martes 23, abril 2024
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¿Hacia dónde va Costa Rica?

                                                                           Vamos a celebrar

                                                                           La misa del amor esta mañana.

                                                                           Haremos una hostia, con masa de maíz, harina y                                                                                     esperanza.

                                                                           En un filo de roca,

                                                                           Sobre el vientre de un cerro,

                                                                           Consagraremos la hostia de la vida

                                                                           Y el vino del derecho.

Jorge Debravo.

La oligarquía  empresarial y financiera ha sacado sus sables para blandirlos con fuerza contra los trabajadores del sector público. Realmente, sus desmanes resultan repugnantes y desenfrenados. Se ha envalentonado por su poder extralimitado, conferido por los gobiernos de turno.

Apelar a estas armas innobles, también, la delata en su debilidad ética para encarar situaciones adversas, que demandan, por parte de toda la ciudadanía costarricense, patriotismo, sensibilidad humana y solidaridad.

Es una oligarquía que se ha venido despatriando porque ha traicionado valores fundamentales de una patria solidaria y amiga. Ha endeudado al país porque no ha pagado debidamente los impuestos. Ha estafado a los bancos del Estado. Ha atacado con saña a los empleados y pensionados del sector público, exhibiéndolos como responsables de la crisis fiscal,  de la que ella y sola ella es la principal y verdadera   responsable. Y ahora, pretende dictarle  medidas leoninas para enfrentar la pandemia del Covid-19.

Vive en otro mundo, y su ceguera es total. El poder extralimitado la ha segado al punto de pensar que  puede eximirse de contribuir solidariamente, quizá porque sigue pensando que sus riquezas son el fruto de su esfuerzo y capacidad, desconociendo el aporte de sus trabajadores –la mayoría mal pagados– y el soporte que le brinda la institucionalidad social pública  -esa que buscan desmantelar para privatizarla-, sin los cuales se moriría de hambre.

Este pueblo se está cansando de que lo trate como ignorante y pordiosero. Ya no puede seguirle mintiendo, declarando cero ganancias mientras acumula riquezas en paraísos fiscales.  Y pretende que le crean el cuento de que los privilegiados son los empleados del sector público, que hoy se parten el alma por sacar adelante al país de esta pandemia, dando lo mejor de sí con generosidad solidaria, precisamente, lo  que esta oligarquía no tiene.

Tales comportamientos, son producto de su ambición ilimitada de poder; aspira a tener todos los poderes. Y como hay poderes que no puede comprar, como el de los intelectuales dignos, entonces los  ataca y desprestigia; como no tiene el poder de la humildad, entonces  busca ganarse el favor de los pobres con las migajas que le tira de su mesa, es decir, los humilla; y como no tiene la delicadeza y la sabiduría de los maestros, entonces los persigue y los degrada.

Pero toda su vanidad se diluye como la neblina. ¡Vanidad de vanidades, todos es vanidad!, dice el sabio escritor del Eclesiastés, en tiempos muy parecidos a los nuestros donde la dinastía tolomea celebraba el auge tecnológico, comercial y cultural del imperio griego-macedonio. La palabra que se traduce como vanidad, en este texto, corresponde más propiamente a  palabras más triviales como “cochinada”, “porquería”  o “mierda” (Tamez, Elsa. Cuando los horizontes se cierran. pp.15-21). Y en su “vanidad”, esta oligarquía no perdurará. Como la pandemia del coronavirus, dejará muchas víctimas en el camino, pero las mayorías sobrevivirán.

¿Hacia dónde va Costa Rica? Hacia un Estado Social de Derecho del Siglo XXI, más fortalecido que nunca en su historia. Será la nueva gesta victoriosa de mujeres y hombres libres que, así como se sacudieron la bota filibustera en 1856, se sacudirán de esta oligarquía que ha pretendido doblegarlos, empobreciéndolos y ofreciéndoles falsas promesas de reactivación económica.

Todavía hay reservas suficientes de dignidad en este pueblo valeroso y solidario, que vencerá a ambas pandemias: la del coronavirus y la oligárquica.

