viernes 29, marzo 2024
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Libertad de expresión e Internet

Columna Derecho y Sociedad

Con Internet aparece un modelo de comunicación con más partícipes potenciales y un creciente grado de intervención de las personas en la provisión de contenidos. Sin embargo, si bien la libertad de expresión como derecho es igual en el ciberespacio que en otros ámbitos de la comunicación, asistimos a afán regulatorio de los discursos y las plataformas en línea, que podría acarrear límites inesperados a los derechos comunicativos en muchas sociedades democráticas.

La Unesco, en el Informe 2017/2018 sobre Tendencias Mundiales en Libertad de Expresión y Desarrollo de los Medios, sostiene que, si bien nunca antes tantas personas habían tenido acceso a contenidos, la combinación de polarización política y cambio tecnológico ha facilitado la rápida propagación del discurso del odio, la misoginia y las “noticias falsas”.

Frente a estos desafíos, una importante cantidad de Estados está optando por la opción regulatoria: asignación de responsabilidades a los intermediarios de contenidos, criminalización de la desinformación y los discursos de odio, obligaciones de filtrado o bloqueo de contenidos, mayor penalización de la crítica política en redes sociales, sin verificar que, a menudo, estas regulaciones conducen a restricciones desproporcionadas para el derecho a la libertad de expresión.

David Kaye, Relator Especial de la ONU para la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión, en el informe sobre regulación de contenido en línea que presentó en el 2018, sostuvo que “los gobiernos tienen la responsabilidad de asegurar el cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales, pero también deben actuar ahora a fin de asegurar que la capacidad de las plataformas de internet para proveer un espacio seguro para la libertad de expresión, no se vea socavada”. Para el Relator las peores amenazas incluyen la criminalización de la crítica en línea hacia los gobiernos, la religión u otras instituciones públicas.

Sin embargo, el tema no es sencillo. Las grandes plataformas de Internet hoy ejercen una especie de censura privada de la información:  la clasificación de contenidos en la red por los denominados algoritmos nos hace cuestionarnos acerca de los factores que condicionan los contenidos y las formas del debate democrático y el ejercicio de la ciudadanía comunicativa. “Las empresas de Internet proveen un espacio sin precedentes para la comunicación y el acceso a la información, pero también son los reguladores del discurso de nuestro tiempo”, dijo el Relator

Un estudio de Becerra y Mastrini (2017) sobre la concentración infocomunicacional en América Latina en el siglo XXI advierte, además que: “…el efecto de la inserción de las telecomunicaciones en los medios refuerza la tendencia a la concentración y a una configuración oligopólica con escasos conglomerados con proyección regional. Esta investigación constata que las diferentes industrias exhiben niveles de concentración incompatibles con el objetivo de promoción de la diversidad en la convergencia tecnológica”.

Las amplias potestades reguladoras de las grandes plataformas de contenidos o de los Estados sobre ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la información en el entorno digital ha propiciado la alianza de varias organizaciones regionales en América Latina para generar propuestas democráticas.

En el Foro de Gobernanza de Internet Latinoamericano, que se realizó en el mes de agosto en La Paz, Bolivia, varias organizaciones de la región lideradas por el Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencia (Observacom) de Uruguay y con la adhesión de otras instancias, entre ellas el Programa de Libertad de Expresión y Derecho a la Información (Proledi) de la Universidad de Costa Rica, se presentó  la propuesta de regulación de plataformas “Aportes para una regulación democrática de grandes plataformas que garantice la libertad de expresión en Internet”. El documento estará disponible para consulta pública hasta este 15 de octubre, y tiene versiones en español, inglés y portugués.

El texto propone una regulación “progresiva y asimétrica” de las plataformas de contenidos: redes sociales, motores de búsqueda y plataformas de intercambio de contenidos de terceros, con mayores exigencias para las que ocupan posición dominante en el mercado, por su incidencia en el debate público. Frente a la autorregulación corporativa vs regulación autoritaria o excesiva” las organizaciones latinoamericanas proponen un tercer camino.

La propuesta incluye recomendaciones sobre principios, estándares y medidas específicas para establecer formas de co-regulación y de regulación pública que limiten el poder de las grandes plataformas en Internet (tales como redes sociales y motores de búsqueda) para proteger la libertad de expresión de sus usuarios y garantizar una Internet libre y abierta.

La preocupación de quienes suscriben el texto es la creciente intervención de estos intermediarios en los contenidos en línea, mediante la adopción de términos de servicio y aplicación de políticas empresariales de moderación que se han constituido en formas de regulación privada de la libertad de expresión y de los derechos humanos en general. Pero también opta por una regulación democrática y equilibrada que proteja a las plataformas de las presiones ilegítimas de los gobiernos y otros actores.

