jueves 23, marzo 2023
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Manifestantes en La Paz piden regreso de Evo Morales y llamado a elecciones

La Paz, 13 nov (Sputnik).- Un grupo de manifestantes convocados en torno a la Plaza Murillo del centro de La Paz y en la zona de El Alto reclamaban el martes el retorno del depuesto mandatario Evo Morales, exiliado en México, al tiempo que exigían la renuncia de la diputada Jeanine Áñez, principal candidata a asumir la presidencia por sucesión constitucional.

«Los fascistas han logrado que salga Evo porque no solo querían la presidencia sino atentaban contra civiles pero tendrá que volver y tendrán que darle garantías porque es el único que vamos a aceptar nosotros que convoque a elecciones», dijo a Sputnik Adriana Guzmán.

Sobrevuelos de aviones de combate y marchas masivas de vecinos de la ciudad de El Alto reavivaron el martes la tensión en el centro de La Paz, donde miles de personas aguardaban que la Asamblea Legislativa confirmara a Áñez como presidenta interina tras la renuncia de Evo Morales.

Sin embargo, la ausencia de parlamentarios del Movimiento al Socialismo (MAS) bloqueó en la tarde del martes un primer intento opositor de instalar una sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional, convocada para resolver la sucesión presidencial.

Guzmán afirmó a esta agencia que Áñez «está vinculada desde 2008 a grupos fascistas y golpistas armados que han declarado esta guerra contra quienes somos indígenas y han desplegado muchas veces cazas de indios, que nos persiguen y nos golpean; ella es una terrateniente y tiene una historia larga de racismo».

«El Alto exige dos cosas: que la senadora Jeanine Áñez desista de su intención de ser presidenta, porque es racista, y que la Asamblea Plurinacional apruebe una resolución de desagravio a la whipala, nuestra bandera originaria», expresó la resolución de un cabildo o asamblea popular alteña leída durante las marchas.

Áñez, por su parte, manifestó que la whipala se mantiene como un símbolo patrio y expresó que «todos somos iguales, es el momento de resaltar la unidad e igualdad».

Las columnas que llegaron hasta el centro de La Paz pidieron en forma pacífica a los policías allí apostados que los dejaran ingresar a la Plaza Murillo, centro de las protestas en la capital boliviana, aunque sin éxito.

«Mesa, Camacho, esto es tu culpa» y «Mesa cabrón, octubre no se olvida», fueron los cánticos de los manifestantes junto con «Áñez fascista, queremos tu renuncia».

La dirigente feminista aymara también denunció que existen listas negras que circulan en las redes sociales con nombres de personas afiliadas o cercanas al MAS, partido gobernante hasta el domingo.

«La policía y los militares acompañan este golpe de Estado, han salido a reprimir, han disparado desde un helicóptero ayer en la ciudad de Cochabamba y tenemos heridos; ayer tuvimos tres muertos en la represión de la ciudad de El Alto por balas de la policía, gran parte del pueblo está en las calles y otra parte del pueblo está desinformada», denunció Guzmán.

Hasta el momento no existen cifras oficiales de muertos o heridos por las protestas en las distintas ciudades de Bolivia por la acefalía gubernamental.

El Alto

Los dirigentes de las marchas alteñas, que presentaron la resolución durante la protesta en las calles que estaban vacías por los bloqueos previos de activistas cívicos contrarios a Morales, dijeron, sin identificarse, que la movilización era «autoconvocada por vecinos ante la falta de dirigentes».

Los manifestantes proferían insultos y gritos de desaprobación cada vez que una pareja de aviones militares sobrevolaba a baja altura el centro paceño.

Había también militares desplazados en varias calles de La Paz, en refuerzo a la vigilancia policial en un área de 20 manzanas en torno a la Plaza Murillo.

Al final de la tarde, cuando ya había fracasado por falta de quórum la sesión de la Asamblea para definir la sucesión presidencial, los manifestantes alteños se mantenían congregados en calles próximas al edificio legislativo.

«Vamos a estar hasta que haya sesión del Congreso y se decida la renuncia de Áñez», finalizó Guzmán.

El domingo, luego de varias semanas de protestas y denuncias de fraude, se conoció un informe preliminar de la auditoría de la OEA a las elecciones celebradas en Bolivia el 20 de octubre, que constata diversas irregularidades en el proceso de escrutinio.

De inmediato, el presidente Evo Morales, que había resultado ganador de ese proceso, anunció la convocatoria a nuevas elecciones y el nombramiento de nuevas autoridades electorales.

Pero el jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, dijo en un mensaje televisado que el mandatario debía renunciar.

Morales renunció y el martes se trasladó a México que le concedió asilo político mientras en su país continuaban las protestas, con actos de violencia y vandalismo, y sin claridad sobre quién asumiría el mando del Poder Ejecutivo.