(*) Alvaro Vega Sánchez, sociólogo.

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5 COMENTARIOS

  1. Primero averiguemos quienes son esa oligarquia.Digo,para no tirar con escopeta a lo que pase por delante.Yo precisamente en estos dias leia del Dr Jensen,rector de la UCR, que se retira para recoger su pension de 10 millones mensuales.Alberto Salom,pronto esta por retirarse ,para en conjunto con su gemelo Roberto,llevarse entre los dos, 20 millones mensuales mas aguinaldos.
    Marcelo Prieto va ahora de Ministro de la Presidencia,y luego a su retiro millonario. Cual de estos caballeros,dirigentes de la izquierda intelectual, o que Ud conozca con nombres y apellidos pensionados de lujo, son solidarios y se desprenden de esos nada despreciables montos pagados por los costarricenses para ayudar con la pandemia.Ninguno !!
    Hacia donde va Costa Rica ? Buena pregunta.Esta por verse.Pero si esa oligarquia empresarial no se pone las pilas a producir y en grande,el «niño estado » que vive de «papa empresario»,la va a pasar muy mal,pues sin cacao no hay chocolate.Asi de simple.

  2. Vamos hacia la dictadura de la UCCAEP y todo gracias a sus títeres del PLUSCPAC,el gobiernillo de la unidad chupa medias de los ricos.

  3. Javier Espinoza: no hay pensiones ni pensionados de lujo, deje de mentir y repetir como loro esas falsedades, hay gentes que cotizaron más para tener una jubilación más alta(hasta un 17% de su salario), sobre todo en el magisterio y en el Poder Judicial, sucede que los fondos de los regímenes de reparto fueron malversados y saqueados por los gobiernos de turno, el del magisterio fue creado en 1958 y nunca se formó el régimen de reparto que hoy andaría por el orden de los dos billones de colones, incluso a valores de hoy. Alberto Salom y Henning Jensen no recibirán esas sumas, pues esas pensiones pagan impuestos muy altos, en todo caso les llegará mucho menos de la mitad. Por favor, pongamos todas las cartas sobre la mesa y dejemos de destilar odio y mentiras del totalitarismo neofacista.

  4. la Costa Rica de hoy es la misma que la de antes con un poco mas de estructura y sin parasitos en los chiquitines.
    En 2008, desayunando con un alto ejecutivo del Fundacion Soros(Nueva York), me pregunto como me ha afectado la recesion financiaria por la que estamos pasando. Mi respuesta fue corta y sencilla, vengo de un pais donde se a vivido, se vive, y se vivira en la depresion financiera esta recesion financiera actual (2008) no me ha afectado en lo absoluto. Vivo mejor que antes.

  5. En efecto, según apunta don Rogelio, las jubilaciones de esos altos jerarcas universitarios son, por ley, concordantes con su salario, de manera que no hay ningún tipo de irregularidad en su otorgamiento. No tienen que hacer desprendimientos solidarios porque la misma ley que las regula (ley 7531) les impone pago de impuesto sobre la renta, cotización regular cual si no fueran jubilados (art. 70), contribución SOLIDARIA (art. 71), y por eso es que terminan devengando menos de la mitad del monto bruto o nominal. El que gente desinformada y malinformada siga propalando falsedades es un trágico testimonio de cómo los «informadores» del poder mediático al servicio de nuestras oligarquías, han tergiversado la realidad y han engañado al público para encubrir el verdadero origen del problema del pago de pensione magisteriales: que el Estado se apropió ilícitamente del fondo de pensiones del Magisterio y lo desvió a gasto ordinario. Las cifras de la Junta de Pansiones en nuestro poder revelan que al 2012 el fondo podría ser, bajo ciertas condiciones, de 5 millones de millones, y para el pago de pensiones como las de estos dos rectores, se dispondría hoy de un millón cuatrocientos mil millones. Por supuesto que estos «detallitos» son pasados por alto por la gran prensa, a la que más bien le interesa prodigar el «periodismo del odio» en contra de los jubilados, especialmente magisteriales.

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