Según reza la presentación “la propuesta busca ser compatible con los estándares internacionales de derechos humanos y tomar en cuenta las asimetrías existentes, alcanzando a las grandes plataformas de Internet sin ser un freno u obstáculo para la innovación, la competencia o el desarrollo de start-up, pequeñas empresas o iniciativas comunitarias, educativas o sin fines de lucro”. Lo que pretende es crear mecanismos de autoregulación, co-regulación y regulación pública.

El texto, es apenas una propuesta sobre uno de los tantos desafíos para el ejercicio de la libertad de expresión en el espacio virtual. Tenemos mucho camino por delante. En Costa Rica el debate ni siquiera comienza.

¿A las puertas de las elecciones municipales cuánto hemos avanzado en la discusión pública sobre los riesgos de la desinformación deliberada en el contexto de los procesos electorales? El experto en derechos digitales y libertad de expresión, el británico Adrew Puddephatt, propone la implementación, en periodos electorales, de un sistema híbrido de regulación (o co regulación) que involucre al órgano electoral y las empresas de redes sociales. Es un avance en esa ruta el anuncio del Tribunal Supremo de Elecciones de emprender un programa de capacitaciones para combatir la desinformación, en alianza con Facebook y Twiter.

(*) Guiselle Boza S. Estudiante del Doctorado en Derecho UCR

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13 COMENTARIOS

  1. Y es que no hace falta ir a algo tan complejo y técnico como algoritmos sino que basta con la publicación malintencionada de una noticia falsa para manipular a la opinión pública cada vez más desinformada y reticente a hacerlo a través de fuentes confiables, ello por el esfuerzo que representa buscar, leer, comparar y cuestionar. Lo que quiero decir es que las redes sociales son una manera sencilla, accesible y gratuita de incidir sobre personas con diversidad de condiciones personales, sociales, económicas, religiosas, etcétera y eso ha acarreado una polarización inmensa, al menos en Costa Rica, que se vio reflejada en las últimas elecciones presidenciales. Me atrevo incluso a asegurar que es una tendencia mundial porque procesos políticos como los estadounidenses no se han escapado a una polémica semejante en torno a la manipulación tecnológica de datos y resultados electorales. Definitivamente es una coyuntura peligrosa para una democracia y el derecho, como herramienta de control social, debe irse moviendo y actualizando al compás de esas nuevas necesidades de regulación. Muy interesante el artículo.

  2. Interesante los datos que se describen en el texto, sin embargo, me quedé con la gana de saber qué piensa la articulista. Al ser un artículo de opinión y además de una persona que está cursando el Doctorado en Derecho, hubiese querido que planteara su perspectiva jurídica del problema que describe, es decir, está a favor o no de la regulación o en su defecto, la posición es a favor de la libre circulación de contenidos con todo lo que ello puede implicar. Creo que en este tema la postura la resume un graffiti de Mayo 68 en Francia: «Prohibido prohibir». No obstante esta es la postura mía, pero me quedé con la gana de saber la que tiene la autora.

  3. Mi posición se la resumo en este párrafo: Frente a estos desafíos, una importante cantidad de Estados está optando por la opción regulatoria: asignación de responsabilidades a los intermediarios de contenidos, criminalización de la desinformación y los discursos de odio, obligaciones de filtrado o bloqueo de contenidos, mayor penalización de la crítica política en redes sociales, sin verificar que, a menudo, estas regulaciones conducen a restricciones desproporcionadas para el derecho a la libertad de expresión.
    Es una preocupación por la tendencia regulatoria que incide en restricciones indirectas a la libertad de expresión.

  4. El advenimiento de internet a la vida cotidiana de las personas, permitido una democratización del acceso a la opinión, opinión que antes estaba relegada sólo para periódicos, noticieros y revistas, que tenían, por lo general, un fuerte respaldo económico para lograr hacer frente a los gastos cuantiosos de los medios de comunicación tradicionales. Esta democratización como en todas las actividades del ser humano, se ven afectadas por la mala intención de algunos cuantos qué provocan ambientes hostiles dentro de ciertos grupos virtuales. Estos individuos, generalmente conocidos como trolls, no son motivados, en muchos casos, por convicción personal, sino más bien, siendo afines a ciertos grupos de poder que procuran mantener su control sobre la información que circula dentro de un estado o nación o grupos de interés común. Es aquí, donde surge el verdadero peligro, ya que estos individuos utilizan todo tipo de artimañas para generar duda sobre criterios bien formados, pero que afectan a estos grupos de poder. La generación de información falsa y distorsiones de lo que acontece en el país lamentablemente no logran la mayoría de las leyes generar una salvaguarda para los ciudadanos que procuran dar a conocer sus puntos de vista apegados a un orden social, sino que son víctimas de la difamación de estos trolls en muchos casos individuos amparados a identidades falsas en algunos casos anónimas. El hacer un control real de esto es prácticamente imposible dada la cantidad y medios que se pueden utilizar para encubrir las actuaciones.

  5. Me parece muy interesante la temática abordada por la autora del artículo, ya que nos lleva a repensar el alcance del derecho a la libertad de expresión y a determinar hasta que punto están amparadas nuestras opiniones, manifestaciones e ideas cuando son expresadas en las redes sociales. Sin duda este derecho fundamental contemplado en nuestra Carta Magna y en los instrumentos internacionales, nos faculta a expresar y difundir libremente nuestros pensamientos, pero no nos legitima hacer comentarios ofensivos, bromas o divulgar hechos relativos a la vida privada de una persona o familia que afecten su reputación o buen nombre. En este sentido y en cada caso concreto, considero que si deben imponerse límites a este derecho, regulando que no se caiga en excesos que lesionen otros derechos. Así también, a pesar lo anterior, no debe impedirse el derecho de todo aquel que quiera expresarse a través de las redes sociales, y lo haga respetando igualmente los derechos de los demás. En este sentido, a mi parecer, es acertada la propuesta de regular las plataformas para garantizar que no se impongan barreras al libre ejercicio de este derecho y se sigan manifestando ideas y opiniones a través de internet.

  6. Me resulta fascinante como las tecnologías de la información y la comunicación se ha adentrado en diferentes ámbitos de la sociedad y al punto de surgir el derecho informático.
    En este sentido, el ser humano día a día ha probado su capacidad de crear como lo fue en su momento el internet pero también de destruir como lo es la difusión de información falsa o discursos de odio en esta misma plataforma.
    En este sentido, no debe obviarse que las manifestaciones de odio o falsas existían con anterioridad al auge del internet pero el reto que éste impone es su aterritorialidad y claro está la gran difusión que su contenido puede tener con lo cual información mal intencionada puede afectar en mayor medida.
    Así, resulta necesario reformar regulaciones existentes a efectos de hacer frente a las repercusiones que pueda conllevar esta nueva herramienta tecnológica.
    Y dado que el internet no respeta fronteras y por ende, se torna un problema jurídico la determinación de la ley aplicable.
    Por ello, la propuesta conjunta que la autora refiere a saber, “Aportes para una regulación democrática de las grandes plataformas que garantice la libertad de expresión en Internet”, puede resultar una herramienta valiosa a efectos de tratar de solventar los retos que el uso del internet impone de frente a terceros.

  7. Efectivamente, se trata de un enorme desafío, buscar un equilibrio entre la censura y la libertad; añeja disputa que ahora se traslada al espacio cibernético. El objetivo de buscar un punto medio, siempre tendrá aceptación, el problema es precisar sus fronteras. Además, las herramientas para hacerlo y llevar a la práctica los objetivos planteados en el documento que la autora denomina “Aportes para una regulación democrática de grandes plataformas que garantice la libertad de expresión en Internet» no parece tarea fácil. Sin embargo, la iniciativa que nos recuerda la autora es un buen inicio para que el Tribunal Supremo de Elecciones se involucre en el tema de la “desinformación”. Y en este punto, nuevamente nos enfrentamos a planes, proyectos, deseos, «buenas intenciones», que obviamente tienen que existir, pero de acuerdo con la información que brindó el Tribunal, la acción consistirá en capacitar a cierto grupo o número de personas, solo eso. Y entonces me pregunto: ¿ Será suficiente capacitar a mil personas para combatir la desinformación ?

  8. Los que ya somos «grandecitas» podemos dar fe de la oportunidad que hemos tenido al ver y ser parte del nacimiento y los cambios que la tecnología ha tenido favoreciedo con ello a los diversos modelos de comunicación, pero haciendo especificamente referencia al internet.
    La posibilidad de obtener información es cada vez fácil, así como el utilizar esos medio para poder exprrsarse libremente. Ya no existen pretextos para la desinformación por lo que tanto los interesados como las diversas entidades gubernamentales deberían aprovechar esta gran oportunidad. Tal y como lo indicó la autora del artículo de opinión, estamos a las puertas de las elecciones municipales, y se deberian aprovechar estos medios para informar a los futuros votantes sobre las personas que desean representarlos, sobre lo que ofrecen, o sea aprovechar los medios para cumplir con el derecho a información que todos tenemos, así como el que puedan expresar su opinión ante lo que los posibles candidatos puedan ofrecer.

