viernes 29, marzo 2024
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Cuando el terrorismo aterroriza

De cal y de arena

Al doctor Román Macaya Hayes, presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social, le aterrorizan los impactos fatales en la salud de los humanos que se derivan de las huelgas en los servicios que presta la institución. Inobjetable y admirable esa su vocación humanitaria.

Con toda seguridad, también  una aplastante mayoría –allí me incluyo- de habitantes sobre la cual se proyecta la institución.

La gran diferencia entre él, doctor en bioquímica y con una maestría en gestión de sistemas de salud, y el inmenso mundo de pacientes y contribuyentes de la Caja, es que don Román, por la posición que ocupa, debe tener muy en claro que el miedo acelerado no debe convertirlo en víctima de la estrategia de los terroristas. Ha de tener claro que éstos –con sus medidas de presión despojadas de todo sentido ético y de toda estima hacia la esencia y razón de ser de  los  servicios de salud- buscan llenarle de terror para confundir su estado de ánimo y arrastrarlo a la comisión de errores en la gestión del presidente de la Caja y de la cúpula que le acompaña en la administración. Cuidado si no, también, al Presidente de la República.

En el mismo momento en que el Dr. Macaya deja que el terror a los efectos de las huelgas doblegue su firmeza de ánimo, está confesando debilidad de carácter y evidenciando ser fácil presa de los estrategas del terrorismo, así estén atrincherados en los ambientes del sindicalismo.

Y como don Román evidentemente carece de suficiente autonomía de vuelo, no hay más que concluir que él y los demás miembros de la cúpula –incluida la junta directiva donde están los portaestandartes del empresariado que hoy critica con sobrada razón estas controversiales actuaciones- contaron con el aval del Presidente de la República. Lo confirmó el Ministro de Trabajo, Víctor Morales.

Así se consumó una felonía  para con la institucionalidad, el estado de Derecho, el imperio de la ley. Sin duda, la “albinocracia” ha refinado procedimientos y ha hecho patente su habilidad estratégica y táctica a partir del miedo. El miedo como herramienta para domeñar a funcionarios débiles de carácter o ignaros de los deberes del cargo. Cuidado, si no soterrados eslabones de una cadena que está para saltar hacia otra versión política y social.

Los servicios de asistencia en salud pública, los ámbitos de liceos y escuelas, son los espacios en que ahora se juega el desafío al estado de Derecho. Para mayor potencia de golpe, están los artilugios estratégicos que proveen los cierres de vías públicas por allá y por acá, y los controles del acceso a los puertos.

Que las huelgas están prohibidas en hospitales y clínicas; que igual la violencia para impedir el trabajo de terceros; que los actos delictuosos contra personas o propiedades motivan los procedimientos para disolver sindicatos; que los seguros que administra la CCSS están excluidos de la regla fiscal; que el pago nominal de los reajustes en los salarios es un mandato de ley y que quien dispute su pertinencia –los sindicatos en este caso- han de ser los recurrentes –no la Caja- a procesos jurisdiccionales; que el ausentismo laboral injustificado tiene efectos pecuniarios que no deben ser asumidos por el patrono…. ¡Qué importa, pa’eso tenemos mayoría!

Alardea el presidente Alvarado de que él gobierna para las mayorías, no para las minorías. ¿Y cómo, don Carlos, está su administración marchando al ritmo que le marcan las minorías asentadas en las cúpulas sindicales?

He dicho, y lo repito, que aquí hay un pulso ideológico y que al gobierno están tomándole la medida en su capacidad de resistencia y en su aptitud para articular la defensa de la institucionalidad. No se requiere mucho fósforo para sacar  conclusiones, vistos los hechos y comprobadas graves falencias políticas de quienes –apenas nominalmente- llevan las riendas del país.

Cierto, los males que hoy nos exasperan no son gestados por la incompetencia de este equipo de gobierno ni por la “curiosa o artificiosa” incuria del PAC. Pero sí se han agravado en estos años de orfandad política, de ausencia de liderazgos, de crisis de valores. ¡Cuidado si no vamos hacia el despeñadero!

(*) Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista

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3 COMENTARIOS

  1. Buen análisis don Alvaro.Lo mas vil y despreciable que he visto : La utilización de la urgencia de salud
    de los mas necesitados para mantener privilegios indecorosos.Los peones eran seres humanos, eso fue lo que negociaron. Si paraban la huelga morían menos, si la huelga continuaba morían mas.
    El argumento de la privatización, resulto una vez mas ser falso.
    De donde recibe los ingresos la Caja ? No es acaso de la empresa privada, pues el mayor deudor de la Caja es el estado ? Pero lo están estrangulando al empresario y cuando lo quiebren de donde vendrá el sustento de la seguridad social y las pensiones ? La economía anda mal y a todos se nos ha pedido sacrificio.Es que acaso todos no somos igualiTicos ?

  2. Don Alvaro, lo único que falta, que a la protesta pública se le califique de terroristas. ¿ Para qué, Don Alvaro ? ¿ Porqué, Don Alvaro ? Para justificar cualquier medida de «mano dura,… de manu militari», con una política de seguridad nacional para justificar la «tolerancia cero».- No se ciegue, Don Alvaro, este su artículo destila ideología, aqui en Tiquicia, no existe un pulso idelógico, lo que se esta gestando es un caldo de cultivo para una lucha entre clases sociales.- Acaso don Alvaro, son los sindicatos, los únicos que protestan, no lo hacen los estudiantes, los taxistas, los transportistas y hasta la Iglesia Católica, con el discurso en la homilia del dos de Agosto. (¿ también monseñor es terroista, don Alvaro ?). Su artículo esta matizado por la ira, le noto una evidente ausencia de objetidad de reflexión y analisis, que lo ha caracterizado a usted en anteriores columnas (usted es uno de los columnistas que le doy seguimiento: Me gusta su pluma y sus reflexiones, pero en esta discrepo en todo).- Han hecho de Albino Vargas, el judas de la Patria, el anticristo del país, le han otorgado «poderes místicos» que le facultan para «hechizar» a cuanto costarricense que piense diferente a los editoriales de La Nación, Repretel, Teletica y Crhoy y agreguele por allí la línea de información de Amelia Rueda. Que más quisieran que Albino, tuviera una choza en Miami, o un chuzo de de lujo de millones de colones, supongo que de Albino saben hasta lo que integra su menú. No se ciegue Don Alvaro, no conozco a Alvino, pero estoy seguro, que no se trata nada más que de un tipo ordinario, que la clase adinerada le ha colgado el San Benito de la responsabilidad de todos los males que aquejan a la sociedad de este país. Ya no me extrañaría nada que Albino Vargas, corra la misma suerte que Berta Cáceres, la hondureña que se opuso a las ambiciones de una empresa.- Yo no querría, Don Alvaro, una democracia a la hondureña en Costa Ricaq, pero hacia allá nos encaminamos.¿ Le pregunto Don Alvaro, acaso la desigualdad, la pobreza, el desempleo, el subempleo, la economía informal, la corrupción y la exponencial delincuencia es producto de la gestión sindical. ¿ Acaso don Alvaro a las empresas y esta casta económica no se han amamantado del Estado en Leyes como FODEA,Tratados de libre Comercio, Leyes de Incentivos Fiscal, Certificados tributarios conocidos como CAT.
    Con leyes espúreas de control fiscal y una Dirección Tributaria, laxa y corrupta evidencia de esto es el caso de la Cervecería Costa Rica lleva un montón de años en sus declaraciones tributarias en «rojo». Y que nos receta Carlos Alvarado, una «reforma fiscal» que grava hasta el gallo pinto de los ticos. Si alguien don Alvaro, ha fallado en este país a sido ese que llaman el «sector privado», que ha sido chineado, complacido y sobreprotegido para que desarrolle la economía del país y ha fallado. Lo que se creo y se ayudo a desarrollar es una casta económica ambiciosa, llena de una avaricia angurrienta, y es mi opinión que los verdaderos incompetentes ha sido esta clase económica que ha domeñado la política con su poder económico. Ellos no necesitan hacer huelgas, paros, manifestaciones, solo dan instrucciones a sus escuderos políticos para la protección y engradencimiento de su poder. Don Alvaro, por aquello que se me crea un izquierdista, nunca he pertenecido a sindicato, grupo religioso, partido político y mi única identificación es que soy un fan de «Saprisista» y me arrecha cuando pierde la Sele, aunque sea un amistoso. Admiro a Franklin Chang, a Pepe Figueres,José León Sanchez, al Dr. Calderón Guardia y han decepcionado José María Figueres, Rafael Angel Calderón Fornier, pero sobre todo Oscar Arias, al que creí un estadista (voté por él en las dos ocaciones ). Veo una situación complicada, Don Alvaro, pero no es atizando el fuego que esto va a mejorar, creo que tiende a radicalizarse y nosotros los «tiquicianos de hueso colorado» nos merecemos «algo» menor que una sociedad de «ricos y pobres».

    • Don Alberto Losa ; ha dicho usted mucha tontera.La empresa privada que usted ataca , aquí en Costa Rica,no se en su Nicaragua,es la que paga la fiesta. Aqui la Republica de Costa Rica tiene prohibido la explotación de oro, de petróleo, de gas , de oro, que por cierto se llevan sus compatriotas.Aqui el estado no produce ,mas que perdidas.Los bancos ,las Japdeva,las CNP,los Recope,son solo clavos y pifias.Pregunte por el Ice,ni siquiera dan los balances de la empresa.
      En Costa Rica las que producen son las pocas empresas nacionales y las empresas de los EEUU , del imperio, que son las que mantienen el pais.
      Si a oido de deficits, y de deudas y eurobonos es porque el estado le tiene que pagar a un numero reducido de burócratas millones de millones al año en pensiones.Un problema que pronto nos explotara y adivine a quien se lo va a llevar el diablo.

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