retórica vacía de los discursos oficialistas, siempre condicionada por poderosos intereses económicos y políticos, que se originan a partir de los centros político-administrativos de dos países de la región llamados Costa Rica y Panamá, cuyas visiones de lo nacional no parten precisamente de las particularidades del universo chiricano o guanacasteco, las que acostumbran a invocar a su conveniencia en algunos momentos, como cuando se celebra la anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica, un momento en que llueven los discursos llenos de exclamaciones acerca de un presunto deseo local de ser de la patria por nuestra voluntad y de innumerables promesas desde el ámbito de lo nacional, todo ello dentro de una serie de promesas de amor recíproco que quedan en el olvido un día después, cuando los representantes de los poderes centrales retornan a sus rutinas y a los territorios en que acostumbran a moverse a sus anchas. La resaca del día siguiente tiene, al parecer, la virtud de poner las cosas en su lugar, para unos y otros, solo que la desilusión suele arraigarse con más dureza entre quienes habitan aquellas comarcas del olvido.»

  2. En síntesis: pura retórica y discurso, maquillado de frases infladas y disonantes, todas las cuales, como ha sido siempre, los sufridos guanacastecos están hartos de lo mismo. Y así llegan a los pueblos, pretendiendo con sus escondidos colores diversos, surtiendo médicas cucharas de promesas y soluciones que luego se diluyen en el tiempo. Quien no caído en cuenta, que siga jartando cuento, que ni Dios podrá convencerlos, si ellos están contenticos de esta repetitiva quimera. Ese abono, “nitrofoska” hace maravillas a los oportunistas bolsillos políticos de siempre.

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