viernes 29, marzo 2024
spot_img

El Agro y el coronavirus

Los productores panameños vienen atravesando, desde hace mucho tiempo, una crisis que pone en riesgo la producción nacional y la seguridad alimentaria del país. (Ver artículo El agro: sector que agoniza) puede buscarlo en internet. A pesar de que hubo cambio de gobierno la situación no mejora y solo se han dado paliativos, así lo anuncian y lo expresan los diversos gremios de productores.

Es decir, el sector agropecuario ha sido visto como la cenicienta de los renglones productivos, tanto es así que los economistas le asignan el 2 % del producto interno bruto (PIB), aunque no está claro si consideran el impacto social, la generación de empleos y la contención de las migraciones del campo a la ciudad.  No obstante, si el intermediario o el consumidor supieran lo difícil y costoso que es producir alimentos y los riesgos que la actividad conlleva, no le regatearían el precio de su producto a los productores y más descaro mostrarían si le solicitan donar sus productos.

Como se ha restringido el contacto social y la consigna es “quédate en casa”. En medio de la crisis sanitaria, el gobierno nacional y la población ahora sí parecen recordar que existen los productores y dirigen sus lánguidas miradas al depauperado agro para conseguir alimentos básicos para la subsistencia familiar.

El gobierno nacional tiene la obligación de impulsar el desarrollo agropecuario y apoyar de verdad a los productores y la investigación científica, de tal forma que garanticen la seguridad agroalimentaria de todos los panameños. A pesar que los altos costos hacen poco competitiva la producción agropecuaria, el Gobierno tiene que defender ese 50 % que se produce y disminuir las importaciones, que solo benefician a un club de avivatos.

¿Qué será de aquél país cuyas políticas públicas no garanticen la alimentación básica de sus ciudadanos? En América Latina tenemos varios ejemplos, de manera tal que la famosa globalización solo ha beneficiado a los países desarrollados, mientras que los países del tercer mundo se debaten entre las importaciones tecnológicas impuestas y la hambruna, muchas veces, con el beneplácito de gobiernos complacientes.

El mundo ha sido sorprendido por la pandemia del coronavirus (covid-19), a pesar que los gobiernos toman medidas cada vez más drásticas para contener el avance y contagio del mortal virus.

Como medida para mitigar el hambre y el virtual saqueo, decide otorgar bolsas de comidas (Entre 25- 27 dólares) y un bono de 80. A pesar que la instrucción del presidente, es que las bolsas fueran entregadas a todos por igual, llegan quejas de sectores de la población que algunos “representantes de corregimientos “, se han dado a la tarea de entregarle las bolsas a sus copartidarios y familiares, en desafío abierto a la orden del ejecutivo. Esperemos que esos entuertos se corrijan a la brevedad y se sancionen a los responsables de esas medidas antipopulares e inhumanas, ¡y eso que estamos en tiempo de semana santa!

A manera de compendio, esta crisis ha dejado grandes enseñanzas, sobre todo que sectores como salud y agro son los ejes que permiten tener a la población sana y salva, y que a ambos se les dé el sitial que se merecen, porque alimentarse es acción de todos los días, de lo contrario los estragos no se harán esperar.

(*) Diego Espinosa G. es Docente universitario y Escritor.

Noticias de Interés

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias