2 COMENTARIOS

  1. «La colonización no Indígena de los territorios Indígenas es el más grave asunto no resuelto en Costa Rica. Dicha colonización se agrava cuando la misma se hace a través de métodos violentos. Y dicha violencia es todavía más preocupante cuando el Estado costarricense exhibe una ausencia de claridad jurídica, política y administrativa para proceder al desalojo legal de los factores no Indígenas en los territorios Indígenas. No en vano la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió, con claridad y bien fundamentada, la medida cautelar #321-12 para proteger al Pueblo Indígena Brörán y Bribri de Salitre, provincia de Puntarenas, exhortando a las correspondientes autoridades del Estado a tomar las medidas pertinentes a fin de proteger la vida y la integridad personal de los ciudadanos Indígenas.» Cinco meses antes del asesinato de Sergio Rojas esto fue lo que yo escribí. Lamentablemente el Estado de Costa Rica se encuentra ahora en el banquillo de los acusados, al fallar proteger los derechos humanos de los Pueblos Indígenas. Esta incómoda situación para una nación acostumbrada a recibir elogios de la comunidad internacional por sus instancias progresistas en la materia, responde a la más grave llamada de atención que esta misma comunidad le haya hecho.

  2. Como si Sergio Rojas Ortiz caminara ya hacia su tercera muerte: la que para su gente o pueblo bribri, como para todos los demás de raíz o tradición chibcha es el olvido, aquella muerte final que sobreviene cuando ya no quede nadie sobre la tierra que te haya conocido, hablado o escuchado alguna vez tu voz, es que me encuentro con que solo Allen Pérez desde su casa de Boston tuvo la hidalguía y el profesionalismo de romper el silencio, ante el asesinato del más lúcido líder de los bribris, a lo largo de muchas generaciones, hace ya unos cinco meses. Su análisis es impecable y brillante dentro de cierta lógica referida al tema de los derechos humanos, claro que si comparamos a Costa Rica con México, Colombia u otros países este país centroamericano aparece como el más respetuoso de los derechos de las minorías étnicas, lo que sin embargo no quita ni disminuye la ominosidad de este ensordecedor silencio e indiferencia ante tan vil asesinato. Con estas palabras y estas líneas quise recordar a Sergio Rojas Ortiz, hermano siempre estarás en nuestra memoria.

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