  9. En este artículo, me hubiera gustado un mayor abordaje al derecho de información, en vista que la libertad de expresión, se encuentra relacionada con la libertad de recibir información, difundir y de investigar, como también aun mayor desarrollo sobre censura, y limitaciones o regulaciones. Es claro que nos encontramos, en un mundo constante de cambios tanto tecnológicos, como económicos y social, dándose grandes innovaciones en la revolucionaria era digital, de ahí la importancia de artículos como este.

  10. Es admirable ver como cada vez tenemos mejores accesos a la información por medio del internet, sin embargo, considero es una arma de doble filo, esto debido a que actualmente la población no logra diferenciar entre noticias falsas y noticias con sustento verdadero, por otro lado en el mundo del internet vamos a encontrar noticias de todo tipo vistas desde una perspectiva individualizada, es ahí donde debemos objetivamente analizar la noticias bajo un contexto y no quedar satisfechos al encontrar una referencia sobre determinado tema.
    Por otra parte he logrado observar que muchas personas están utilizando las redes sociales como el mejor método para expresarse y este derecho que tenemos todos lo utilizamos para expresar aspectos subjetivos sobre personas que no conocemos y aun así atreverse bajo el lema «libertad de expresión» ofender y degradar personas por medio de las redes sociales.
    Es un avance favorable para la sociedad el internet peroles necesario plantear una cultura de respeto y extraer de estas herramientas el mejor provecho posible, no por el contrario utilizarlas como armas destructivas.

  11. Precisamente es en los procesos electorales donde considero se encuentra uno de los mayores retos en cuanto a este tema. Mucho se ha conocido desde y con posterioridad a las elecciones estadounidenses del año 2016, en las que el rol de la información en internet fue decisivo. Figuras como los «troles», utilizadas para desacreditar a la candidata Hillary Clinton, y la intervención rusa que ha sido objeto de investigación penal, son una muestra precisamente de los peligros que conlleva la utilización de las redes sociales en democracia. Interesante artículo sobre un tema de la mayor relevancia en el contexto actual, donde desgraciadamente los «fake news» son utilizados cada vez con mayor frecuencia.

  12. Un tema tan profundo y actual como este no debe escapar al análisis de la población en general, pues lo cierto es que la mayoría de las personas que se encuentran conectadas a la red (por no decir todas), en un determinado momento, indefectiblemente, será partícipe de la emisión de una opinión o un juicio de valor en la red, sobre el cual se le puede generar responsabilidad de diversa índole. Esto es sólo un elemento de tantos, acertadamente, señalados en el artículo, puesto que el tema de las noticias falsas como formadoras (condicionantes) de opinión y elementos de manipulación de masas, es otro tema álgido actual del cual se habla poco en medios. En este sentido, la elección de tema y tratamiento dado por la autora a su artículo, se convierte en una herramienta importante y en un medio introductorio para toda persona interesada en el tema sobre los retos y las implicaciones que demanda la libertad de expresión en internet. Sin lugar a duda, es un tema cuyo análisis y tratamiento constituye un reto para un sistema educativo, inmerso en la cuarta revolución industrial.

  13. Saludos Guiselle, un tema por demás actual y super complejo, con el Internet efectivamente han cambiado, a pasos agigantados, las dinámicas sociales. Decididamente las noticias falsas, afectan directamente las vidas de las personas. No sólo en materia electoral, sino en todos los aspectos de su vida me parece. Lo veo constantemente en el trabajo, cuando se comenten delitos contra el honor amparados en el anonimato o los seudónimos. Pero también delitos de carácter sexual, económico, incluso utilizan el internet para cometer supuestos delitos de Secuestro extorsivo , los cuales resultan falsos, pero que logran su cometido. Mi punto es que la internet es algo tan, pero tan complejo, que los Estados no están en capacidad de enfrentar toda la problemática que ella conlleva. Ahora bien, en cuanto a tu punto sobre la libertad de expresión y la necesidad de una regulación estatal, me parece que el artículo se decanta por la necesidad de una regulación, sin embargo, me hubiese gustado saber cómo se plantea ese tipo de regulación en los países que consideran que se deben regular las grandes plataformas, porque muchas veces discutiendo el tema de manera informal, se llega a la conclusión de que por el avance constante de esta tecnología, no es posible, tal regulación.

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