viernes 29, marzo 2024
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La misión de Hacienda es política fundamentalmente

De cal y de arena

La esencia de la gestión a cargo del Ministro de Hacienda es fundamental y principalmente política. Quien desempeñe la cartera tiene que entender lo que es el juego de la política, sus entretelones, las distintas razones que abonan el desplazamiento de los factores de la política. Debe, por tanto, tener una particular habilidad para ese movimiento de cintura que exige del político capacidad para interpretar los desplazamientos en el tablero y la mejor forma de responder a la función del ministerio y al sentido y orientación del equipo que gobierna.

Se anuncia que el nuevo Ministro de Hacienda será Rodrigo Chaves Robles, doctor en economía por la Universidad Estatal de Ohio, funcionario desde hace varios quinquenios del Banco Mundial donde ha dirigido diversos programas enfocados en la macro y microeconomía desde la Unidad de Política Económica para Latinoamérica. Su bagaje técnico es de primer orden y su acervo académico muy bien calificado. Pero no tiene experiencia política, al menos no la exhibe su rico curriculum vitae. Detalle importante al que se unen sus largos años de alejamiento del país que le vio nacer.

Soy, evidentemente, escéptico acerca de la idoneidad del Dr. Chaves para desempeñar el Ministerio de Hacienda. No por lo que respecta a su formación académica ni a sus virtudes como economista de altos vuelos en la burocracia de un organismo tan influyente como el Banco Mundial. Sino por su inexperiencia política, tan necesaria como indispensable en un puesto de tanta incidencia en la marcha del país como es ese ministerio.

La historia demuestra cómo a nuestros ministros de hacienda se les agotan los espacios para su gestión, no por incompetencia técnica sino porque las herramientas del trabajo político se les amellan, se les herrumbran. O no las tienen. La excepción está en quienes por ser hábiles actores políticos, consiguen construir las plataformas de apoyo necesarias para aventar los proyectos e iniciativas de la cartera.

Está fresquito el colapso de doña Rocío Aguilar. Técnicamente, ella debió salir del ministerio como consecuencia de la sanción que le impuso la Contraloría General de la República a resultas de su comportamiento en el sonado caso del “hueco fiscal”. Pero la verdad pura y dura es que a ella se le había agotado el espacio político desde que chocó con ciertos grupos de presión muy beligerantes y belicosos sin haber echado mano a las herramientas propias del quehacer político de un ministerio como el de Hacienda, evidentemente porque por su inepcia política y por su vocación por la inflexibilidad (algo que es pecado en la política) nunca las tuvo cerca.

Y lo principal: la incoherencia con que la administración Alvarado se ha conducido a la hora de tomar decisiones importantes y de impulsar su ejecución. Es harto conocida la incoherencia de este gobierno a este respecto, muy en particular en todo ese complejo espacio donde se incubaron los elementos de construcción y ejecución de la reforma fiscal, con actitudes contradictorias no sólo de ministros y presidentes de institutos autónomos, también del presidente Alvarado. Sólo la discreción y elegancia de la dimitente ministra Aguilar pusieron al margen esos hechos a la hora de motivar su salida del gabinete.

¿Estará enterado don Rodrigo Chaves de estos juegos de palacio?

Esos entretelones propios de una dañina inestabilidad política han complicado la construcción y el sostenimiento de los apoyos políticos tan necesarios a todo gobierno, máxime si –como en el presente sucede- emergió de las urnas electorales con flacos respaldos y se han visto más enmarañados porque así el presidente Alvarado Quesada ha dejado que suceda. La Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Pública salió adelante por obra y gracia de la cooperación parlamentaria que le aportaron bancadas de oposición al gobierno, en una expresión de voluntad que hoy se ha enrarecido a causa de la vacilante, incoherente, contradictoria y hasta floja posición del propio don Carlos. Estaría por verse si en una coyuntura similar se le posibilitaría a la Casa Presidencial construir a futuro esas alianzas.

Todo un complejo tablero de fichas, intereses  y proyecciones electorales que exigen una alta y calificada dosis de habilidad política. Algo que no se manifiesta como virtud abundante en el gobierno de Alvarado y que –así lo veo yo- tampoco va a subsanar el tecnócrata y apolítico Chaves Robles.

Es un hecho sintomático que en nuestro propio patio el Jefe de Estado no haya encontrado al voluntario dispuesto a asumir en esta tesitura ese complejo ministerio que es Hacienda. ¡Por algo será!

(*) Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista

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5 COMENTARIOS

  1. Mi estimado amigo, precisamente esa tendencia a un «Ministro de Hacienda político» fue lo que provocó que se pospusieran medidas urgentes que solo con la llegada de doña Rocío se lograron subsanar; si el Ministro de Hacienda actúa para complacer a la gradería, las medidas seguirán siendo populistas y esto fue lo que sucedió por años. El Ministerio de Hacienda y la Presidencia del Banco Central son puestos técnicos, no políticos. Hoy lamentablemente tenemos que diferir de la opinión de don Álvaro; de sobra decir que nos parece excelente la escogencia de don Rodrigo.

  2. Sería interesante saber a quienes se refiere. Escribir camuflado detrás de un sitio web permite faltar el respeto a ciudadanos que consideramos que acá la agresividad, la veligerancia y la violencia no solo es de grupos opositores sino también de la estructura del sistema. Lástima que sea tan fácil tachar de casi terroristas a los que han alzado la voz, pero evitar reconocer el fracaso de la política neoliberal de Carlos Alvarado y el PAC, aunque muchxs consideren que se debe juzgar hasta el final de su mandato, caso similar con Luis Guillermo Solis? Ambos son PAC, de ahí las conclusiones.

    • Usted sí está camuflado con 3 letras «Rod», yo escribo con mi nombre completo y vieras que estoy en medio de la «gradería», ojo nunca dije popular, soy parte de ella y jamás esperaría que el nuevo Ministro me consulte sobre decisiones económicas.

  3. Interesante el pedigree de ciertos «ticos» que menosprecian las clases populares (media y pobres) llamándolas «gradería popular». El sentido social no impera y más bien se hace alarde de un amplio y fuerte sentido discrimanatorio. Imagino a un Bolsonaro en tiquicia…jugando de fino casi de sangre azul. Olvida el «panelista» que la crisis no ha sido provocada por la gradería popular y que el problema es una bola de nieve que llegará a manchar nuestra «democracia» cuando esas «clases» tengan hambre, talvez despierten. No considera la defraudación fiscal por ser de clase alta ni tampoco los miles de millones robados al estado por cuellos blancos…la gradería popular deberá pagar los excesos de esa clase política que se ha servido a cucharón lleno de los recursos que con muchos esfuerzo muchxs costarricenses han construido. Fácil habar cuando nunca se ha visto la pobreza, el hambre y la exclusión social.

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