Caracas, 25 jul (Sputnik).- Las fuerzas políticas de Venezuela dialogan una vez más en medio de la mayor crisis de los últimos años en esta nación caribeña, un proceso tan necesario para el oficialismo como para la oposición, según analistas consultados por Sputnik.
«Es un proceso que ambas partes necesitan, pero nosotros estamos apostando al entendimiento, a las soluciones políticas en el marco de la Constitución y la ley», dijo a esta agencia el analista político y constituyente Saúl Ortega, integrante del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Para el presidente de la encuestadora venezolana Datanalisis, Luis Vicente León, ambas partes están en el proceso de diálogo que se desarrolla con el auspicio de Noruega, porque tienen mucho que perder.
«Para la oposición la negociación es vital, porque tiene seis meses y no ha logrado su objetivo y lo que va ocurrir es que pierda el apoyo popular, y la idea de que se puede cambiar se deteriore políticamente y se haga más difícil su lucha, y el Gobierno necesita bajar la presión interna y externa, porque se le ha hecho insostenible», dijo León.
En mayo se supo que dirigentes de ambas partes habían establecido una mesa de conversaciones en Oslo, que luego migró a Barbados.
Fue la primera vez en 2019 que el Gobierno y la oposición lograban un acercamiento tras cinco meses de grandes tensiones.
Desde enero, Venezuela vive manifestaciones a favor y contra el Gobierno, en el marco de una acción de Estados Unidos y otros 53 países contra el presidente Nicolás Maduro.
La mayoría de los altos cargos del Gobierno y de la principal industria del país, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) están sujetos a sanciones.
Venezuela no puede refinanciar su deuda ni utilizar el sistema financiero de EEUU para sus transacciones, lo que agravó la ya severa crisis económica de este país que depende en más de 90 por ciento de los ingresos de ese sector.
La oposición, después de una pausa en sus movilizaciones callejeras tras las elecciones presidenciales de 2018 de las que decidió no participar, volvió a recuperar su poder de convocatoria en enero, con el surgimiento del liderazgo del diputado Juan Guaidó, quien fue nombrado presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora).
Guaidó, quien se autoproclamó presidente encargado de Venezuela en enero, ha impulsado en los últimos meses medidas contra Maduro en el exterior, e incluso nombró representantes en otros países, intentando crear un Gobierno paralelo.
Sin embargo, tras reanimar a la oposición entre enero y marzo, sus más recientes convocatorias no despiertan el mismo efecto del comienzo.
Necesidad de acuerdo
Para León las condiciones del diálogo actual son completamente distintas a las de fallidos procesos anteriores.
«La necesidad que tienen hoy tanto la oposición como el Gobierno de acordar son tan distintas y más grandes que las que había en procesos previos; pero eso no quiere decir que (esta iniciativa) sea exitosa, sino que se abren nuevas posibilidades y nunca se sabe cuándo va a hacer clic (funcionar) esa negociación», dijo.
A diferencia de otros procesos, en los que se filtraban los asuntos que se debatían, esta vez las partes han mantenido hermetismo absoluto de lo que se conversa en Barbados, en gran medida a instancias de la mediación de Noruega.
«El Gobierno y la oposición son cuidadosos para mantener el entorno potencial de una negociación, pero ambos están luchando», señaló León.
A juicio de Ortega el que las partes hayan podido sentarse a negociar en Barbados es un logro de Maduro.
«El presidente Nicolás Maduro ha hecho un gran esfuerzo y ha alejado los vientos de guerra, que el imperialismo y algunos gobiernos de las potencias colonialistas europeas habían traído a nuestro territorio, y el diálogo siempre será una oportunidad para la construcción política», sostuvo.
Para Ortega, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, hay varios asuntos que deberían estar sobre la mesa.
Entre ellos, «convivencia política, necesidad de que todos los temas se diriman por vías constitucionales pacíficas y electorales y la defensa de la soberanía y la integridad territorial, así como cese el bloqueo y las amenazas de (el presidente estadounidense) Donald Trump».
La oposición ha dicho que el objetivo final de la negociación es encaminar el país hacia una elección presidencial.
Maduro, sus ministros, el presidente de la Constituyente, Diosdado Cabello, y otros dirigentes del Gobierno insisten, como Ortega, que los únicos comicios pendientes son los de la Asamblea Nacional.
«Lo que está en el calendario por definirse es el tema legislativo, que se vence en el último año del período constitucional que es el año que viene, eso es lo que está en el ambiente, pero la política da para todo, no hay tema que no se pueda discutir en la mesa, incluyendo unas elecciones presidenciales», reconoció Ortega.
León, por su parte, señaló que en este momento cada parte tira de la cuerda para lograr su objetivo.
«El Gobierno va a buscar tiempo, y quiere manipular y evitar salir del poder y que le quiten las sanciones y que la oposición se pulverice; y la oposición quiere que (Maduro) salga como corcho de limonada, que haya un proceso que saque lo que ellos llaman el usurpador», apuntó.
Mientras el diálogo se desarrolla, las partes juegan sus cartas en el terreno, convocan movilizaciones y se retan en sus discursos.
La población sigue enfrentando una economía en hiperinflación, el efecto de las sanciones económicas y de la caída de la vital producción de petróleo. (Sputnik)