viernes 1, diciembre 2023
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Covid-19, un desafío sin precedentes para la educación

París (Prensa Latina) El coronavirus SARS-Cov-2 genera preocupación global por su enorme impacto sanitario y económico, que lleva en ocasiones a relegar el análisis de las consecuencias de la Covid-19 en el sector de la educación.
La pandemia desatada por el microorganismo obligó a los gobiernos a adoptar medidas extremas, como el confinamiento de la población, el cierre de fronteras, el aplazamiento de eventos, la suspensión de servicios no básicos y el envío a casa de trabajadores.

En este escenario de avance del SARS-Cov-2 también fue necesaria la interrupción de las clases presenciales, lo cual afecta a mil 500 millones de estudiantes de todos los niveles, desde el preescolar hasta el universitario, cifra que representa el 87 por ciento del total mundial de educandos.

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), 165 países ordenaron el cierre de escuelas frente al avance de la Covid-19.

El ente multilateral estableció de inmediato un grupo de trabajo para proporcionar asesoramiento y asistencia técnica a los gobiernos de cara al reto de mantener la enseñanza bajo las condiciones impuestas por la pandemia. A 10 años de la meta de ‘garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos’, plasmada en el cuarto objetivo de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, despierta preocupación el impacto del brote en tan ambiciosa proyección.

La situación impone a las naciones inmensos desafíos para poder proporcionar un aprendizaje ininterrumpido a todos los niños y jóvenes de manera equitativa, advirtió la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.

Por su parte, la subdirectora para la Educación de la organización con sede en París, Stefania Giannini, señaló al tiempo como un enemigo a no perder de vista, considerando que las dificultades aumentan exponencialmente si se prolongan los cierres de centros docentes.

‘Las escuelas, por muy imperfectas que sean, desempeñan una función igualadora en la sociedad y cuando se cierran, las desigualdades se agravan’, alertó.

Según la Unesco, la pandemia afecta a niños, adolescentes y jóvenes en áreas concretas como el aprendizaje, la nutrición y la seguridad, además de obligar a muchos padres a dejar el trabajo para atenderlos, con devastadoras consecuencias económicas en el hogar, o a dejarlos solos en casa, lo cual representa riesgos en los casos de los más pequeños.

Por supuesto que el daño es mayor para los alumnos pertenecientes a comunidades desfavorecidas y vulnerables, que suelen tener menos oportunidades educativas fuera de las aulas, dependen con frecuencia de la escuela para acceder a comidas gratuitas o con descuento y reciben en ella protección.

Igual de inquietantes son la falta de recursos para incursionar en el aprendizaje digital, que demanda de una buena conexión a Internet, y la escasa preparación de algunos padres para acompañar a sus hijos en el estudio.

Para la Unesco, también preocupa el tema de la deserción escolar, ante el reto que implica lograr que la reanudación de clases entrañe la reincorporación de todos los educandos.

Las respuestas

El 10 de marzo, la directora general Azoulay convocó a una videoconferencia con ministros de Educación, en aras de evaluar respuestas al desafío de mantener la enseñanza con las escuelas cerradas.

La reunión virtual contó con la participación de titulares y altos funcionarios de más de 70 países, foro que reflejó consenso en torno a la necesidad de articular acciones y de compartir experiencias.

Al respecto, Azoulay insistió en que la comunidad internacional encara un territorio inexplorado, en alusión al hecho de que la inmensa mayoría de los niños, adolescentes y jóvenes está fuera de las aulas como resultado de la pandemia del nuevo coronavirus, lo que dispara el peligro de exacerbación de las desigualdades en el aprendizaje.

La videoconferencia llevó a la creación del Equipo de Tareas de Emergencia Unesco-Covid-19, con la misión de apoyar las acciones nacionales y de generalizar estrategias, integrado por ministros de Educación de Costa Rica, Croacia, Egipto, Francia, Irán, Italia, Japón, México, Nigeria, Perú y Senegal; 11 países que representan a diferentes regiones del planeta.

El grupo celebró el 23 de marzo su primer encuentro, en el que Azoulay volvió a llamar a la responsabilidad colectiva y subrayó la necesidad de actuar para propiciar la continuidad de la educación bajo tan complejo escenario.

La coalición

El 26 de marzo, la Unesco anunció el lanzamiento de una coalición mundial a favor de la educación, con el objetivo de proponer soluciones de aprendizaje a distancia para los diversos niveles de enseñanza.

‘Nunca antes habíamos sido testigos de un trastorno educativo de tal magnitud’, afirmó la directora general, quien reiteró que la colaboración internacional es la única vía para garantizar la superación de niños, adolescentes y jóvenes.

De acuerdo con Azoulay, la coalición constituye un llamamiento a la acción coordinada e innovadora para descubrir soluciones que ayuden a los alumnos y los maestros no solo ahora, sino también a lo largo del proceso de recuperación de la Covid-19, prestando especial atención a la inclusión y la equidad.

En la coalición participan, entre otras, la Organización Internacional del Trabajo, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y la Unión Internacional de Comunicaciones.

También se sumaron entidades del sector privado, como Microsoft, GSMA, Weidong, Google, Facebook, Zoom, KPMG y Coursera, comprometidas con aportar recursos y conocimientos especializados en materia de tecnología, conectividad y fortalecimiento de capacidades.

La Unesco invitó a los medios de comunicación a unirse a la iniciativa para favorecer la educación en el duro contexto impuesto por la Covid-19.

Entre las propuestas concretas de la coalición sobresalen la ayuda a los países a movilizar recursos, aplicar soluciones, identificar respuestas equitativas, lograr el acceso universal, evitar la superposición de esfuerzos y facilitar el regreso de los estudiantes a las aulas cuando las escuelas abran de nuevo.

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