viernes 19, abril 2024
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La oscurana que preludia el covid-19

De cal y de arena

Las aproximaciones  más generalizadas nos advierten de que atrás de la afectación del covid 19 en lo que toca a la salud pública (y que es cosa de atender con sumo cuidado, como en efecto se está haciendo), vendrá la caída del aparato productivo nacional y de las finanzas públicas. Cómo encarar los desafíos de esta devastadora irrupción del virus es la incuestionable gran tarea que espera a los dirigentes políticos,  gremiales y empresariales con capacidad de influencia en la conformación de la marcha del Estado.

No es fácil el desafío que nos espera, sobre todo por la realidad imperante en el mundo en general donde los centros de poder político y económico a los que podríamos acudir en pos de ayuda, también están convulsionados y complicados por la remediación de los daños, que por allí igualmente serán cuantiosos.

Ya lo advirtió la directora general del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, al decir que el mundo está ante los peores hechos para su economía, incluso peores que los que surgieron con la Gran Depresión de 1929. “El crecimiento económico global será fuertemente negativo y para el 2021 solo se vería una recuperación parcial… Más de 170 países sufrirán una caída de su PIB y la fuerza laboral mundial (más o menos 3.300 millones de personas) se verá afectada en alrededor del 81% total o parcialmente en sus contratos”, dijo Georgieva.

Valen estas citas para percibir el contexto mundial en que se radicará nuestra crisis. “Economía Hoy” estima una caída del 6,7% del PIB en el pico de la afectación este año con un golpe del 25.9% a la masa laboral formal, que podría bajar para fines de 2020 si el covid 19 aminora sus impactos sobre la salud pública, la economía y las finanzas. En particular sobre ciertos ítems de la economía –turismo y exportaciones, con caídas de $2.1469 millones y $1.145 millones, respectivamente-. Toda una hipótesis que está bordeada por muchas conjeturas, por lo que otras fuentes que analizan el tema creen que todavía en el primer semestre de 2021 el país estará cojeando, y bastante.

El gobierno elabora su estrategia para replicar. A base de más carga impositiva, de reasignaciones presupuestarias y de un mayor endeudamiento. Pero al frente están las voces –no pocas y no necesariamente politizadas- que advierten la necesidad de que cuanto antes el Poder Ejecutivo presente el plan de trabajo con todos sus componentes, en particular el referente a la gestión de una ya abultada deuda pública (palanca básica del plan estratégico remedial), al manejo de la “regla fiscal” con sus derivas sobre el gasto público y al manojo de estímulos a la producción nacional (a lo que responde el retardado pero siempre necesario accionar de los ministros rectores de las dependencias donde se anidan la enorme carga de trabas y de caprichosas interpretaciones que dan forma a la “dictadura de los incisos”). Que no es otra cosa más que la provisión de herramientas e instrumentos para que el principal factor de la reactivación de la economía –la inversión

privada- se eche a la espalda el fardo que le corresponde. Hay una prevención oportuna que hace a este respecto el Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas, que se suma a otros requerimientos en el mismo rumbo que hacen los diputados de oposición.

El cuadro de empresas con cierre parcial, los comercios con sus cortinas abajo que son más elocuentes que cualquier palabra, los agricultores botando sus productos, las advertencias de los sociólogos sobre lo que puede incidir este cuadro en la seguridad pública, deberían inducir a los políticos y a los poderes fácticos a moderar sus conductas.

La tarea es grande, mayor a los desafíos que plantearon las crisis de 1982 y de 2008 como lo han advertido los peritos en la materia, y requiere la construcción de una plataforma de respaldos políticos de amplios contenidos y armonioso engranaje. Que no es ni más ni menos que otra ingente, vista la atomización del poder político y la confrontación de los poderes fácticos en medio de una anémica presencia de liderazgos en la Casa Presidencial.

Es la oscurana de la que tanto habla nuestro campesino cuando hay presagios en el cielo que motivan pesimismo.

(*) Álvaro Madrigal es Abogado

 

 

 

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2 COMENTARIOS

  1. Lucha interna en los poderes fácticos? esas no son tan malas noticias, sobre todo que Tirios y Troyanos aceptan la existencia de estos. El mentado deep state de los gringos, que hasta hace muy poco era negado por los eminentes analistas políticos.

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