Evo Morales llega asilado a México con el puño en alto

Ciudad de México.- El líder indígena boliviano Evo Morales llegó el martes al Aeropuerto Internacional «Benito Juárez» de la capital mexicana levantando varias veces el puño izquierdo y asegurando que solo salió de Bolivia para proteger su vida y poder regresar más fuerte, al ser recibido con un abrazo por el canciller Marcelo Ebrad.

Tras agradecer al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por haberle «salvado la vida» advirtió que no se considera derrotado y que «la lucha sigue».

Morales, con la mirada cansada pero con el rostro encendido, bajó sonriente las escalerillas del avión mexicano tras un accidentado periplo de más de 12 horas que llevó a la aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana a cruzar Bolivia, Paraguay, Brasil y aguas internacionales hasta entrar a territorio mexicano por el sureño Oaxaca.

Vestido con una camiseta azul, Morales saludó al canciller Ebrard que lo abrazó al descender, acompañado por el ex vicepresidente Alvaro García Linera y la exministra de Salud Gabriela Montaño.

«Queremos darle la bienvenida a Evo y su comitiva a México», expresó el jefe de la diplomacia mexicana.

El dirigente gobernó su país desde 2006, y tras dimitir gozará en México de «libertad, seguridad e integridad», exclamó un exultante Ebrard, que considera la llegada de Morales como un éxito de la diplomacia local.

Tras ingresar a un salón dispuesto para visitantes ilustres, en el hangar de la Fuerza Aérea Mexicana, Morales, acompañado de García Linera, entró para hacer sus primeras declaraciones ante más de medio centenar de periodistas autorizados para presenciar su llegada, pero sin que se permitiera hacerle preguntas.

Morales, tomándose las manos y entrecruzando los dedos, relató que su renuncia, como la de otras autoridades bolivianas, se debió a las políticas de «amedrentamiento, intimidación, escarmiento» puestas en marcha en su contra por los grupos que desconocieron los resultados de su reelección en octubre.

Una renuncia por la vida

Morales fue enfático al señalar que su renuncia fue para evitar la pérdida de vidas en su país, polarizado tras las elecciones presidenciales del mes pasado.

Dirigentes sindicales y autoridades locales cercanas al Movimiento Al Socialismo (MAS) «no renunciaron por cobardes, sino ante tanta represalia contra la familia, contra los niños, secuestros, amenazas de quemarlos», denunció el expresidente.

La decisión de renunciar fue tomada ante los ataques contra una de sus viviendas en Cochabamba y la de su hermana.

«Para que no haya más hechos de sangre, mas enfrentamientos, hemos decidido renunciar», sentenció el dirigente indígena que por 14 años gobernó Bolivia.

Pero a renglón seguido dejó en claro que no se considera derrotado. Finalmente juró que «mientras tenga la vida, seguiré en política y seguirá la lucha».

Tras concluir su pronunciamiento a la prensa, Morales abordó un helicóptero que lo trasladó hasta su nuevo lugar de residencia en la capital mexicana.

La ubicación del nuevo refugio de Morales no fue revelada por razones de seguridad según afirmó previamente el canciller Ebrard.

El viaje en helicóptero frustró el deseo de algunas decenas de personas que se habían apostado en las afueras del hangar en el aeropuerto capitalino y en las avenidas adyacentes para manifestarle su respaldo

Con letreros elaborados a mano le decían «Evo, no estás solo» y «Bienvenido a México».

«Vinimos a este lugar para ver a Evo y para que sepa que México lo apoya», dijo a Sputnik Ismael Gonzalez, un vendedor que se había apostado con otros compañeros en uno de los puentes que dan acceso a la terminal aérea.

Para Morales, el poder establecerse en México es una oportunidad para tener la tranquilidad de saber cuáles serán los próximos pasos a seguir, mientras en Bolivia la convulsión provocada por su salida del poder se mantiene.

«Estamos muy agradecidos porque el presidente de México me salvó la vida, porque el nueve de noviembre sábado cuando llegaba a la zona del trópico de Cochambamba un miembro del equipo de seguridad del Ejército me mostró mensajes en que ofrecían 50.000 dólares por entregarme», manifestó.

Morales no reconoció errores y por el contrario atribuyó su derrocamiento a su origen y a las transformaciones que buscó realizar en Bolivia.

«Si algo de delito tengo es que es indígena Evo, si algo de pecado tenemos con el vicepresidente es que hemos implementado programas sociales para los más pobres», exclamó.

Y luego admitió que si se equivocó en algo fue porque pensó «que habíamos terminado con la opresión, con la discriminación, con la humillación pero surgen otros grupos que no respetan la vida, menos a la patria».

«Es una lección más para aprender», dijo Evo que mostraba el cansancio de sus frenéticos últimos días en Bolivia.

Al cerrar sus declaraciones, volvió a levantar el brazo izquierdo con el puño cerrado, un gesto que lo caracterizó desde sus tiempos de líder de los sindicatos cocaleros en Bolivia, a comienzo de la década de 2000. (Sputnik)

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