Amán, 10 dic (Sputnik).- La escasez de agua potable en la mayoría de los países árabes es una de las causas principales de las protestas, huelgas y desórdenes, dijo a Sputnik el exministro de Agua e Irrigación de Jordania y actual presidente del Foro de Recursos Hidráulicos del Oriente Medio, Hazim al Naser.
«La primavera árabe tiene tres causas: el agua, las libertades y la corrupción», señaló.
Según Al Naser, 17 de los 22 países árabes poseen menos de mil metros cúbicos de agua por persona al mes, incluidos 12 con menos de 500 metros cúbicos.
«Estos países, con una población total de 160 millones de personas, no pueden producir suficiente comida y se ven restringidos en el cumplimiento de proyectos económicos por la escasez de agua», reveló.
El político reconoció que los Gobiernos de varios Estados de la región no dedican la debida atención a la gestión de los recursos hidráulicos por estar sumidos en la lucha contra la corrupción.
También refirió que en el sur de Irak la gente dejó de pensar en problemas confesionales y empezó a quemar sedes de partidos, «porque con un calor de 50 grados no importan confesiones ni partidos, el iraquí necesita a quien logre saciar su sed y darle trabajo y pan», dijo.
Al recordar los últimos disturbios en el Líbano, Al Naser afirmó que uno de las causas clave ha sido la escasez de agua potable.
«Si ustedes dejan en el segundo plano el problema de corrupción, descubrirán que la mayoría se queja de la ausencia de agua y de electricidad. Dicho de otro modo, si en el Líbano no quedara ningún corrupto, los libaneses se lanzaran a la calle por la escasez de agua», señaló.
Al referirse al papel que el agua juega en las relaciones entre los países, el político constató que los situados cerca del nacimiento de ríos suelen exigir más que los que dependen de sus caudales, por ejemplo Etiopía, que construye una presa en el Nilo Azul, habla desde posición más ventajosa con Egipto y Sudán.
La misma situación ha surgido entre los países por los que corre el Éufrates: Turquía, Siria e Irak, constató.
«Puesto que las guerras y las situaciones catastróficas es lo más grave que podría suceder, los acuerdos se conciertan incluso en casos de quedar mermados los intereses de una de las partes», concluyó. (Sputnik)