Columna Poliédrica
Hace rato en esta columna hemos llamado la atención sobre lo que se viene. También lo han hecho otras personas que ha escrito en la sección de opinión de este diario digital. Curiosamente, al igual que sucede con algunas de las columnas que he escrito, pareciera que hay personas encargadas para realizar comentarios con el único objetivo de cuestionar mediante falacias los planteamientos que se hacen y acto seguido, repiten el discurso neoliberal que ya todos conocemos.
Muchos de los que tienen la paciencia de leer la columna Poliédrica saben que solo en este diario digital es posible publicar, sin ningún tipo de censura, posiciones que cuestionan la hegemonía ideológica imperante en Costa Rica. A veces uno se pregunta hasta qué punto estos esfuerzos de escritura, propios y de los otros colegas, tienen algún impacto en los lectores; sin embargo, ello es muy difícil de medir y todavía es más incierto de verificarlo, no obstante, algún impacto debe tener puesto que los grandes capitales del país han optado por la creación exponencial de medios digitales de comunicación.
Cualquier persona medianamente informada sabe quiénes están detrás de los “nuevos” medios de comunicación. Se trata de grupos financieros interesados en ampliar su poder económico al ámbito ideológico, es decir, teniendo estos poderes bajo su dominio, el poder político estará a sus pies; especialmente, porque los políticos actuales no tienen la estatura intelectual y ética para enfrentarse a estos grupos de interés.
El problema es el sesgo descarado de esos medios de comunicación nuevos. Para leer sus contenidos, se debe tener una lectura crítica, no obstante, una buena cantidad de las personas dan como ciertas o verdaderas las noticias y opiniones que allí se publican. El principio de equilibrio informativo es prácticamente inexistente, sin embargo, gozan de plataformas de difusión potentes para llegar primero, lo antes posible, a los receptores de sus contenidos.
Para neutralizar este poder hegemónico se debe ser muy creativo y entender lo que está pasando. La forma que estos grupos están utilizando para minimizar los contenidos críticos es la saturación informativa y sesgada a sus planteamientos ideológicos; en otras palabras, no les importa la calidad de los contenidos, sino la cantidad y el sesgo ideológico de estos.
Un detalle adicional es que las personas leen cada vez menos y son los contenidos audiovisuales los que están ganando la batalla para imponerse en el ámbito ideológico. Las noticias y las opiniones escritas se leen cada vez menos, en contraste, las personas prefieren los contenidos audiovisuales y esto es una tendencia que seguirá en aumento. ¿Será este el camino?
(*) Andi Mirom es Filósofo
Muy cierto el hecho que han aparecido muchos medios digitales.Hay periodistas que perdieron sus trabajos en los periodicos tradicionales.Buscan patrocinadores con la ilusion para ellos de lograr un trabajo y para otros pretender poder e influencia en la politica nacional.Ese es el fenomeno mundial. Desgraciadamente su exito o no se ve ligado a cuanto dinero sus propietarios esten dispuestos a perder mensualmente.Monetizar un medio digital no es tarea facil,mas con tanta competencia y siendo la publicidad escasa.
Curiosamente los tradicionales impresos,aunque no les va bien, estan mejor que los digitales pues el impreso sigue generando flujo de caja.
La publicidad hoy dia la dominan las transnacionales como Google,Amazon, Facebook etc.que cada dia aumentan su presencia.
En nuestro pais,solo La Nacion,manejada profesionalmente, sobrevivira.Todos los demas,sin ingresos, estan a merced del mecenas, hasta que diga.No mas !
¡Excelente!
Es una excelente columna. Los medios desinformativos son muchos y existen y serán cada vez más porque han encontrado algunos la forma de subsistir en detrimento del bien común y la patria. Pero también se ven populares y seguidos por una triste realidad humana: la altura intelectual y ética no sólo es falencia en el politico actual, sino también en muchos muchos que en función de detalles menores aceptan la desinformación, unido a eso la falta de solidaridad que es abrumadora.